El millón de dólares
Este sábado 21 de octubre algo importante ocurrió en el icónico salón de Los Ángeles, California, MILLION DOLLAR.
El encuentro de Claudia Sheinbaum con miles de compatriotas resumió en un solo acto el ayer, hoy y mañana de la migración mexicana en el país más rico del mundo.
Ayer;
El nombre mismo del salón invoca la frontera social que tiene la Unión Americana. Allá, en el imaginario colectivo hace tiempo que lograr tener un millón de dólares es pasar del mayoritario bando de los perdedores o fracasados (losers) al minoritario bando de los ganadores (winners). Ese reto es parte del llamado sueño americano, gran motivador para millones de migrantes -pilgrims- que llegaron en oleadas históricas a ese país huyendo del ambiente crítico de Europa en 1620.
Desde entonces, para much@s, el atractivo para ir y permanecer a toda costa en ese país no ha sido alcanzar el millón de dólares, sino simplemente tener un mejor trabajo o un ingreso que no pudieron tener en su país de origen.
Ese flujo inagotable de migrantes -indocumentad@s- a EEUU garantiza allá a los empresarios contar con un ejército industrial de reserva que permite mantener bajos los salarios de los ya ocupados, sean legales o ilegales; por ello, nunca la mayoría de los trabajadores “ilegales” tendrán sus “papeles arreglados”.
Además, la masa de indocumentados permite al gobierno y a los empresarios estadounidenses “administrar” el número de trabajadores necesarios según los ciclos económicos lo requieran expulsando al número necesario de ellos para mantener el equilibrio entre oferta y demanda de esa mercancía llamada fuerza de trabajo.
Hoy
Las décadas de crisis y estancamiento de la economía mundial capitalista que prevalece hasta nuestros días al calor de una revolución tecnológica que concentra el ingreso y el comando del crecimiento en unas cuantas empresas y segmentos y que desplaza hacia la informalidad y el desempleo a las mayorías, ha acelerado drásticamente el flujo migratorio mundial de los países del sur hacia los países ricos del norte y especialmente hacia EEUU, a ello se agrega la creciente violencia social que genera como un cáncer, el crimen organizado asfixiando la vida de millones que deben buscar la salida de sus regiones y países.
Ya lo sabemos; llegar a EEUU es para miles un riesgo de muerte y de una muy probable vida de discriminación y explotación sin derechos laborales. La vida para la mayoría será tener casa y auto a cambio de duras jornadas con descansos de fin de semana para seguir en el círculo de un trabajo que no dará para alcanzar la educación superior de los hijos. Éstos tendrán ese mismo fin rutinario que incluye el reglamentario pago de los “biles” cada mes para sostener casa, auto y otras comodidades.
Mañana
La visita de Claudia al Million dollar anuncia el cambio que viene. Veremos la 4T en EEUU o sea, la puesta en marcha de un nuevo Pacto político de la migración mexicana con el próximo Ejecutivo Federal alcanzando una dimensión binacional con el mismo principio de justicia social “por el bien de todos, primero los pobres” y del mandato ético de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo y con ello, viene también la inclusión de la población migrante como destinataria de las políticas públicas del Estado Mexicano, como no se ha visto en el pasado. ¿Por qué? Porque Claudia Sheinbaum es particularmente sensible al importante papel histórico, social económico, político y cultural de esa gran población nuestra en el exterior.
No debe olvidarse el origen migrante de su propia familia y su convivencia personal con la migración mexicana en California durante sus años de estudio en Berkeley.