Hakob, un mexicano ejemplar

"Quien no tenga un amigo libanés, que se lo busque", Adolfo López Mateos. Presidente de México.
Hakob Sahakian nació el 20 de agosto de 1973, en Trípoli, el puerto más importante del Líbano y su segunda ciudad más poblada, en el seno de una familia tradicional libanesa de origen armenio, compuesta por el padre, Sarkis, relojero, la madre, Violette, florista, ambos con mucho prestigio en la ciudad, y 3 hijos, Rafi, Hakob y Talar.
La infancia de Hakob, mejor conocido como Jack, fue en un país en guerra, de 1975 a 1990 Líbano sufrió una cruenta guerra civil, con consecuencias visibles hasta la fecha; por ello, Violette y Sarkis, en ese orden, decidieron emigrar a Toronto, Canadá, allá por 1986; la edad de Rafi y Hakob empezaba a ser peligrosa en un país en guerra, el frente estaba cerca. Obviamente, no sabían que años después, Jack, por su propio pie, se avecindaría en un lugar de no pocos peligros.
Su adolescencia y juventud temprana trascurrieron en Toronto, Canadá, donde acudió a la universidad y se graduó en Negocios Internacionales. Desde sus años universitarios fueron patentes sus habilidades socio-políticas, prueba de ello es que sin despeinarse (¡Sí!, tuvo pelo) fue Presidente del Consejo Estudiantil. Por esa época jugaba soccer y hockey; cuando me enteré de ello, entendí el porqué de sus técnicas en las canchas de futbol rápido morelianas, pareciera que nunca le explicaron las diferencias entre una práctica y la otra. Como defensa era férreo, poco ortodoxo y efectivo.
Para agosto de 1999, un Jack graduado y establecido como empresario en Canadá -siguiendo la herencia materna, tenía una florería- conoció a la michoacana Mandy Torres Sirmalis, a quien le debemos la importación de un ser humano excepcional y amigo sin par a tierras morelianas.
Fue amor a primera vista, para ambos. A principios de diciembre de ese mismo año (1999), el joven armenio-líbano-canadiense, a bordo de un avión con rumbo a México, le pedía matrimonio a Mandy, con la complicidad de la tripulación. El 8 de enero de 2000, iniciando el milenio, Jack y Mandy se casaban, formando un feliz matrimonio, más vivo que nunca, con 3 maravillosos hijes.
A la madre de Jack no le toco vivir la aventura purépecha de su hijo, ya que tristemente falleció en julio de 1997; mientras que Sarkis, su padre, a quien tuve el gusto de conocer, paso sus últimos años en estas bellas tierras; pronto se cumplirán 6 años de su partida (25 de agosto de 2016).
Obviamente, el primer negocio de Jack en México fue una florería (Vio Flowers, en Camelinas, frente aI IMSS); con el tiempo el camarada se diversificaría en los negocios, comercio y construcción principalmente. Como buen libanes, Jack tiene la capacidad de vender arena en el desierto, agua salada en el mar y un salvavidas a Michael Phelps.
Dado que su formación inicial la hizo en un colegio francés, Jack desde muy pequeño fue poliglota; hablaba francés en la escuela, en su casa armenio, con sus amigos en árabe y en Canadá aprendería inglés. A México llegó sin conocer una sola palabra de español y hoy día, además de un español perfecto, hasta sabe alburear.
Jack es fundador y presidente del Club Libanes en Michoacán (2011) y desde 2018 es Cónsul de Armenia en nuestro estado,
En fin, por sus habilidades sociales, únicas; sus dotes empresariales; su destreza política, que no reconoce: su calidad humana y con todo y sus demás nacionalidades (libanes, armenio, canadiense y panindicuarense) declaro públicamente, una vez más, en su cumpleaños 49, que mi camarada Jack Sahakian, es un mexicano ejemplar.
Otrosí: Agradezco a Mandy su confianza y le envió un enorme abrazo por su reciente cumpleaños (19 de agosto).