Hablando en serio
La propiedad privada
Muchos rumores corren respecto al riesgo que se tiene, en caso de continuar la 4aT, de que el derecho a la propiedad privada se pierda; es decir, todo sería del estado, empezando por tu casa.
Me tranquilizó el tuit del Senador Damián Zepeda, que advierte que es una noticia falsa (Fake news), no existe la intención de acabar con la propiedad privada, ¡respiro tranquilo!
Llama mi atención la aclaración del Senador, la que por ser de un panista adquiere más relevancia, no porque sea panista, sino porque su tuit desestima un ataque contra la 4aT, lo que me parece un acto de honestidad que hay que reconocer. Cómo me gustaría que todos en el PAN retomaran los que fueron sus valores fundacionales de verdad, ética, democracia, honestidad y moral y recordaran que: ¡El fin no justifica los medios!... Lo sé, no lo espero de Marko, a quién considero un político corrupto e imbécil y un caso perdido; dice el refranero popular: gallina que come pico, aunque le quemen los esos… o como se diga; ¡en fin!, como recomendó mi abuela, no le pido peras al Olmo; de quién si espero un acto de congruencia en contra de la corrupción, es de Xóchitl y que mande a volar a Marko y Alito; espero que no se tarde, aunque ya va tarde.
Ahora bien, el hecho de que la noticia sea falsa, no elimina el que algunas voces de los “duros” de Morena, tengan en mente acabar con la propiedad privada con la gitana idea de justicia social, me explico: de chamaco, cuando estaban de moda el Ché Guevara, Fidel Castro y su revolución y otros izquierdosos eran moda de la época y la idea “repartir lo ajeno” flotaba en el ambiente, y ya más grandecito, con Hugo Chávez en Venezuela,… eran parte de las ideas “comunistoides” el acabar con la propiedad privada y repartir la riqueza, como se hizo en Cuba, lo que trajo un deterioro en todas las propiedades, ya que al no ser de nadie, nadie se preocupó de su cuidado y mantenimiento; ello bajo la premisa de que todo es del estado y nadie tiene por qué agandallarse y tener de más (salvo Fidel, que murió riquísimo). El comunismo y su complemento, el socialismo, aplicados en un entorno de corrupción, que es lo que parece ser inherente al ser humano y a los izquierdosos, busca igualar a todos, que no haya acaparadores de la riqueza, el problema es que los igualan en la pobreza; mientras líderes y gobernantes se convierten en una nueva casta enriquecida con el dinero y el trabajo ajeno; como lo vemos en Cuba, en Venezuela, en Nicaragua y lo vimos en argentina.
Una sola visita he realizado a Cuba y tuve la fortuna de no estar en las zonas turísticas sino en la provincia de Ciego de Ávila, conviviendo con el pueblo; ahí escuché del programa de apoyo a la vivienda en dónde una casita modesta se ofertaba muy barata a quienes requerían de vivienda o iniciaban un núcleo familiar, pero había una restricción, no se podía tener más de una vivienda, no había oportunidad de “lucrar” con las casas baratas que ofertaba el “sistema” y arrendar o especular con la posesión; y creo que ese es el principio del pensamiento que justifica acabar con la propiedad privada, el problema es que también acaba con los emprendedores y con la motivación o incentivo de mejorar, lo que convierte a la sociedad en una masa amorfa en dónde todos están jodidos y esta no es una opinión, es una realidad que se constata en el presente y quedó exhibida en el pasado con la extinción de la Unión Soviética que a principios de los noventas, como segunda fuerza más poderosa del planeta, integrada militarmente por el Pacto de Varsovia, se tuvo que desintegrar, dado que su modelo era económicamente inviable, por una sencilla razón, ignora los motivadores que impulsan al ser humano a progresar, uno de ellos, la justicia social expresada por San Pablo: “El que no trabaje, que no coma”, otro el derecho a la propiedad privada, el otro, la libertad, impulso tan fuerte y natural en los humanos que la historia constata con los miles de ejemplos de cómo la gente arriesga su vida y patrimonio para ser libres.
Regreso a México, no tengo la menor duda de que en la 4aT hay personas que quisieran repartir los ajeno (los duros); lo que trae de mi memoria una película italiana y chafa que vi hace años, pero que tenía un buen mensaje sobre la naturaleza humana, lo siento, del título no me acuerdo, lo que si recuerdo es que inicia con un partido de futbol entre el equipo, con uniforme rojo, el del Presidente Municipal y el equipo, con uniforme azul, el del Cura del pueblo, y que la trama gira alrededor del pensamiento comunista del alcalde que quería expropiar y repartir la riqueza ajena, la de los ricachones y emprendedores del pueblito, hasta que,… hasta que el Presidente Municipal se saca la lotería y se pasa el resto de la película haciendo maniobras para ocultar su riqueza y evitar que sea repartida. Lo que me lleva a la historia de la gallinita que tenía maíz (una versión parece ser de Byron Barton), por lo que preguntó a cada uno de sus amigos: “¿Alguien quiere moler los granos conmigo?” “Yo no”. “Yo no”. “Yo no, doña gallina”. La gallina les respondió: “Entonces, yo los voy a moler sola”. La señora gallina preparó los ingredientes para una deliciosa tarta. Antes de colocarla a hornear, ella preguntó: “¿Alguien quiere ayudarme?” “Yo no”. “Yo no”. “Yo no, doña gallina”. Ella respondió: “Yo la voy a cocinar sola”. Poco tiempo después, todos comenzaron a sentir el delicioso aroma de la tarta que se estaba cocinando y fueron a pedirle un pedazo a doña gallina, a lo que se negó, por lo que la acusaron de acaparadora y egoísta. El alcalde (como el de la película), comunista de pensamiento, palabra, obra y acción, intervino y le obligó a compartir su tarta con los demás animales, quienes todavía al día de hoy se preguntan, ¿por qué si doña gallina hace tartas de maíz tan sabrosas, no ha vuelto a hacer?… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador