El rancho vivo/Gerardo A. Herrera Pérez
El rancho vivo
Siempre será muy grato poder narrar las cosas que se pueden observar desde nuevas metodologías y estrategias para la producción agrícola y pecuaria, en un marco de sostenibilidad. La Madre Tierra necesita un respiro, y lo necesita en verdad, ella tiene que ofrecer alimentos para el consumo de 7 mil 500 millones de personas, es decir, nueve veces los 800 millones de personas que la Tierra albergaba en 1750, al comienzo de la Revolución Industrial.
La población mundial se incrementa anualmente en 75 millones de personas, y como va en la década de los años 2020, o sea a un año, más de 8 mil millones de personas y pudiera ponderarse que llegará a los 9 mil millones para el 2040. Todas estas personas trataran de encontrar un lugar dentro de la economía mundial. Así, como se hace hoy, seguramente en años por venir, los pobres lucharan por conseguir el alimento, el agua, la atención sanitaria y el sustento para la sobrevivencia, pese a que todos estos son derechos humanos, es probable que se dé una crisis de los derechos humanos por la búsqueda de la alimentación, del poder de la alimentación.
Nuestro mundo es asimétrico muchos pobres, pocos ricos que concentran la riqueza mundial y nacional; el mercado y el desarrollo ha permitido mayor longevidad y salud inimaginable hace algunas decenas de años, pero a la vez al menos mil millones de personas viven en pobreza y en una lucha permanente por la sobrevivencia. Los más pobres se enfrentan en el día a día a la muerte por insuficiencia alimentaria, falta de asistencia médica, deficiencia de vivienda, falta de acceso al agua y saneamiento de la misma.
La economía mundial y el desarrollo Neoliberal, tiene en crisis al medio ambiente, que amenaza la vida y el bienestar de miles de millones de personas en la Tierra, y de otros seres vivos como plantas y animales. Necesitamos pues, urgentemente un crecimiento económico socialmente inclusivo y ambientalmente sostenible, con autoridades sin corrupción y sin crimen organizado de por medio actuando.
En la búsqueda del desarrollo económico y el goce de los recursos naturales, los seres humanos debemos asumir la realidad de la limitación de los recursos de la Madre Tierra y de los ecosistemas, pero además, debemos de tomar en cuenta que esta posición debe ser para el presente y para las futuras generaciones, es decir, tenemos que acceder a un modelo de desarrollo sostenible. Debemos de impulsar acciones para eliminar la pobreza, la desigualdad, impulsar la movilidad social, evitar la discriminación e impulsar la cohesión social.
De cara a este modelo de desarrollo sostenible y de sociedad sustentable, se requiere comprender que el desarrollo debe ser entendido en el marco del respeto a la dignidad humana, pero también en el ejercicio de la espiritualidad, es decir, del respeto a las plantas y animales, así como al agua, al aire y a la tierra.
Afortunadamente existen diversos espacios, como el Rancho Ecológico Tungui, en Uruapan, que están generando propuestas de desarrollo sostenible. Rancho Ecológico Tungui se encuentra trabajando con paquetes tecnológicos de agricultura biodinámica, o de agricultura viva, incluso escuchamos de manera interesante su denominación como “rancho como organismo vivo”, o sea, el privilegio de la vida frente al cosmos, a la Madre Tierra.
El Rancho Ecológico Tungui, cuenta con prestigio internacional y esta al cuidado de Juan Manuel Tungui Olivo; Juan Manuel al igual que otros productores orgánicos, ha privilegiado la vida frente a un mercado que cada día genera más devastación a la naturaleza, al medio ambiente y a la biodiversidad y la vida misma.
El ingeniero Tungui Olivo, su causa es la vida, es decir lucha por preservar la vida, durante muchos años ha impulsado diversas tareas de protección del bosque y los espacios verdes. Hoy en el Rancho Ecológico Tungui, se genera la ecoformación, se genera una ecoética, se generan las condiciones para la sostenibilidad y sustentabilidad del proyecto de la vida y la humanidad.
A estas tareas del cuidado del medio ambiente ya se suman muchos ciudadanos de Apatzingán, entre ellos, el ingeniero Francisco Aguilar y su pequeño hijo quien tiene una ilusión de que el mundo sea una fuente de inspiración para la humanidad, o bien, el grupo de vecinos que actúan en coadyuvancia con Por amor a mi tierra Apatzingán, entre otros, quienes ya realizan tareas de ecoformación, como también los hacen mis amigos de Deportistas con Causa, al frente de Martín Barriga, o bien como lo hace Francisco en Pátzcuaro con su organización de productos orgánicos y que ahora alcanza ya difusión hasta la Ciudad de Morelia.
La Ecoformación, en este sentido, busca el desarrollo y el crecimiento interior pero parte de un principio básico el respeto a la naturaleza, considerando la otredad o lo relacional, y desde luego con vistas a garantizar no solo la sostenibilidad para la generación que actúa, sino para las próximas generaciones. Así, la triada: la naturaleza, sociedad y humano, deben ser respetados.
La Ecoformación nos permite integrar las cuestiones relacionales entre humano y naturaleza, relación que habrá de tender a una visión activa y consciente, pero en un modelo armónico, integrador y de valores. La Ecoformación no incluye el ego, por qué el ego plantea posicionamientos y valores individuales y no colectivos, plantea lo etnocéntrico pero no lo ecocéntrico; por ello, la importancia de aplicar el conocimiento en la atención, respeto y cuidado para lo sostenible de la naturaleza para estas generaciones y las próximas.
La Ecoformación fomenta la cooperación y la creación de entornos para la colaboración entre la sociedad y la naturaleza, derivado de la competitividad y del mercado Neoliberal, por ello, se requiere de crear escenarios de dialogo, ambientes agradables para interactuar, estrategias y buenas prácticas que nos permitan motivarnos y sensibilizarnos sobre el daño ecológico que estamos generando y que coadyuve a revertir dichas prácticas, que entre ellas se encuentra el uso y abuso de los materiales plásticos.
En este sentido seguiremos trabajando, como sociedad civil e instituciones en gobernanza, con los modelos de intervención y atención a favor de talleres de las 7 ¨R¨, que nos plantean un consumo local, responsable y de reflexión. Felicitamos a Rancho Ecológico Tungui.