El proyecto secreto/Mateo Calvillo Paz
El presidente se cree perfecto, que todo lo hace bien,eso dice en los discursos. En los hechos,comete errores garrafales y nos tiene en vilo.
¿Quién no quiere ser gobernado por el mejor de los presidentes, quien no sueña con un gobierno ideal? Sin embargo, no somos niños que todavía se chupan el dedo y sueñan para no ver una realidad diferente.
Afirma la psicóloga Alejandra Morelos Borja que vivimos en una sociedad esquizoide, concretamente el discurso se dispara a las alturas y se desprende de la realidad, hemos perdido piso.
Es fantasioso y embustero, deformado el lenguaje de los gobernantes de la cuarta transformación. Es ampuloso, vanidoso, maquilan la realidad deformándola.
El sujeto que gobierna, en su mente, no es un ser humano, es un superhombre, no se sabe de qué raza ni especie, todo lo hace bien, jamás una sombra de perversidad o de limitación, nunca reconocen mi error ni crimen.
En los informes oficiales hace tiempo que todo es cifras alegres la realizaciones son totales, el lenguaje es triunfalista. No son criaturas humanas, pertenecen a una raza de super hombres nunca antes vistos antes que ellos sobre la haz porque y el de la tierra.
Afirman que sólo buscan el bien de la gente, dicen lo que la gente gusta de oir, pero sólo buscan halagarlos y “envolvernos” para servirse de ellos.
En realidad lo que buscan es su bien egoísta y de sus hordas.
Usan como bandera los valores de un orden de razón, pero en los hechos los tiran a la basura.
Predican democracia y practican autoritarismo. Exaltan austeridad, honestidad, eficiencia y hacen lo contrario,. un gobierno para todos y el presidente es sectario, parece de la oposición y gobierna para los de su partido.
Los servidores públicos no sirven al pueblo sino a la persona del tlatoani que exige sumisión y adoración .
Se ufanan de la cuarta gran transformación y es la misma mafia del poder con personajes de la clase política conocidos por sus vicios y crímenes.
Quieren renovar al país sin renovar primero al hombre. Sólo el hombre nuevo puede crear un México transformado. El hombre debe reconocer sus culpas, purificarse y renacer a la condición de un hombre honesto.
Se exalta el pueblo como un gran pueblo y al mismo tiempo no se promueve a la persona para que crezca, se le manipula, se aprovechen de la ignorancia y debilidad del pueblo, con ellos, con populismo ganaron en las votaciones.
México, una pelotita en los pies de equipos del poder que juegan muy mal y sólo meten autogol.
Cuando llegué el sucesor de Manuel Andrés, tal vez por una revisión de mandato, ¿va a echar por tierra todo lo que hizo este?
Necesitamos apoyarnos en Dios que no es caprichoso ni ególatra, ni está ebrio de poder.
Necesitamos los valores universales, humanos y morales inscritos por Dios en el ser del hombre.
Estos son expresión del orden moral, de la ley, se imponen a los presidentes y a sus partidos. No dependen el consenso de la Mayoría ni del “dedito” del líder.
Las decisiones del presidente que no guardan este orden están precipitando al país en el caos.
Estamos en una crisis que se abre otras crisis, hay tinieblas y confusión sobre el abismo. Urge detener la caída en el vacío para evitar todos los males: caída del peso, pérdida de millones de dólares y de la confianza en las personas y las instituciones, bajas pasiones de poder y dinero desatadas.
Hay que enderezar el timón según el orden de la razón, todo debe orientarse a la persona humana. Debemos construir sobre la roca firme de Dios que establece un orden moral.
Hay que cimentar sobre los valores universales, la justicia, el derecho y la ley que obligan absolutamente, sin excepciones, como las leyes metafísicas. Nada sólido se construye sobre el capricho del caudillo y el consenso de su mayoría.
“Si a causa de un trágico oscurecimiento de la conciencia colectiva el escepticismo lograse poner en duda los principios fundamentales de la ley moral el mismo ordenamiento moral quedaría desprovisto de fundamentos reduciéndose a un puro mecanismo de regulación pragmática de los diversos y contrapuestos intereses”. (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia.