El odiontómetro del odio
Los mecanismos de opresión que la población utiliza para someter, controlar e incluso disciplinar los cuerpos de aquellos que son diferentes, de aquellos que, por su color de piel, su condición sexual, económica, de salud, discapacidad, la edad, la clase, el sexo, el género, la raza, es comprendido en una dinámica social como inferior.
La opresión se mantiene viva todos los días, en ocasiones invisibilizando, en otras tantas con estigmas o prejuicios, sometiendo por la vía de la violencia, la exclusión, la discriminación, y otras tantas, asesinando, utilizando la necropolítica, definiendo que cuerpos deben de vivir, que cuerpos deben de morir.
Considero que también deberíamos tener un odiontometro, así como existe un violentometro, la existencia de diferentes posiciones del odio, permiten comprender la manera en como se transita de la expresión, del discurso, y de la narrativa de odio, para hablar de un caso en especial, de una colectividad o bien de una narrativa que somete a una población. El odio, lleva a la muerte, episodios que hemos visto de policías blancos contra personas de piel negra en los Estados Unidos, los asesinatos perpetrados por el patriarcado contra personas homosexuales o trans, los asesinatos de personas adultas mayores por una mujer apodada “la mata viejitas”, en fin, vivimos en una sociedad compleja, donde esta normalizado y naturalizado el odio.
El odio, no solo se expresa en su condición física, de denominar y dominar, subordinando los cuerpos, o el cuerpo; también lo puede hacer a través expresiones, narrativas y discursos de odio, que de manera muy puntual precisa el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, aquel otrora CONAPRED, dirigido por Gilberto Rincón Gallardo (qepd), o bien, por Perla Bustamante, Ricardo Bucio, por Alejandra Haaz, así como por Mónica Maccise, quien presentará su renuncia y fuera aceptada, la verdad desconozco si existe ya una o un presidente.
Frente al odio, una manera de detonarlo, es la expresión, es la oralidad, son aquellas frases, palabras denostativas, un uso del lenguaje coloquial que pone a las personas y somete sus cuerpos a la agresión verbal, o bien a la exclusión de un grupo o de la colectividad. Dichas expresiones pueden ser aisladas, incluso no sistemáticas y a menudo son descalificaciones contra la apariencia, el cuerpo de la persona, la condición social, económica, de poder, la posición política hoy tan de estos tiempos, frente alguna situación que genera conflicto
A diferencia de la expresión de odio, el discurso de odio incita a ideologías misóginas, machistas, clasistas, racistas, homófobas, xenófobas, que justifican la exclusión y la jerarquización social de un grupo o sociedad derivado de sus condiciones sociales y económicas de poder. Para el Consejo de Europa es discurso de odio “todas las formas de expresión que propaguen, inciten, promuevan o justifiquen el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo u otras formas de odio basados en la intolerancia, incluyendo: la intolerancia (el no reconocimiento de las diferencias) expresada por un nacionalismo agresivo y etnocentrismo, discriminación y hostilidad contra las minorías, los inmigrantes y personas de origen migrantes, y aquí agregaría la condición de pobreza o precariedad, su condición sexual, de género, de etnicidad.
Las narrativas de odio, es diferente a la expresión y discurso de odio; la narrativa es el relato con una lógica y coherencia interna que interpreta la conexión de eventos y personajes; es decir, le dan sentido a la historia, conectando los sucesos singulares con los más generales, hasta legitimar una construcción de la historia colectiva, para excluir y sancionar.
La narrativa de odio construye su reflexión a partir de distintos momentos, tiempos, contextos, y legitima sus motivos, las explicaciones que dan sentido a su comportamiento, y permite la creación de los móviles para la exclusión y desde luego con ello, hace del odio la herramienta perfecta para violentar los derechos humanos de las personas.Los narrativas de odio, los discursos de odio, las expresiones de odio, existen, porque existe un modelo social, que fue fundado en el sometimiento del ser, del saber y del poder desde hace 500 años, donde el hombre occidental patriarcal, blanco, heterosexual activo, con estudios, con estabilidad económica, no étnico, sin discapacidad, constituye el modelo asimétrico del poder, de jerarquización social, los blancos viviendo en privilegios nos dice Frants Fanon, y las demás razas en precariedad, en esa línea del ser humano, arriba, el norte global con el ser humano, abajo el sur global con el pseudo ser humano.
Considero que tenemos que seguir trabajando en el desarrollo humano, en la formación en valores, principios y virtudes sociales con toda la población, no podemos seguir fortaleciendo el paraiso del neoliberalismo, generando la asimetria de poder y el sometimiento del patriarcado contra de la población: mujeres y hombres que son dominados y subordinados por otros hombres.