Itinerario político
A sólo 55 días del fin del sexenio no sólo empieza “el recuento de los daños”, sino la valoración de “la herencia maldita” que dejará el peor presidente de la historia.
Y sí, en Palacio pueden decir misa, pero lo cierto es que en la gestión de López Obrador no existió un solo acierto y menos se cumplieron las ambiciosas promesas de campaña.
En realidad, los ciudadanos cargaremos con una herencia que amenaza no sólo con la debacle económica, sino con la muerte de la democracia y con la victoria de la violencia y de los cárteles criminales.
Y si aún lo dudan, aquí los diez ejemplos de esa “herencia maldita”.
1.- La economía mexicana está al borde de la quiebra, con un ejército de pobres que hoy son más pobres que hace seis años; con uno de los mayores desempleos en décadas, con la mayor deuda externa de la historia –siete billones de pesos--, y con una creciente fuga de empresas.
Y frente al fracaso de acabar con la pobreza y la pobreza extrema apareció una insultante paradoja; los diez hombres más ricos de México multiplicaron como nunca sus fortunas, en medio de la desconfianza de los inversionistas externos frente al nuevo gobierno.
Y el mayor signo de esa desconfianza en el sexenio por venir es que tan solo en el mes de junio –el mes de la elección--, se sumaron al desempleo casi un millón de mexicanos a causa del cierre de empresas
2.- La corrupción no sólo no se acabó, como lo prometió Obrador, sino que se generalizó a niveles de escándalo, sea en el primer círculo de los colaboradores de AMLO, sea en los hijos del presidente y en personajes como Manuel Bartlett.
El ex priísta Bartlett, responsable del fraude electoral de 1988 y actual director de la CFE, se ha convertido en epítome de la corrupción generalizada en un gobierno que defiende desde Palacio a los corruptos.
3.- La violencia y la inseguridad se han generalizado en México durante los últimos seis años, lo que ha dejado un saldo escandaloso de victimas; casi 200 mil muertes violentas; miles de feminicidios, más de 50 mil desaparecidos y millones de mexicanos expulsados de sus comunidades
Y es que, en los hechos, el presidente mexicano se ha convertido el jefe político de las bandas criminales, a las que defiende todos los días, a pesar de que el país entero está en manos del crimen, que cobra piso, impone jefes policiacos y hasta participa en las elecciones.
4.- El asesinato de periodistas es otro saldo histórico. En el sexenio han sido muertos 80 periodistas en todo el país, la cifra más alta en la historia y en el mundo. Y lo peor es que nadie investiga nada, lo que deja en la impunidad total a los “mata-periodistas”.
5.- La salud es otra deuda pendiente, ya que millones de mexicanos carecen de un derecho Constitución que fue cancelado por los caprichos presidenciales. Sí, todo el sistema de salud está colapsado y millones de mexicanos no tienen acceso a la salud, porque se destruyó el Seguro Popular y porque el presupuesto para la salud fue reducido a mínimos históricos.
Y la mejor prueba de tal fracaso es que, por el manejo equivocado de la pandemia, perdieron la vida casi un millón de mexicanos.
6.- Pero, además, los caprichos presidenciales llevaron al fracaso total las obras emblema del sexenio, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas. Miles de millones de pesos tirados a la basura, además de un saqueo descomunal.
7.- Más que un fracaso, la muerte de la democracia y de la división de poderes estará catalogado en la historia como el mayor crimen político cometido por gobierno alguno.
Y es que, por sus ambiciones dictatoriales, Obrador destruyó todas las instituciones creadas en los últimos 30 años para sostener a la democracia y día a día México se parece más a dictaduras como la venezolana.
8.- Dictadura en donde los más beneficiados son los grupos criminales, al extremo de que no resulta exagerado decir que el de López Obrador es un “narco-gobierno”.
9.- Y, por si fuera poco, el presidente mexicano ya es el campeón mundial en mentir. En efecto, López Obrador ha formulado más de 150 mil mentiras en los seis años de gobierno, al extremo de que la mentira oficial se ha convertido en la más perniciosa política pública.
10.- Por último, no existen indicios de que en el sexenio por venir se pudiera producir un cambio, ya que López Obrador aspira a un Maximato en donde la sucesora no será más que una marioneta.
Así el sexenio perdido.
Al tiempo.