Hablando en Serio/Santiago Heyser Beltrán
“Migrantes: ¡Ya no más!, por favor”
Uruapan, Michoacán, 17 de noviembre del 2018
Cuando un vaso se llena, no debemos echarle más agua…
Entre más pienso en el problema migrante, que no es problema migrante sino problema político, de manipulación, de corrupción y de mal gobierno, que no solo es problema político, de manipulación, de corrupción y de mal gobierno, sino también del modelo socioeconómico que permite, bajo la figura de “inversión extranjera”, la invasión de capital y la depredación de naciones latinoamericanas (México incluido), sin permitir el libre tránsito de personas; más me percato que la argumentación sobre el tema migrante es emocional y no racional. Uno de los argumentos para descalificar a Donald Trump, es argumentar que sus ancestros fueron migrantes, lo que es cierto, pero no valida el reclamo de que debe permitir la libre migración, por una sencilla razón, los tiempos eran otros. Doy un par de ejemplos: hay testimonio de que durante una época, el gobierno de USA daba tierra a los que aceptaban irse a vivir a California, por otra sencilla razón: ¡Estaba deshabitada!, hoy, las condiciones cambiaron y la tierra de California es una de las más caras del mundo y nadie te regala ni un metro cuadrado… En México no fue diferente, Baja California y Quintana Roo, en un pasado cercano estaban deshabitadas; la estrategia gubernamental fue declararlas zonas libres con regímenes fiscales especiales, lo que fue un atractivo para que mucha gente se fuera a vivir y a invertir ahí. Una vez poblados BC y Q. Roo, los regímenes especiales se cancelaron y dejaron de ser territorio libre para la fayuca… Lo mismo pienso de la migración; los espacios para recibir extranjeros, muchos de ellos sin habilidades ni educación, lo que representa una carga social que alguien tiene que pagar, ¡se han acabado!, tanto en Europa, como en USA, como en México; hoy, la sobrepoblación del planeta es una realidad que incide sobre los recursos naturales, las economías y el medio ambiente, cosa de ver la depredación de océanos, el deterioro de tierras, los miles de toneladas de basura y la contaminación del aire y del agua. Por eso mi primera propuesta de solución es: dejar de reproducirnos a lo pendejo. La segunda, respetar los estados soberanos y afrontar cada quién sus problemas en su tierra (no llevar sus problemas a otros). Tercera, cambiar el derecho internacional para que naciones afectadas con migraciones derivadas de gobiernos ineficaces o dictatoriales, puedan promover juicios para derrocar a los gobernantes inútiles, abusivos o corruptos. Quinto, cancelar de tajo la migración ilegal, reconociendo que cada nación, en ejercicio de su soberanía, puede imponer las leyes de ingreso que considere necesarias. Sexto, poner a consulta ciudadana aquellos tratados o compromisos que atenten contra el interés Nacional, contra el interés público o contra la soberanía (Ej.: Reforma Energética). Séptimo, prohibir las inversiones de capital de aquellas naciones que impidan el libre tránsito de personas… Esto llevaría, en pleno derecho, a que inversionistas de USA se salgan de Honduras si como política prohíben el tránsito o la residencia de hondureños en los Estados Unidos. En otras palabras, nadie puede venir a enriquecerse con mis recursos naturales y mano de obra barata, si discrimina o explota a mi pueblo. Es decir, está bien ser puerco, pero no trompudo, o, está bien mamar, pero no dar de topes. Una nación como Estados Unidos que toma ventaja de la mano de obra barata y de las riquezas naturales de los hondureños (y latinoamericanos), lo que por definición los lleva a la pobreza, no puede impedir el paso a su territorio, en lo que claramente es ¡La ley del embudo!
Por otro lado, en mi opinión, además del derecho y obligación que tiene el gobierno de México de cuidar el interés nacional investigando a todo aquel que quiera entrar al territorio nacional, debería estar prohibido que alguien entre solo para usarnos de tapete para ir a joder a los gringos con una invasión hormiga. Todo aquel que quiera ir a Estados Unidos, deberá hacerlo con boletos de transporte en la mano. No deben entrar a México a causar lástimas y problemas, que ya bastantes tenemos con nuestros propios pobres y excluidos.
¡Entendamos!, las mal llamadas caravanas migrantes que solo son buscan dólares o causar problemas sociales y políticos, y que usan a México de tapete para imponer su presencia en los Estados Unidos, no deberían entrar a México; la gente de Tijuana ¡Tiene razón!, tener mendigos tirados en la calle y sin empleo solo es fuente de contaminación, inseguridad y problemas. Y no se vale invocar derechos humanos que no son tales, porque, aunque estén en tratados internacionales y/o en declaratorias de la ONU y organismos internacionales, no se fundamentan en la justicia ni en el respeto; me explico: ¡Nadie!, ni el gobierno mexicano, ni instituciones extranjeras, pueden imponerme la presencia de desconocidos en mi casa (y México es mi casa) argumentando sus derechos humanos, porque en automático violentan mis derechos humanos, que incluyen: el derecho a una cultura, el derecho de vivir de acuerdo con mis normas cívicas y de convivencia y obvio ¡El derecho a mi seguridad!… Por cierto, no estoy en contra de aquellas buenas conciencias que queriendo ayudar a migrantes “legales”, los reciban, pero en su casa… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.