El evangelio hoy/Mateo Calvillo Paz
Cuaresma 2 a Ciclo A.
La historia salvífica lleva a la gloria de Cristo
La historia santa conduce a Cristo, la vida de Cristo culmina en la gloria de la resurrección. La vida de los creyentes debe seguir sus pasos.
En tu vida. Algunos fieles de la comunidad han vivido un encuentro con Cristo, han visto su gloria y cambiaron.
La Gloria de Cristo los ha entusiasmado para buscar la salvación en la comunidad.
Dios habla. Dios elige a algunos hombres para ser enviados a llevar su salvación. Pablo le escribe a Timoteo: “Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado para que le consagremos nuestras vidas.”. Dios me ha llamado a mí para acercarlos a ustedes al Salvador.
Desde el principio, Él va conduciendo la historia de la salvación. Va eligiendo los santos de la fe que entran en el proyecto de la salvación y hacen avanzar la historia hacia los tiempos definitivos cuando venga Cristo.
Es la historia de nuestra familia. Dios eligió a Abraham, para ser padre de los creyentes. “Dijo el Señor a Abraham: deja tu país y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré.
Dios proseguía su plan de salvación en un pueblo que nace de Abraham, Israel. Es una larga historia de pecado, rebeldías y la paciencia de Dios que perdona y purifica y hace avanzar a su pueblo a la meta. Su bendición y su propósito de salvar a los hombres es leal y sin arrepentimiento. Dios prepara a su pueblo por su palabra que es anuncio y acción, el DABAR hebreo.
El tiempo de la redención se ha cumplido en Jesucristo, él es el centro y el culmen de las obras de Dios para salvar al hombre.
“Éste don que Dios nos ha concedido por medio de Cristo Jesús desde toda la eternidad ahora se ha manifestado con la venida del mismo Cristo Jesús… Que ha hecho brillar la luz de la vida y de la inmortalidad…”
Las maravillas de Dios para redimir al mundo llegan a su momento pleno y definitivo en la Encarnación del Hijo de Dios. Toda su vida es un sacrificio agradable al Padre y salva al mundo. Culmina en su pasión, muerte y resurrección. Este acontecimiento que tiene lugar en la semana Santa, se prepara en la Cuaresma.
El Evangelio presenta Cristo en su vida pública dirigiéndose a Jerusalén para los acontecimientos decisivos de la muerte y Resurrección. Será entregado en manos de los hombres que lo torturan, lo colgarán de la Cruz. El resucitará.
En el camino el permite a Pedro, Santiago y Juan tener una visión anticipada de su gloria, acompañado del jefe del pueblo Moisés y del más grande de los profetas Elías.
La descripción de Mateo es grandiosa, sin embargo, la realidad de su esplendor es infinitamente más grande y bella.
Ante los discípulos, el Padre avala la obra divina y salvífica de Jesús: “este es mi hijo muy amado del que estoy totalmente contento, escúchenlo”..
Ellos deberán guardar su visión como un secreto hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”. Los creyentes seguimos el mismo camino, hacia el mismo destino y suplicamos: “dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, purificada nuestra mirada interior, nos alegraremos en la contemplación de la gloria”.
Vive intensamente. Para salvarte debes seguir a Cristo y, a través de los sufrimientos y esfuerzos, llegar a la gloria.
Cristo está aquí. con su gloria velada por los signos. Nos alimenta con su Palabra, su cuerpo y su sangre.