Hablando en serio/Santiago Heyser Beltrán
“Libertad”
Celaya, Guanajuato, 18 de septiembre del 2021
Si algo caracteriza al ser humano es su aspiración a ser libre; es tan fuerte el deseo de ser libre que la vida se arriesga en ello continuamente.
Si bien las historias bíblicas empezando por El Génesis me parecen más leyendas, fabulas o cuentos que realidades, no deja de tener significado que desde aquellos tiempos el ser humano mencione el don de la libertad como una concesión divina, cito Génesis I-28: “…Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.” …No hay espacio para interpretaciones, el mandato daba la libertad y la potestad al ser humano para recorrer con independencia el planeta… Y así lo hizo; dice la ciencia que la humanidad tiene sus principios en África y desde ahí, con libertad y sin más restricciones que las impuestas por la necesidad de luchar para sobrevivir y dar continuidad a la especie, el ser humano migro, viajó, descubrió nuevas tierras y continentes y pobló el planeta.
Por aberrante, el derecho a la libertad contrasta con la propia historia de la humanidad caracterizada continuamente por modelos de esclavitud derivados de la ley de la selva, ¡la ley del más fuerte! en donde un ser humano o una sociedad por la fuerza privan a otro ser humano de su libertad y lo someten a su voluntad y servicio.
No fue sino hasta el año de 1865 que en USA, después de una sangrienta guerra civil, se aprobó la Decimotercera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, en la que se abolía oficialmente la esclavitud… Es decir, si nuestra especie, Homo sapiens, surgió en África hace algo más de 200,000 años (aunque algunos calculan más de 300,00 años) y desde el inicio de la historia de la humanidad la esclavitud fue una forma de explotación del débil o vencido, pues resulta que de 1865 a 2021 son poco más de 150 años en los que “oficialmente” desaparece la esclavitud y se inician procesos de derechos humanos para proteger a las personas, es decir 150 años de libertades comparada con 200,000 años de existencia del ser humano, significa que durante el 99.99925% de la historia de la humanidad han existido los esclavos, en contradicción con el derecho humano de la libertad; lo que podría llevar a la conclusión de que la esclavitud es un estado natural en las sociedades y de las relaciones entre pueblos o de sus gobiernos con gobernados; lo que la realidad parece confirmar; pues no necesitamos voltear al pasado para ver como las naciones poderosas sojuzgan a naciones enteras con nuevos modelos de esclavitud, algunos bajo la figura del trabajo subordinado, otros con el control comercial y financiero o las inversiones de capital y los históricamente tradicionales, ¡con el uso de la fuerza!. Así vemos la conquista de América o las colonias europeas en África, las invasiones de los Nazis, la guerra de Irak, o el intento de conquista en Afganistán y la no tan sutil esclavitud a través del trabajo de los indocumentados en Norteamérica… Especial mención merecen las masacres y genocidios para exterminar pueblos enteros o el control de territorios por parte del crimen organizado y los narcotraficantes.
Es en este entorno y esta realidad que en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada en México el sábado pasado destaque el señalamiento del PRESIDENTE (con mayúsculas) del Uruguay, Luis Lacalle quién apuntando a las dictaduras latinoamericanas, en defensa de los derechos humanos y la libertad expresó: "Con el respeto debido, cuando uno ve que en determinados países no hay una democracia plena, cuando no se respeta la división de poderes, cuando desde el poder se usa el aparato represor para callar las protestas, cuando se encarcelan opositores, cuando no se respetan los derechos humanos, nosotros en esta voz tranquila pero firme que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela"… En tanto el Presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, con dignidad abandonó la reunión para no compartir foro con el dictador Nicolás Maduro, en un acto de dignidad y congruencia que como mexicano me hubiera gustado ver de parte de mi gobierno y de mi Presidente… Porque al margen de la historia de la esclavitud humana, considero un valor y defiendo el derecho inalienable de todo ser humano a ser hombre o mujer libre… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador