El olfato de Ricardo Monreal
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Estamos en la recta final del proceso previo para definir al coordinador de la defensa del voto que, al fin y al cabo, será el candidato de Morena a la presidencia de la República. Con ese fin, los seis aspirantes que están inmersos en esta dinámica se someterán a una serie de encuestas que, como sabemos, ya fueron elegidas por el método de insaculación. Buena parte de esas metodologías harán la función de espejo, es decir, cotejará paralelamente el ejercicio que recolecta la dirección del partido y, en una ponderación final, los instrumentos unificarán un solo dato para nombrar- el próximo 6 de septiembre- al abanderado de la izquierda en México.
Sabemos que se avecinan días de mucha tensión. De hecho, el propio Marcelo Ebrard, quien aspira a buscar la coordinación, salió esta semana ante la opinión pública y, con una posición que llegó hasta la tribuna de las mañaneras, mostró su postura. De forma más general, tiene cierto temor o dudas del proceso interno justo a unos días que se termine el ejercicio de información territorial. Estrategia o no, esto prendió las alarmas en el seno morenista que, por la misma razón que hemos fundamentado en este espacio, no hay piso parejo.
A mediados del 2021 se abrió el juego sucesorio y, en cuento a esa situación, los dos factores que predominaron serán, sin duda, el elemento principal que influirá en la toma de decisiones. Eso se pudo evitar, sin embargo, la exclusión y el favoritismo son el común denominador. Y a medida que el ejercicio se aproxima, es muy complicado que el proceso se enderece en un momento clave que está a punto de definirse. Se recurrirá, está definido, a una encuesta que cuenta con el respaldo de los seis aspirantes a la coordinación.
Sin embargo, la tensión volvió al clima interno de Morena. Resulta que, el método que se aplicó a priori, tuvo solo a 4 perfiles que tuvieron la fortuna de salir elegidos por su casa encuestadora que propusieron. En resumidas cuentas, la metodología que puso sobre la mesa Ebrard, no salió sorteada cosa que generó más suspicacia en la dirigencia nacional del partido. De hecho, poco después de que se informara la ruta que seguirá, el equipo de Ricardo Monreal, en un gesto de madurez política de alto nivel, salió a manifestar su declinación de la encuesta y, para equilibrar la balanza, recurrió a ceder el espacio al canciller. O sea, tanto Marcelo, como Claudia Sheinbaum y Adán Augusto, lograron colocar, claro está, una calificadora que hará la función de espejo.
Fue, no hay duda de ello, una decisión que calificó Adán Augusto de altura de miras. Desde mi punto de vista, Ricardo Monreal actuó de la manera más correcta a sabiendas de que, el clima que prevalecía, necesitaba oxígeno para sellar la unidad de una vez por todas. Incluso, las fricciones pudieron haber sido más profundas y, con una jugada maestra, Monreal evitó una crisis al interior de Morena. Además, junto con ello, provocó que las reacciones al interior del movimiento reconocieran la voluntad de un perfil que, en más de 46 años, ha demostrado esa capacidad para construir acuerdos y consensos, fomentando, eso sí, la reconciliación que es una herramienta infalible del zacatecano.
Y en el momento más oportuno, Ricardo Monreal muestra sus atributos de mediador porque, si hay algo que preocupaba en la puesta en marcha de las encuestadoras, era el desequilibrio para encarar la recolección de la información. Las razones que tuvo Monreal, está claro, son llegar sólidos al proceso electoral del 2024 y, para efectos políticos, dejar claro que, más allá de las situaciones que se dieron, su lealtad está con el presidente López Obrador.
Eso se ha podido notar en cada una de las asambleas de información. Ricardo Monreal, sin titubeos, ha llamado a cerrar filas con el mandatario federal. Y ahora que hubo una pequeña turbulencia- quien mejor que Monreal- que es un arquitecto para construir acuerdos y, justo en el momento más oportuno, declinó su casa encuestadora y, de paso, equilibró la balanza para evitar una tensión interna. Fue, a todas luces, una carambola de tres bandas y una decisión inteligente.
A propósito, Ricardo Monreal hizo un llamado a todos los aspirantes que participan en el proceso interno de Morena, “a mantener la cordura, la paciencia y pensar que es más importante el proyecto de nación que la ambición personal”.
“Tengo confianza en que recuperemos la tranquilidad y la calma, ya que necesitamos actuar en estos días con mucha moderación y prudencia, pues es mucho lo que se juega en el país”, expresó.
En una asamblea informativa que llevó a cabo en la Alcaldía Iztapalapa el jueves, consideró que es necesario que la dirección del partido convoque con urgencia a los aspirantes, “para que todos asumamos con responsabilidad los resultados que surgirán de la encuesta y no haya más profundidad en las diferencias”.
Dijo que es importante sentarse y hablar con todos en estos diez días que faltan, para que “los presagios de tormenta no nos afecten y siga adelante la unidad, porque la unidad nos hará imbatibles, nos hará vencer todos los obstáculos que se nos presenten, nos hará libres y nos hará actuar con dignidad”.
Ricardo Monreal señaló que no es correcto hacer acusaciones, por lo que reiteró su llamado a la tolerancia, la prudencia, al acuerdo y a que todos los aspirantes se alejen de cualquier interés personal, “pues todos nos necesitamos”.