El Horizonte Millenial/Emilio Cedeño Rivas
No hay una definición clara de lo que es un Millenial, existen montones de artículos que intentan explicar lo que es, al parecer todos concuerdan en que son los nacidos entre 1980 y 2000. Pero seamos objetivos, no todos entran dentro del concepto “Millenial”, puesto que ese término es demasiado específico para un grupo poblacional, ignorando a todo un conjunto de individuos, miembros que entrarían perfectamente dentro del rango etario que no tienen acceso a las tecnologías de las que cualquier denominado “Millenial” tiene libre acceso.
Siempre se habla de ésta como “la generación digital”, pero se ignora a la amplia gama de personas que jamás verá o sabrá de la existencia de algo como un celular o computador en su vida, a veces no sólo por pobreza, sino también por censura de los países en que se vive. Países en los cuales, un aparato con acceso a la red es algo que aún no ha sido visto siquiera, o en los que se es lo suficientemente alejado de la civilización como para saber de su existencia, hablar de la generación “digital” es pues, hablar de un sector poblacional “privilegiado” desde un punto de vista social, económico y de acceso a la información. Sin embargo, el que tal vez la definición no sea la más propicia no hace menos interesante a tal sector generacional.
En ésta generación, los problemas sociales se convirtieron en algo que ya no se combatía en las calles, sino a través de textos en redes sociales, logrando ser pieza fundamental, para bien o para mal, para poder destituir funcionarios e incluso derrocar gobiernos dictatoriales, como es el caso de Hosni Mubarak, quien ya llevaba 28 años ejerciendo el poder en Egipto y mediante el uso de herramientas como Facebook se logró movilizar a la población de una manera que en antaño, habría resultado casi imposible. El poder y la fama ya no se detentan de una manera tan cómoda como hace unos años, hoy los jueces y verdugos tienen nombres, se llaman redes sociales, y no sólo se ataca al individuo que tiene un cargo público determinado, cualquiera puede ser objeto de la persecución mediática, basta con recordar la moda de los lores y ladies para darse cuenta de que mañana incluso uno mismo puede terminar teniendo un apodo que a todo el mundo parezca gracioso.
Hay decenas de calificativos que han sido dichos en contra de esta generación “egoístas, tontos, adictos y flojos”, tanto que Millenial ya es casi un insulto. Pero esto no siempre fue así, cuando Obama apenas llegaba a la Casa Blanca, todo el mundo creía en las decisiones de la generación presente, que veía al mundo como una plastilina moldeable de la cual seguro haría un gran futuro, hasta que el mundo cayó frente a una crisis económica que dejó sin cabello a cientos de banqueros, el terrorismo se volvió fuerte de nuevo, las revoluciones árabes no terminaron de una manera precisamente romántica, hubo una crisis de refugiados producto de la creciente inestabilidad en Medio Oriente y la extrema derecha regresó más fuerte que nunca. Poco a poco, el mundo comenzó a creer que los Millenials serían incapaces de controlar el mundo en que se estaban adentrando.
Es una generación expuesta a una cantidad enorme de información, la cual muchas veces no es real o está cegada, dando una versión que beneficia a una postura pero evitando dar la versión que la afecta, formando a propósito una especie de guerreros de la información que defenderán una postura sólo porque no vieron otra en contra, individuos que como si se tratara de la época medieval, creen ciegamente en lo que diga el medio de su preferencia, es interesante encontrar que el periodismo en muchos casos se ve manchado y ultrajado en su imparcialidad, apoyando o atacando a tal o cual postura, candidato o legislación. Lo anterior no es ayuda mucho cuando evitar las opiniones en contra de las propias ideas, es tan sencillo como pinchar un botón de bloqueo.
Cada generación ha tenido sus obstáculos y su identidad. Las cosas comienzan a parecer sin sentido, sin valor, ni dirección, no hay un objetivo fijo como en otros tiempos, hoy no tenemos una meta colectiva a la cual aspirar e intentar llegar, hoy el individuo busca su propio camino, se encuentra solitario en un mundo que cambia más que nunca, hoy pronosticar el futuro de alguien brillante no es tan sencillo, se sabe pues, que estadísticamente la generación Millenial no ganará más dinero que sus padres, ni siquiera lo mismo, sino menos, las jubilaciones cada vez se ven más inestables, la inflación y hasta la guerra se ven cercanas, aquellos ideales de un mundo unido en una fraternidad universal que una a todas las naciones del mundo, se ven como un cuento que será contado con nostalgia, habremos de luchar más que nuestros antecesores para tener el mismo éxito, el futuro ya no parece igual de prometedor, es pues, difícil ver que esta generación cambie al mundo, lo único que se puede esperar, es que realice un buen papel solucionando los errores de las generaciones pasadas y aminorando los propios para que las siguientes puedan, al menos, mejorar un poco más al mundo.