Es la economía…
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“Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.”
Maquiavelo
El título completo del artículo debería ser: “es la economía, estúpido”, frase utilizada por
Bill Clinton en su campaña presidencial de 1992, ideada por su principal estratega, James Carville; que, sin duda, fue fundamental para que un desconocido gobernador de Arkansas venciera al poderoso Presidente de los Estados Unidos, George Bush padre, en su intento reeleccionista; sin embargo, se me hizo muy rudo para quien este navegando por su celular y se tope a boca de jarro con dicho insulto, así que, mejor lo deje a la interpretación de quienes ya conocen el ahora dicho.
El mensaje era simple, pero contundente, el ciudadano común no entiende de grandes discusiones filosóficas, políticas, económicas o jurídicas; su principal preocupación es el sustento diario, su simple cotidianeidad.
En nuestro país, durante mucho tiempo, particularmente en las décadas de los 50s, 60s y 70s, a pesar de la baja calidad democrática y de casos, no tan aislados, de corrupción, el Partido en el poder pudo mantener su hegemonía, sin contrapesos políticos fuertes, al menos externos, justamente por un adecuado manejo de la economía.
Quienes conozcan del tema o lo hayan vivido, recordaran lo que se llamó el milagro mexicano -producto del desarrollo estabilizador-, debido a la atinada conducción hacendaria por dos sexenios del abogado Antonio Ortiz Mena (1958-1970), quien a mi juicio debió ser el que tenia que escuchar las palabras mayores en boca de Diaz Ordaz, pero bueno, eso es harina de otro costal.
El punto es que, las exigencias democráticas y el crecimiento de la oposición en nuestro país en último cuarto del siglo derivó de los problemas económicos y de la pésima administración de los gobiernos de Echeverría y López Portillo, no propiamente del espíritu democrático de nuestra sociedad, la cual hubiera permanecido en su actuar previo, si no hubiera visto tan maltratados sus bolsillos y su calidad de vida. Las devaluaciones de la época y la inflación eran terribles.
Actualmente, nuestra situación económica deja mucho que desear, sin embargo, comparado con las crisis económicas de los 80s y 90s estamos en la abundancia, situación que desafortunadamente no durara mucho, si nuestros trasformadores siguen regalando dinero a manos llenas y tirando recursos en hoyos faraónicos, y peor aún, si los gringos cumplen con sus amenazas de aranceles leoninos.
Esta economía, de regular a mala, pero subsistible, hizo que MORENA, de la mano del gran carisma del presidente saliente, logrará ganar de calle la pasada elección presidencial, a pesar de que la inseguridad esta peor que nunca y de que en grandes porciones del territorio nacional, el crimen organizado es el que gobierna.
Las muertes dolosas diarias, los miles de desaparecidos y el empoderamiento de los criminales, les hizo lo que el viento a Juárez, en virtud de que los bolsillos no están tan vacíos.
Y esto es explicable, porqué la naturaleza humana, tal como decía Maquiavelo, en la frase que inserte al inicio de este artículo, puede soportar, olvidar o ignorar una perdida familiar, pero no se metan con su economía, porque hasta allí llega la indiferencia. De allí la frase: “Es la economía…”
En fin, si como oposición queremos despertar a la ciudadanía de este letargo trasformador, debemos hacer notar, CON LETRAS MAYÚSCULAS, los grandes problemas económicos del momento, producto del alto costo de la gasolina, que a su vez se traduce en el alza de la mayoría de los bienes de consumo básico; lo cual es solo el principio de una crisis económica que azotará a nuestros hogares en menos de un lustro; porqué parece que convertirnos en un narco país no preocupa mucho.
Otrosí: Se que ya casi es febrero, pero, aun así, quiero desearles un 2025 pleno, lleno de salud y alegrías.