El efecto Ebrard
Ganando como siempre
Los números son fríos, pero contundentes, confiables, más allá de especulaciones, filias, fobias, simulaciones que son tan comunes en política, cuando hay un proceso electoral democrático, abierto, las cifras caen por su propio peso y ponen a cada quien en su justa dimensión.
A unos días de culminado el proceso, ya podemos hacer métricas y ponderar quiénes son los ganadores y perdedores virtuales del proceso, pero sobre todo analizar cuál fue el comportamiento de las diferentes fuerzas y los resultados de las diferentes estrategias en el país, así se derrumban la comentocracia y los análisis a priori.
Hay un fenómeno que no podemos perder de vista y es que después de una elección interna tan compleja, como fue la de MORENA, con un nivel de participación y conocimiento que asemejó a la misma elección constitucional. La figura de Marcelo Ebrard que muchos adelantaban como acabada, apaleada y políticamente apabullada ha pasado a ser uno de los grandes influyentes y con mayor presencia en la opinión pública, el poder político y el gran ganador electoral, por encima de cualquier otro participante de dicha contienda interna, y una pieza fundamental de fortalecimiento para la recién electa Presidenta de la República.
Sin aspavientos, excesos de protagonismo ni dramas innecesarios, Marcelo EBRARD y su equipo obtuvieron victorias importantísimas para sumar votos al proyecto de la cuarta transformación, en municipios, distritos y estados clave para la Victoria contundente de Morena en el país.
Y es que a pesar de obtener muchas menos candidaturas de las que tenía oportunidad de ganar por la gran fuerza popular que demostró en la contienda interna, las posiciones que logró meter en competencia, ganaron en más del 90%, mientras tanto sus posiciones para San Lázaro en la representación proporcional, suman un importante bloque de diputadas y diputados federales para aportar a la mayoría calificada.
Además su presencia e impulso territorial, político y estratégico logró afianzar importantes victorias en la ciudad de México, empezando por la jefatura de gobierno, con Clara Brugada, donde su equipo fue fundamental en la construcción de una Victoria sobre la Alianza.
Un caso extraordinario fue la alcaldía Álvaro Obregón que estaba en manos de la oposición, quienes presumían 20 puntos de ventaja, perdieron, no solamente la alcaldía con el Marcelista Javier López Casarín, sino también las diputaciones locales, federales y el Senado.
En toda la demarcación ganó la cuarta transformación.
Con ese gran impulso, asimismo estados históricamente panistas como Yucatán, en donde el Huacho Mena se llevó de calle la elección. Entre muchos otros casos destacados en donde hubo presencia de la fuerza Marcelista.
Los números no engañan, la simulación y los acuerdos, por lo oscurito dejaron mal parados a gobernadores y operadores 4T de diferentes estados cuando la votación federal estatal y local no coincide. Especialmente donde dividieron fuerzas el partido verde y el partido del trabajo, quienes debían
ir en Alianza total con Morena.
Ebrard, en cambio, además de afianzar su fuerza en lugares estratégicos del país, es altamente probable se sume también al gabinete de la Presidenta Claudia Sheinbaum, fortaleciendo así, la gestión y la presencia de México en el mundo, en temas económicos, políticos y multilaterales.
Su presencia, basada en una relación de respeto y unidad 4T que pone en el centro a nuestro país, sería en el nuevo gabinete, en los congresos locales, gubernaturas, en San Lázaro, en el Senado y en la restructuración del partido.
Los números, como inicié escribiendo, no mienten, las victorias se construyen y los espacios se ganan, sin especulaciones los resultados electorales regresan a Marcelo Ebrard y su equipo al podium por la puerta grande. Sin ninguna duda, hay mucho que esperar de esa fuerza en lo sucesivo.