El evangelio hoy/Mateo Calvillo Paz
Domingo 25 Tiempo Ordinario,
Ciclo B
Una vida llena de dolor
Esta vida es de sufrimientos y limitaciones. La paz y la gloria total y definitiva son para el cielo. El dolor es el paso a la gloria.
En tu vida. La pandemia, el crimen, la pobreza extrema y muchas otras penas enfrentamos. A veces no entendemos.
Muchos no quieren sufrir nada, esperan tener una vida feliz, sin ninguna prueba, tener en la tierra el paraíso.
Dios habla. En la vida hay personas malvadas que matan y hacen sufrir a los inocentes. No son sólo los narcos, los asesinos y los asaltantes, todo ser humano tiene algo de bestial, de satánico. Pierden la dignidad humana y gozan siendo crueles, torturando, hacen sufrir a sus hermanos. Es la situación que refleja el libro de la sabiduría.
En el mundo hay inocentes que sufren la muerte y la tortura. Son un misterio en el plan de Dios pero su sufrimiento redime los pecados de los hombres.
También hay hombres malvados y mentirosos que hablan mucho de sí mismos como si fueran modelos de todas las virtudes. Hay hermanos que son capaces de dar la vida por los demás. Jesús, el hijo de Dios enfrenta a la muerte, sabe que lo van a matar y no se echa para atrás. Es el enviado de Dios, elegido para dar su vida para la salvación de todos.
La fe en otra vida, la verdadera, les da sabiduría para entregar su vida. Es grande el hombre, el gobernante que es capaz de dar la vida por sus hermanos, como Morelos que imitó a Cristo.
Cristo es el modelo de todas las virtudes, jamás presumió de nada ni buscó quedar bien ante los demás. Enseña una gran virtud la humildad que transforma el mundo. “Si alguno quiere ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos”. Si alguno quiere ayudar a México que no sea presidente que se auto- alabe, dé su dinero a los pobres y se ponga a servir.
Cristo es nuestro modelo, nuestro guía en este mundo. Siguiendo sus pasos encontramos el sentido definitivo de nuestra vida. Somos libres de rebajarnos hasta ponernos mo el último de la sociedad y servir a nuestros hermanos.
En Cristo encontramos el sentido de nuestra búsqueda, lucha, sufrimientos. Nos orientamos a la vida verdadera, inmortal y gloriosa.
Vive intensamente. Hay que encontrar a Cristo, escuchar su Palabra y darle sentido a nuestra vida.
Cristo está aquí. En esta misa, Cristo nos alimenta con su Palabra, su cuerpo y su sangre.