Hablando en serio

“Educando…”
Uno de mis objetivos como padre fue que mis hijos de alguna manera fueran mejores, es decir: que mis capacidades, habilidades, valores e inteligencia fueran mejorados para que tuvieran una vida mejor…
El pensamiento expresado, aparte de ser un acto amoroso, tiene como sentido que la evolución nos mejore, es decir, que con el paso del tiempo los Heyser seamos mejores personas, mejores seres humanos de manera tal que en dos o tres generaciones se perciba un cambio para bien que dé como resultado calidad de vida, es decir, la posibilidad de servir y de ser felices en el tiempo que cada uno estaremos aquí. Para lograrlo, además de la educación familiar e institucional, debemos añadir conceptos que tienen como esencia la capacidad de conocernos, conocer el mundo, aprender, aprender mucho y en función de ello lograr una buena vida a través de nuestras acciones basadas en buenas reflexiones. El problema es que conocernos no es sencillo, ya que nuestra educación, la influencia del entorno y la cultura que nos rodea nos conforman como seres de alguna manera programados, es decir, ajenos a nuestra humana y natural naturaleza y de alguna manera alejados de nosotros mismos, doy un ejemplo: si naces cristiano, tienes pocas probabilidades de no serlo en un entorno como México, pero si naces musulmán y en Arabia, siendo tú, no serás cristiano y no funcionaras ni creerá lo que los cristianos creen por la educación e influencia que vas a recibir desde niño(a); el punto es que tu naturaleza no es la de ser cristiano o musulmán, ambas son programaciones. Quitarnos de esa programación para encontrarnos y conocernos es la tarea, lo que se puede lograr de varias maneras: una es a través del aprendizaje de nosotros a través de la meditación, otro a través de enseñanza, es decir, del encuentro con padres, maestros y guías de vida que nos orienten y nos ayuden a despertar de lo programado para encontrarnos con nosotros mismos, con nuestra naturaleza, y otros, a través de nuestras propias experiencias de vida cuando estamos conscientes y nos percatamos de realidades que nos llevan a reflexionar de otra manera. El punto es que, al conocernos, dejamos de estar programados y nuestros pensamientos serán libres y nos permitirán decidir y actuar de acuerdo con nuestra natural naturaleza, dejando de estar influenciados y condicionados, es decir, nos encontraremos con una forma de vivir libre y consciente, y, esto es una opinión, podremos vivir en plenitud.
Con esto en mente y en función de una caricatura (siento no conocer el autor para darle crédito) que presentaba aun padre sacrificándose por su hijo(a), con la intención de educar con una propuesta diferente para abrir espacios de análisis, mi hijo reflexionó, cito:
Hija mía:
Lo primero que pensé fue en enviarte ésta imagen con el mensaje "esta imagen me hizo pensar en ti", después me retracté.
La imagen me ha tenido reflexionando. La gente se la reenvía y parece despertar una emoción de ternura y amor por el sacrificio del padre o la madre. Parece hacer referencia sobre lo heroicos que son los padres protegiendo a sus hijos y como los papás aguantan por sus hijos el dolor para evitarles el sufrimiento y mantienen "su inocencia".
Desde un punto de vista, creo que este acto amoroso no es práctico para la vida real y la formación de los hijos, ya que cuando son adultos resulta que no saben "de ratoneras" o trampas o problemas porque nunca los prepararon sus papás.
Creo que, si la imagen fuera nuestra, estaríamos caminando juntos mientras te enseño que hay que tener precaución con las ratoneras (y/o problemas) y como hay que evitarlas. Probablemente en el dibujo habría 1 o 2 ratoneras en la colita de la ratita hija, porque te habría alentado a avanzar y a intentarlo con la tranquilidad de que estoy a tu lado, para que cuando crezcas tengas más capacidades para enfrentar las realidades de la vida y, que al enfrentarlas con éxito, tengas una buena vida y puedas ser feliz.”
Finalmente concluyo, la idea es que las generaciones que seguirán simplemente sean mejores al conocerse y vivir en concordancia con su propia naturaleza para lo que es necesario educar de manera innovadora para que encuentren su camino y vivan en concordancia con su naturaleza al encontrar su Yo, es decir: ¡Despertando!... ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión. | Santiago Heyser Beltrán | Escritor y soñador