El cuidado de los derechos sexuales/Gerardo Herrera Pérez
29 de marzo de 2019
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23:07
La información y formación que sobre los derechos sexuales deben de tener la población, aunque aquí solo me referiré a la población joven, es decir de 18 a 29 años de edad, es urgente y necesaria para su empoderamiento, pero también para que el Estado mexicano cumpla con sus obligaciones con este segmento de la población en relación con la protección de sus derechos sexuales y reproductivos.
Estos fueron algunos de las reflexiones que se realizaron con un grupo de estudiantes de la licenciatura en Enfermería, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en donde se tuvo la oportunidad de trabajar con el tema de la sexualidad con enfoque de género y derechos humanos.
Sin duda alguna observamos como el desarrollo de los adolescentes y también el de los jóvenes, está siendo influido por el mercado; un mercado que seduce a través de los medios de comunicación y que fortalece el hedonismo, el narcisismo, la compra de marcas, el egoísmo y que promueve el ocio. Entre los placeres a los que se vinculan los adolescentes y jóvenes está el consumo del alcohol, las adicciones a sustancias toxicas, el sexo y las marcas, así como los programas violentos que ofrece la nueva tecnología y que están presentes en las TIC´s (tecnologías de la información y comunicación).
Durante los últimos tres décadas he tenido la oportunidad de trabajar en foros con adolescentes y jóvenes a quienes les he compartido información sobre los derechos sexuales y reproductivos; dichos derechos tanto los sexuales, como los reproductivos tienen enfoques relacionados con el respeto y no violación a los derechos humanos.
El punto crucial sobre lo cual me parece habría que diseñar modelos de atención para adolescentes y jóvenes en materia de salud sexual y reproductiva, así como de derechos sexuales y reproductivos, que incluyen estos temas, pero que además avancen en el modelo del respeto a la toma decisiones sobre la elección de la pareja.
Considero que es importante trabajar en el diseño de una malla curricular que permita adecuar a los tiempos posmodernos, la información sobre los derechos sexuales y reproductivos. Una maya curricular que permita abordar el tema de la sexualidad en el marco de la diversidad con enfoque científico, integral, laico, sin prejuicios, sin estigmas y con respeto.
En el 2008, es decir, desde hace diez años, se firmó La Declaración Ministerial “Prevenir con Educación” que se aprobó en el marco de la Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para Detener el VIH en Latinoamérica y el Caribe, realizada en la Ciudad de México. En el encuentro, Ministerios de Salud y de Educación se comprometieron a posicionar la prevención como eje fundamental para responder eficazmente al VIH y al SIDA. Las metas establecidas en la Declaración por los Ministerios de Salud y Educación de América Latina y El Caribe fueron:
• Para el año 2015, reducir en un 75% la brecha en el número de escuelas bajo la jurisdicción de los Ministerios de Educación que no han institucionalizado la educación integral en sexualidad.
• Para el año 2015, reducir en un 50% la brecha en el número de adolescentes y jóvenes sin cobertura de servicios de salud que atiendan apropiadamente sus necesidades de salud sexual y reproductiva.
Para lograr dichas metas y para asegurar la educación integral en sexualidad y promoción de la salud sexual y reproductiva en las personas adolescentes y jóvenes, la Declaración enfatizó la necesidad de una alianza estratégica entre el sector salud y el sector educación. El compromiso asumido implicó promover y difundir los contenidos de esta declaración en todos los niveles y sectores; y destinar recursos para concretar acciones en cumplimiento de los acuerdos tomados, no obstante ello, continuamos viendo que crecen las infecciones de transmisión sexual, que los embarazos en adolescentes continúan, que se siguen generando abortos, que no se utiliza el uso del condón ni masculino ni femenino de conformidad con los compromisos internacionales.
Lo que nos lleva a plantearnos que pese a la existencia de un marco normativo, del diseño de políticas públicas y de estructuras, entre los jóvenes continúan generándose violación a sus derechos sexuales y reproductivos al continuar habiendo infecciones de transmisión sexual.
De esta manera, continuamos viendo desinformación entre la población joven, lo que propicia que la principal vía de transmisión del VIH son las relaciones sexuales no protegidas, por lo que deben tomarse en cuenta las expresiones diversas de la sexualidad de la población y los contextos de vulnerabilidad en los que ésta se ejerce, además de otras infecciones de transmisión sexual.
La sexualidad es una dimensión del ser humano que se expresa durante toda la vida. La niñez y adolescencia son etapas significativas para potenciar el desarrollo de las personas, por lo que es necesario proporcionar una educación de calidad que incorpore la educación de la sexualidad como derecho humano y como estrategia de calidad de vida actual y futura.
Las relaciones desiguales de género y entre grupos de edad, las diferencias socioeconómicas y culturales, y las orientaciones e identidades sexuales individuales, al asociarse con factores de riesgo, propician situaciones que incrementan la vulnerabilidad a la infección de transmisión sexual así como al VIH Sida.