Federico Arreola y la triste historia de los abajofirmantes
La columna que escribió ayer Federico Arreola, y que como todos los días que nos la comparte la reproducimos en AEInoticias.com, me hizo recordar, no sin cierto humor negro, mi etapa en El Economista de Luis Enrique Mercado.
Criticaba con el seudónimo de Alejo Garmendia, y siendo yo de plano un mala leche, condené a los grupos que por un quítame éstas pajas de algo que no les parecía, publicaban desplegados fulminantes que firmaban un ejército de “intelectuales”.
Siempre era casi los mismos.
Y yo me preguntaba si el que firmaba como responsable de la publicación en solo unas horas, podría haber realizado más de 100 llamadas informando al abajofirmante que publicarían un texto para protestar por X razón.
Mal pensado que siempre he sido, creí esos desplegados eran ya unos machotes de abajo firmantes que asentían, sin saber que era lo que aprobaban, en protestar por lo que el grupo manipulador de los abajo firmantes consideraba una nueva infamia gubernamental.
Esas notas que publiqué en El Economista fueron a finales de los años 80.
Ya después las publiqué en El Día y finalmente en Impacto, en El Heraldo y ahora en 24 Horas Diario Sin Límites gracias a la hospitalidad de Toño Torrado, firmando ya con mi nombre, pero mantuve mi opinión de los desplegados de los abajo firmantes.
Y vaya que son porfiados. En la última campaña presidencial, en la que en el Handicap Presidencial publicado en 24 Horas siempre puse como amplia favorita a Claudia Sheinbaum, los abajo firmantes, ahora encabezados por personajazos como Héctor Aguilar Camín, se salieron del clóset para ser unos inútiles “Xóchitl-Lovers.
Dice Arreola que Aguilar Camín ya no regresó, como había prometido, a escribir su columna en Milenio Diario.
Transcribo:
“El pasado 20 de diciembre Héctor Aguilar Camín publicó en Milenio su última columna de 2024. Prometió, “con la venia de los editores”, volver a tal espacio en 2025. El conocido escritor no estaba optimista. Los gobiernos de Morena, en su opinión, han hecho posible “la demolición constitucional de la democracia y de sus instituciones”. Es falso lo que dijo, pero tenía el derecho de expresarlo. Aguilar Camín lidera al grupo de quienes, por haber visto dañados sus intereses con la 4T, piensan que ha quedado “instalada en nuestro país una dictadura legal”. Qué patraña.
Sin duda estaba amargado Héctor Aguilar Camín cuando redactó su última columna de 2024:
- “La maraña de mentiras y sofismas en que vino envuelta esta demolición apenas puede exagerarse”.
- “El poder se ha concentrado abrumadoramente, pero el país no ha mejorado”.
- No hay nada que permita “augurar un crecimiento pujante, una equidad social de nuevo tipo o una vida democrática plural”.
- “Solo es previsible un gobierno más poderoso, tiránico…”.
Son perros los abajo firmantes y sus manipuladores.
EN TIEMPO REAL.
1.- Nadie se ha quedado con las ganas de chacotear con el nombramiento de Cuitláhuac García como encargado de la empresa gubernamental encargada de vender gas. Ello dio pie a que el Teacher López Dóriga comentara: “nombramiento para ese brillante intelectual que es Cuitláhuac García.