El evangelio hoy
Dios sale del misterio trinitario
Dios revela el misterio de la Trinidad enviando a su Hijo al mundo y a su Espíritu para hacernos hijos y darnos la paz.
En tu vida. ¿has ido al encuentro de Dios y te has dejado envolver por su misterio, has sentido su Misterio invadir tu vida?
¿Lo has encontrado a él que viene a tu encuentro, escuchando su sabiduría, de inundado su ternura y su paz?
Dios habla. Lo nuestro es estar atento a Dios que viene fascinados por su grandeza, su gloria, sus designios de amor.
Dios ha entrado en nuestra historia, la Biblia ha sido el cuaderno de las memorias de Dios y las memorias del pueblo que él escoge para darle conocer su misterio, su vida y su riqueza de amor, de felicidad y de gloria.
Dios formó al hombre y puso en su corazón una sed de Dios . escucha su llamado y está atento a la venida de Dios que descubre su misterio. Los elegidos de Dios reciben su revelación: “yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, misericordioso y fiel. Los elegidos lo llaman: “dignaste venir ahora con nosotros… Perdona nuestras iniquidades y pecados y tómanos como cosa tuya”.
Este domingo de la santísima Trinidad necesitamos ir su encuentro, para que él se haga presente en nuestra vida y recibamos al Padre que nos envía a su hijo y a su Espíritu, nos deja entrar en su vida derramando sobre nosotros toda su ternura, su gloria, su amor, su dicha desbordante.
Recibir a Dios trae una inmensa alegría, la vida brilla por su gloria. “El amor del Padre, la gracia de nuestro señor Jesucristo y la comunión del espíritu Santo. Es una aventura fascinante y tremenda que se vive en el éxtasis. Pablo lo comunica.
Hoy se rebela a nosotros el maravilloso plan de Dios y su grandeza, su humildad para venir a nosotros, pobres criaturas. La historia del mundo y de la salvación son una entrega de amor porque: “ tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo único. Para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna… Para que el mundo se salvara por el…”
Cristo en tu vida
Deten tu rutina, ábrete al mundo de Dios para que entre en tu vida y revele su misterio y su proyecto de amor.
Cristo está aquí.
La misa es presencia del Padre, su amor nos da todo por su Hijo y su Espíritu, en la Palabra, el Pan y el mayor Vino.