El ejército de Claudia Sheinbaum
Se han sumado muchas circunstancias para que Claudia Sheinbaum gane la elección presidencial. De eso no hay ninguna duda, incluso la misma decadencia que vive Xóchitl Gálvez es el mejor ejemplo de lo que acontecerá en vísperas de la votación. Inclusive, la abanderada del Frente se ha convertido, de manera paradójica, en la mejor aliada de Morena, debido a la incapacidad que ha demostrado para construir o madurar una personalidad propia que, a la postre, la haga despegar. Empero, más allá de eso, la coordinadora de los comités de la defensa del voto, siempre ha tenido en su poder todas las condiciones para ganar.
En pleno proceso previo domina todas las encuestas de opinión pública que se han divulgado en las últimas semanas. Y no solamente está en la cima de las preferencias, sino que su ventaja es potencialmente superior. Así es como podemos ir anticipando lo que acontecerá. De igual forma, la fuerza política de Claudia Sheinbaum, en lo territorial, se ha ido fortaleciendo a la par de las incorporaciones a su primer círculo de trabajo. Una de ellas, claro está, es la de Ricardo Monreal, quien será coordinador de campaña y, para efectos políticos, una pieza clave del engranaje que, a lo largo de muchas décadas, construyó una habilidad impresionante para operar procesos y ejercicios electorales de esta naturaleza.
Así que, con la llegada de Ricardo Monreal, Sheinbaum asegura una planeación quirúrgica y un manejo de la logística de primer nivel. No se diga en las cinco circunscripciones donde Claudia incluyó a liderazgos de mucha capacidad política. Es el caso de Néstor Núñez, que este fin de semana acompañó a la coordinadora en una gira exitosa por el norte del país, demarcación que, de esa forma, estará bajo la tutela del exalcalde de Cuauhtémoc. En ese foro de unidad, por ejemplo, se notó la mano de Núñez para favorecer el buen ambiente de cohesión interna.
Dado que se trata de construir un ejército cuya influencia política mueva y convoque gran poder de base, los nombramientos en los nueve puntos del país, para efectos de suma de votos, le proporcionarán buenos dividendos a Claudia Sheinbaum. Esto representa, claro está, un trabajo territorial de años como lo han ido apuntalando quienes serán los candidatos de Morena en las entidades federativas. Habrá, sin lugar a dudas, mucha fuerza y empuje en CDMX, donde el lopezobradorismo se ha mostrado dominante y, más aún, ahora que Harfuch ha cerrado filas con Clara Brugada. De hecho, muchos se quedaron con las ganas de ver un rompimiento que, dicho sea de paso, operó muy bien Sheinbaum, para evitar pugnas.
Otro de los puntos estratégicos, sin lugar a dudas, es la incorporación de Eduardo Ramírez en Chiapas.
Un líder y referente consagrado que, para el proceso electoral, le aportará mucha fuerza y empuje a la campaña de Sheinbaum. Era indispensable e inminente su nominación como coordinador, pues lleva años poniendo en marcha un recorrido por toda la geografía chiapanena a ras de tierra. Eso, al final de cuentas, lo coloca muy por delante para ganar el ejercicio de la entidad y, con ello, refrendar el triunfo electoral en el sur del país. Incluso, el Jaguar Negro tiene todas esas cualidades de un liderazgo que servirá de apoyo para sacar todo el provecho posible y, con ello, garantizar muchos votos a la causa lopezobradorista.
Podemos hablar, de manera clara, que la democracia participativa ha dado el salto definitivo en Morena. En Chiapas, por ejemplo, se le hizo justicia a Eduardo Ramírez, que siempre estuvo en el ánimo de la población. Es, en pocas palabras, su momento para poder triunfar y, con ello, sea un gran factor para ganar la presidencia con Sheinbaum, con ese ejército tan poderoso que, no tengo ninguna duda, hará la diferencia en las urnas, pues, al final de todo, los triunfos se construyen en el escrutinio público que, con la llegada de estos grandes activos, se multiplicará ese efecto.
Lo mismo pasará en Puebla, Morelos, Yucatán, Jalisco, Guanajuato, CDMX, Tabasco y Veracruz.