Guardián de negocios

Prohibición de Vapeadores: El Riesgos para la Salud, el Mercado Negro, y el gran Negocio
La decisión de la Cámara de Diputados de reformar la Constitución para prohibir la producción, distribución y venta de vapeadores junto con sustancias como el fentanilo ha generado un amplio debate. Aunque los cigarrillos electrónicos representan riesgos para la salud, compararlos con una droga sintética tan peligrosa como el fentanilo resulta desproporcionado. El fentanilo es conocido por su alto índice de mortalidad y su papel en crisis de salud pública a nivel global, mientras que los vapeadores, aunque no exentos de problemas, son usados por muchos como alternativa al tabaco tradicional. Esta decisión parece más simbólica que efectiva, ignorando las diferencias significativas entre estos productos.
Por otro lado, no se puede ignorar el papel que las tabacaleras han jugado en este debate. Aunque estas empresas buscan reposicionarse en el mercado con alternativas como los cigarrillos electrónicos, su historial de engaño sobre los riesgos del tabaco tradicional invita a cuestionar sus intenciones. No hace mucho trascendió que en Philip Morris había una gran desesperación y preocupación porque ven lastimado su negocio de vapeadores, cigarros electrónicos pues. La Cuarta Transformación pedía que el despacho del presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional les abriera las puertas. La mala noticia adelantábamos es que a sus IQOS en la 4T había una consigna de no abrir absolutamente las puertas. Ellos y otras empresas de este negocio, defienden que pueden ser legales y pagar menor tasa fiscal, pero la idea y el proyecto es que debían pagar una mayor tasa fiscal, para seguir en el negocio, e incluso esa fue la idea de muchos funcionarios en su momento, que pagaran un alto porcentaje fiscal.
Si bien promueven los vapeadores como menos dañinos, su objetivo primordial sigue siendo mantener la dependencia a la nicotina. Estas industrias han sabido capitalizar la falta de regulación, posicionando sus productos en mercados donde las restricciones son laxas o inexistentes. La prohibición en México también alimenta el mercado negro, aumentando los riesgos para los consumidores. La falta de regulación adecuada genera incertidumbre sobre la calidad y seguridad de los productos disponibles, afectando especialmente a menores de edad, quienes suelen ser blanco de estrategias publicitarias cuestionables.
Mientras tanto, las sanciones propuestas, como multas y encarcelamiento, abren la puerta a posibles actos de corrupción, lo que podría desviar aún más el foco de la protección de la salud pública. La solución no está en prohibiciones totales, sino en establecer regulaciones efectivas que permitan controlar la calidad de los productos y proteger a los consumidores. El caso de los vapeadores evidencia un problema más amplio: la necesidad de enfoques equilibrados que consideren tanto la salud pública como la lucha contra las prácticas abusivas de las grandes industrias y los mercados ilícitos. ¿Qué autoridad velará por evitar esto ilícito y la corrupción que vendrá?.
La reforma que prohíbe la producción y venta de vapeadores junto con sustancias como el fentanilo plantea importantes desafíos tanto en términos de salud pública como de implementación efectiva. Si bien la intención de proteger la salud es válida, la prohibición no solo pone en el mismo nivel productos de riesgo desigual, sino que además podría tener efectos contraproducentes. Hoy no se ha podido detener el consumo del tabaco, donde hay un empresa que ganó un amparo para seguir exhibiéndolos en su negocio. La falta de regulación ha generado un mercado negro activo que ahora se verá fortalecido, exponiendo a los consumidores a dispositivos de baja calidad o peligrosos, elaborados sin controles sanitarios. Esto es particularmente alarmante, ya que los más de dos millones de usuarios de vapeadores en México podrían acceder a productos que incrementen aún más los riesgos para su salud.
Además, la experiencia demuestra que las prohibiciones totales no eliminan el consumo, sino que lo trasladan a entornos ilegales, donde la seguridad de los productos no puede garantizarse. En este contexto, la falta de mecanismos de supervisión efectiva también abre la puerta a prácticas corruptas, como sobornos para evitar sanciones o permitir la distribución clandestina. Este enfoque podría agravar los problemas de salud pública y socavar los esfuerzos por proteger a los menores de edad, quienes son especialmente vulnerables al uso de vapeadores debido a estrategias de marketing no reguladas. ¿Están listas las autoridades para atender los efectos secundarios de lo que se ha aprobado?.
Si bien las tabacaleras tienen un historial cuestionable, ignorar su responsabilidad en la regulación adecuada también es problemático. En lugar de prohibir, México podría optar por un marco regulatorio que controle la calidad de los vapeadores, limite el acceso de menores y minimice los riesgos asociados, y más que protejan los salud de los mexicanos y tasas más altas de impuestos para quienes quieran seguir en el negocios. De esta manera, se enfrentarían tanto los problemas de salud como el crecimiento del mercado negro, ofreciendo una solución más equilibrada y sostenible para proteger a los consumidores. Veremos.
Voz en Off
No hay que perder de vista lo que está haciendo Grupo México, que ha desarrollado un enfoque integral para promover el deporte en las comunidades donde opera, logrando un impacto positivo tanto en la formación de atletas de alto rendimiento como en el fortalecimiento del tejido social. Un ejemplo destacado es la Escuela de Natación en Cananea, Sonora, que opera desde 2015 en una alberca semiolímpica construida por la empresa como parte del Parque Tamosura. Esta escuela no solo ha entrenado a más de 560 alumnos, sino que también ha formado un equipo representativo que acumula triunfos estatales y nacionales, destacándose en competencias como el Campeonato Estatal Curso Corto 2024. El programa incluye entrenamientos diarios, asesorías psicológicas y nutricionales, y clínicas especializadas impartidas por el nadador olímpico Jorge Iga, quien ha sido una fuente de inspiración y guía técnica. Además, los atletas participan en actividades de servicio comunitario, promoviendo un modelo integral de formación.
Asimismo, la empresa extiende sus esfuerzos a otras disciplinas deportivas. La Academia de Béisbol Naranjeros – Grupo México, en colaboración con la Liga Mexicana del Pacífico y Codeson, beneficia a más de 450 niños y jóvenes, consolidando equipos infantiles competitivos. Paralelamente, la Liga Minera de Béisbol, creada en mayo de 2024, incluye a 620 jugadores, principalmente colaboradores de sus minas, y fomenta la integración y la pasión por el deporte. La empresa planea expandir este modelo a nuevas localidades como Nacozari de García, Sonora, para seguir promoviendo el bienestar a través del deporte. Para redoblar esos esfuerzos, en mayo de este año, se creó la Liga Minera de Béisbol, que reúne a más de 620 jugadores de 31 equipos, de los cuales 53% son colaboradores de las minas y plantas metalúrgicas de la empresa en diversos estados. En octubre pasado, la Liga Minera celebró su primer torneo nacional llevado a cabo en siete sedes distintas, donde peloteros de todo el país demostraron que entre los mineros la cultura y la pasión por el deporte es una realidad cotidiana…
@juliopilotzi