El Batallón de San Patricio
GESTA HISTORICA QUE REALIZARON LOS INTEGRANTES DEL BATALLON DE SAN PATRICIO Y SU TRASCENDENCIA HISTORICA PARA EL MEXICO INDEPENDIENTE.
- Introducción:
Muchos Mexicanos seguramente han oído en la escuela primaria, ya sea en las clases de historia de México o en alguna charla con personas que conocen un poco de nuestra historia decimonónica el nombre del Batallón de San Patricio. Quizás algunos otros habrán visto ocasionalmente alguna calle o Plaza bautizada con el nombre del Batallón de San Patricio en alguna parte de nuestro país, pero seguramente la gran mayoría de ellos no tienen el conocimiento de la gran gesta gloriosa de este Batallón y menos de sus alcances que en nuestro devenir como Nación Independiente esta gesta tuvo.
Trataremos en este breve escrito de dar una introducción, justa y balanceada, de los hechos históricos que rodearon el accionar de este Batallón, desde su inicio hasta el final de su gesta heroica desplegada en ayuda de la lucha por mantener a México como una Nación Independiente, cuando esa condición estuvo gravemente amenazada y a punto de perderse ahora que estamos a punto de recordar este capitulo de nuestra historia a los 175 años de haber sucedido.
El nombre de este Batallón que formo parte del Ejercito Mexicano y que por razones de la magnitud de su gesta histórica, desde el pasado Octubre de 1997 su nombre se encuentra inscrito con letras en oro en el muro del salón de sesiones de la sede de la Cámara de Diputados, como parte de los Defensores de la Patria. Este decreto en su momento se realizo en señal de homenaje a un puñado de soldados, no mas de doscientos, la mayoría extranjeros pero también integrado con algunos ciudadanos Mexicanos, Alemanes e Italianos residentes en México, habiendo sido la mayoría de sus integrantes soldados Irlandeses, enlistados en el ejercito de los Estados Unidos de América que al iniciarse las hostilidades decidieron para bien o para mal, unirse al esfuerzo de guerra de nuestro país motivados la mayoría por sus creencias de confesión Católica y quizás aquellos otros, la minoría, por intereses económicos o por el despecho que sentían a sus condiciones de ciudadanos de segunda clase en el país que los había acogido originalmente al emigrar de Irlanda.
Es justo afirmar que su voluntad de apoyar a México y defeccionar del ejercito invasor del país vecino, fue y es considerado en nuestra historia como un acto heroico, pero también fue considerado como un acto de traición a la patria por la Justicia militar de los vecinos del Norte. Este apoyo, no de gran importancia en el aspecto militar por el tamaño del Batallón tuvo una gran relevancia por la valentía de sus integrantes, fue un acto escrupuloso de solidaridad con el mas débil de ese puñado de soldados Irlandeses, quienes ante las evidencias de las diversas injusticias y actos vandálicos de guerra cometidos por los grupos de voluntarios del ejercito invasor, como los Grupos de voluntarios de Tennessee y de Texas cuerpos integrantes de ese ejercito invasor, formado por soldados irregulares sin disciplina ni honor militar, sino mas bien integrado por cuatreros y asesinos, quienes por el odio que existía en la época entre la población anglo americana protestante y puritana que le tenían a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, profanaban los altares de las Iglesias Católicas de las poblaciones invadidas del Norte de México o de Veracruz y Puebla, robándose los cálices de oro o maltratando las pinturas de Santos o miembros de la jerarquía de la Iglesia, llamándole a la población Católica, “Sacrílegos” e “Idolatras”, así como los no pocos casos de violación de Monjas o de mujeres de la población civil y que a pesar de que la propia justicia militar de ese ejercito en algunos casos tomo cartas en el asunto, eran sin duda actos criminales que calaban profundo en el alma de la población mexicana y que a todas luces eran violatorios de las Leyes de esa época, relativas a como conducir una guerra “civilizada” bajo los preceptos del Derecho Internacional.
Todos estos hechos, que fueron evidentes a la vista de estos campesinos Irlandeses, quienes fueron hechos soldados a la fuerza queriendo conseguir que su estatus de inmigrantes fuera mas fácilmente aceptado, eran reprobados ya que siendo todos Católicos activos estas injusticias y crímenes los motivaron a desertar de ese ejercito invasor y ponerse del lado del país eminentemente Católico como el suyo lo era, el cual aunque mas débil militarmente hablando era mas fuerte desde el punto de vista moral ya que a todas luces esta guerra se reducía a una injusta invasión provocada por una ambición expansionista de sus políticos profesionales, quienes argumentaban a modo de justificación un axioma alucinante de que los Estados Unidos eran un pueblo escogido por la Providencia y que su “Destino Manifiesto” debía de ser la expansión al Pacifico y la consecución de su grandeza posible de alcanzar a costillas de su vecino del Sur.
Esta convicción de su “Destino Manifiesto”, producto de una idiosincrasia alucinante de la época y que desde el punto de vista del invasor México nada tenia que hacer mas que tolerar a la fuerza un ultraje a un asunto de honor nacional, quizás ya añejo para esa época, pero aun hiriente, como había sido la rebelión de Tejas asunto que aun estaba sin resolver y que acicateaba profundamente al México de la primera mitad del Siglo XIX. La anexión de Tejas en el año de 1845 a la Unión Americana provoco una serie de acontecimientos diplomáticos y militares que desembocaron en la declaración de Guerra a México por el Congreso de esa nación, dando así inicio a la guerra México Estadunidense en Mayo de 1846 que nos trajo la perdida de un poco mas de la mitad de nuestro territorio reconocido por el tratado Onís-Adams de 1819, dejando una cicatriz que aun a la fecha no ha sanado del todo.
- Antecedentes Militares:
La deserción de este grupo fue acogida con beneplácito por el Ejercito Mexicano creando un Batallón especialista en artillería al que se le dio el nombre del Santo Patrono de Irlanda “San Patricio” y para el cual ellos adoptaron una bandera de color verde esmeralda, con una inscripción en oro que se leia “Erin Go Bragh”, lo que se traduciría del Gaélico al Castellano como “Irlanda por y para Siempre”.
Habría que analizar a profundidad el contexto de la época para encontrar una explicación justa al comportamiento de estos campesinos Irlandeses, pero la justificación de ese comportamiento solo se podrá encontrar en la gran hambruna que Irlanda habría sufrido en 1842-1843, hambruna que expulso y forzó a emigrar a muchos miembros de su población principalmente por razones del idioma a los Estados Unidos. Es indudable que ellos encontraron un parangón entre su propia situación nacional y la situación que se había creado por la invasión de México, esta en cierta medida les recordaba a este puñado de soldados Irlandeses su misma condición en la Irlanda de la época, que era a su vez un país invadido, ocupado y sojuzgado por la Inglaterra anglicana protestante. Esta guerra de invasión, que nos fue impuesta por los Estados Unidos de América en Mayo de 1846 duro hasta Septiembre de 1847, guerra que termino con resultados desastrosos para México tras haber perdido batallas desde Palo Alto en la Franja del Nueces ahora cercano a Brownsville, Texas hasta la ultima y la mas gloriosa la Batalla del Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México en Septiembre de 1847.
- Destrucción del Batallón de San Patricio:
El Batallón tuvo su bautismo de fuego en la imponente y grandiosa Batalla de Monterrey, habiendo defendido con pundonor la “Ciudadela”, fortificación española eje de la defensa de esa ciudad, haciendo fuego con su artillería desde posiciones fortificadas y defendiendo la posición ante el embate enemigo a fuego y espada manteniendo a raya a las huestes del General Taylor que no pudieron tomar ese bastión defendido por el glorioso Batallón de San Patricio, forzando a Taylor a aceptar un armisticio honroso a las armas Mexicanas.
Después de la Batalla de Monterrey misma que no tuvo un resultado definitivo para ninguno de los ejércitos contendientes, a principios de Febrero de 1847 se verifico la Batalla de La Angostura, cañon ubicado al sur de Saltillo y en la cual el Batallón de San Patricio con su fuego preciso de artillería diezmo las líneas estadunidenses, no pudiendo estas tomar el cerro en donde la artillería Irlandesa Mexicana estaba situada. Estas acciones favorecieron un triunfo táctico de la armas Mexicanas, habiendo trocado una posible derrota en un resultado que la mayoría de los especialistas e historiadores no estadunidenses, quienes pecan de decir pocas veces la verdad, lo llaman un triunfo táctico de las armas nacionales por haber detenido ahí mismo el avance hacia el Sur del país del ejercito invasor del General Zacarías Taylor y haberlo hecho retroceder hasta Saltillo. Este resultado provoco la destitución de este General al frente de las fuerzas invasoras y fue relevado por el General Winfield Scott al perder la confianza del presidente James Polk, provocando el cambio de estrategia para llevar a cabo a la postre la consumación de esa invasión, vía el asalto anfibio del puerto de Veracruz primero en la historia militar de América y por las subsecuentes victorias de las armas extranjeras en las batallas de Cerro Gordo en ese estado de Veracruz y después de una pausa de 6 meses en las que el ejercito invasor tuvo un respiro en su campaña habiéndose acantonado en la ciudad de Puebla, adonde inexplicablemente fue recibo como un ejercito libertador por ciertos sectores y castas de la sociedad poblana, reanudo con éxito la campaña militar con su entrada a la Ciudad de México el 19 y 20 de Agosto de 1847, adonde se dio el encontronazo en el Rancho de Padierna a las afueras de Tlalpan con el Batallón y el ejercito comandado por el General Gabriel Valencia, sufriendo México una derrota mas que frustrante porque estuvo al alcance de nuestras armas el triunfo que pudo ser definitivo por estar el ejercito estadunidense muy lejos de sus líneas principales de abastecimiento pero la traición y la soberbia de algunos lo frustró.
En la batalla de Padierna y en la del Molino del Rey, México tuvo como ya lo dijimos oportunidades reales de triunfo y de llevar a cabo la expulsión definitiva de ese ejercito y en ambas el Batallón se porto muy galantemente, liderado por el recién nombrado Coronel del Ejercito Mexicano John O’Riley o John Riley, pero traiciones que en este ensayo no pretenderemos abordar, abortaron todos los esfuerzos de nuestro ejercito llevándonos Padierna a la derrota crucial y definitiva para la existencia del Batallón como unidad organizada de combate, en la gloriosa Batalla del Convento de Churubusco, en la cual el Batallón de San Patricio tuvo una actuación destacada y muy valiente, habiendo arriado en varias ocasiones la bandera de parlamento que algunos pretendían izar anticipando la derrota de las armas mexicanas. Desafortunadamente y como era de esperarse, al termino de la batalla los sobrevivientes del Batallón quizás unos 100 o menos entre soldados y oficiales, fueron aprehendidos y tomados en calidad de prisioneros de guerra y fueron encauzados como traidores, juzgados y algunos sentenciados a la pena capital en la casa que hoy se conoce como la “Casa del Risco” en la Plaza de San Jacinto en San Ángel. Los sentenciados a la pena capital fueron unos 45 integrantes de esa unidad quienes fueron ejecutados ahorcados en los arboles de esa plaza, que con el tiempo los pobladores de San Ángel los derribaron para borrar de alguna manera tal recuerdo de ignominia.
Es interesante señalar que el Coronel Riley salvo la vida porque en el Código Penal Militar de ese país del Norte, Riley deserto del ejercito antes de que formalmente se declarara la guerra contra México en Mayo de 1846, no habiéndose tipificado el delito de traición. Sin embargo, fue condenado a sufrir una humillación peor que la muerte. Fue azotado numerosas veces y marcado con un hierro al rojo vivo en ambas mejillas con la inicial “D” de desertor. Mientras tanto otro grupo de sobrevivientes fueron juzgados por el mismo delito de traición y condenados a la horca en el Palacio del Arzobispado en Tacubaya y ejecutados en unos llanos de Tacubaya a la manera de como en Texas linchaban a los negros y mexicanos montados en unas carretas que tiraban unos caballos que azotados dejaban asustados a los sentenciados colgando de la soga hasta su muerte. Este lugar hoy se puede ubicar con toda certeza al lado de donde esta el Museo de la Cartografía, Iglesia que esta en la lateral del Periférico en Tacubaya. Para el colmo de la ignominia, estas ejecuciones sucedieron en la misma mañana en que cayo el Alcázar del Castillo de Chapultepec. Como dato anecdótico, se sabe que los primeros están enterrados en el atrio de la Iglesia de Tlacopac en San Ángel y los segundos debajo del estacionamiento de la estación de bomberos de Tacubaya.
- Corolario:
A raíz de las ultimas derrotas que sufrieron las armas mexicanas en Churubusco y en Chapultepec, la integridad del Batallón de San Patricio se disolvió por ordenes de las tropas de ocupación de México, este legalmente llego a su fin y se sabe que algunos fueron premiados e indemnizados con tierras por el Ejercito y gobierno derrotados y otros regresaron a Irlanda. Los menos se quedaron a vivir en México, tal y como ocurrió con el Coronel John Riley, quien se sabe falleció en el puerto de Veracruz en 1850 en la miseria y olvido total.
Sin duda en este episodio de nuestra historia, México sufrió una derrota catastrófica que le amputo la mitad de su territorio y que le dejo una cicatriz muy profunda en la memoria colectiva de la población. Los estadunidenses se vanagloriaron de sus triunfos y en ese país nació a la postre un movimiento que exigía que todo el país fuera anexado por ellos, claro sin Mexicanos, imponiéndonos una paz obtenida a punta de bayonetas mediante la suscripción de un tratado llamado “Tratado de Paz, Amistad, Limites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de America.” Y que se le conoce comúnmente como el Tratado Guadalupe Hidalgo, por haber sido negociado y firmado el 2 de Febrero de 1848 en la Basílica de Guadalupe y ratificado por el Congreso de la Unión en la Ciudad de Querétaro, Qro., a mediados de ese mismo año, con el cual se oficializo lo que tanto habían ansiado tener, una salida al Océano Pacifico y el despojo de nuestros territorios mas ricos: Tejas, Nuevo México y la Alta California.
Por ultimo es importante señalar, que la trascendencia negativa creada por este conflicto aun no ha podido ser superada, pues esas cicatrices aun producen una gran desconfianza en nuestro país y ponen en duda siempre su sinceridad cuando dicen tenernos una amistad profunda como vecinos que somos y que dicen en sus discursos los políticos de ese país profesarle a su vecino del Sur, notándose en estas épocas convulsas que muchos otros países del mundo le tienen igual de desconfianza a ese país, porque cada día mas se multiplican sus desavenencias cuando demandan condiciones inaceptables de sumisión a los países principalmente de Hispanoamérica a quienes consideran parte de su espacio vital hegemónico, sostenido por su intolerable “Doctrina Monroe”. Por todo esto, nunca debemos de dejar de evocar el “Erin Go Bragh” del Batallón de San Patricio, siempre en recuerdo de honor para aquellos que sin haber sido mexicanos lucharon por la libertad de nuestra nación hasta la muerte!
En la Ciudad de México a 08 de agosto de 2022 en el 175 aniversario de la Intervención Estadunidense en México y de la fundación del Batallón de San Patricio.