Hablando en serio
“El futuro sin futuro… a menos que…”
¡No!, no hablo de las entelequias que hoy son los partidos políticos opositores que van con rumbo a la extinción, hablo de que o despertamos, nos ponemos las pilas y empezamos a cuidar nuestro planeta, o no habrá futuro.
El año 2024 nos trae lecciones con el cambio climático, o cuidamos la naturaleza, el medio ambiente y los recursos naturales, o corremos el riesgo de extinción de la raza humana con sequías, deshielos, terremotos, erupciones, huracanes e inundaciones.
Ya el año 2020 nos había dejado lecciones con el Covid-19, si seguimos alterando ecosistemas y contaminando aparecerán nuevas enfermedades... ¡No entendemos!... ¡No aprendemos!
Por cierto, hablando de la vida, solo aquellos países que puedan garantizar la alimentación de sus pueblos (seguridad alimentaria), serán libres y soberanos; los demás, serán dependientes, cuando no explotados y/o esclavizados; de ahí la necesidad de entender la seguridad alimentaria como asunto de seguridad nacional… Lo que pone el futuro el futuro nacional en el campo.
Es un hecho, los desiertos están creciendo y la temperatura aumentando; loables los esfuerzos de China, Egipto, Costa Rica y otros países que, con el trabajo extraordinario de sus pueblos están combatiendo la desertificación sembrando árboles que aguantan el calor y no requieren de mucha agua, al tiempo que están diseñando sistemas innovadores e ingeniosos de riego; la lucha contra el deterioro del planeta y la reforestación de desiertos es una lucha de vida que deberíamos replicar en México, en Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, etc. y en todo el planeta, lucha en donde con tristeza no veo acciones concertadas entre las naciones y entre los tres niveles de gobierno en México con la ciudadanía para sumar esfuerzos por cuidar, sí, pero también recuperar espacios y tierras que serán el sustento de futuras generaciones y una estrategia para revertir el cambio climático.
El futuro está en el campo y en los océanos, en la tierra y en el agua, en el cuidado de los recursos naturales y de los ecosistemas; no podemos, no debemos, en aras de ganancias rápidas y fáciles acabarnos las especies marinas, ni seguir contaminando con pesticidas, con agroquímicos o con desperdicios y basura el mar, la tierra y el aire que son el sostén de la vida, contaminarlos es inmoral, antinatural y suicida, ¡la humanidad urge despertar! y tomar conciencia de que nada, nada tiene sentido si no se asocia al milagro de la vida, reconociendo que vivimos en un planeta redondo con recursos finitos (y frágiles) en donde no podemos, más bien, ¡no debemos reproducirnos sin sentido y sin límite!, por una sencilla razón, cada ser humano que nace de manera natural ocupa un espacio que le quita a otras especies y requiere, para su subsistencia, de recursos naturales que son finitos, sean alimentos, aire o agua. En otras palabras, cada ser vivo consume recursos que, cuando no son suficientes o no existen en exceso, le hacen falta a otro ser vivo; lo que genera carencias que hoy vemos en el planeta y se reflejan con las migraciones masivas de hombres y animales que, en su lugar de origen no tienen oportunidades para tener una vida digna, migraciones que por injustas deben detenerse, cada sociedad debe ser responsable de su reproducción, educación y desarrollo, y de contar con los recursos naturales que sostengan la vida, de ahí el sentido primero de la soberanía nacional…
Una vez entendido esto, por lógica elemental de supervivencia, los esfuerzos de cada nación y de la humanidad deberían priorizar la producción de alimentos y la sustentabilidad que proteja y restituya los sistemas naturales y garantice que la tierra, el aire y el agua seguirán teniendo las características que les permiten sostener la vida. Seguir reforzando un modelo socioeconómico que lleva al consumo al infinito, a la contaminación y al deterioro de los sistemas que sostienen la vida en un plantea redondo, además de miope y egoísta, ¡es ser idiota! Lo que me recuerda lo que dicho por Albert Einstein: "Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y del segundo no estoy seguro".
Esto nos abre dos caminos y la oportunidad de un nuevo comienzo, estimado lector: 1.- Dar por buena la cita de Einstein y resignarnos a la extinción de la raza humana por estúpidos, 2.- Cada uno en lo particular hacer algo para revertir la contaminación y las pandemias asociadas, como son la hambruna y el deterioro de los recursos naturales con acciones sencillas como cuidar el agua y no contaminar (basura); para que asociados con gobiernos que prioricen el bienestar del pueblo con programas concertados entre los tres niveles, con la participación ciudadana, apoyados en ciencia e innovación y enfocados a la seguridad alimentaria nos permita recuperar la tierra, mientras luchamos contra los desiertos y cuidamos del medio ambiente y de los recursos naturales haciendo sustentable y sostenible la vida;… la alternativa es no tener futuro… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador