El agua y el Neoliberalismo/Gerardo A. Herrera Pérez
Pátzcuaro, pueblo mágico, es sede del Foro Regional “Pacto social por el agua”, organizado por las instituciones federales como Conagua, Aneas, y el Consejo Consultivo del Agua, A.C., y cuya agenda atenderá siete puntos estratégicos para la sostenibilidad del recurso hídrico en México.
Los temas que se abordarán entre hoy y mañana 8 de febrero comprenden e involucran a todos los actores sociales, políticos, académicos en un ejercicio no necesariamente de gobernabilidad, sino de gobernanza; por ello, abordar los temas de pacto social por el agua; los derechos humanos y el agua; rediseño de la política pública; resilencia al cambio climático; planeación hídrica y proyectos estratégicos; gestión del agua; administración del agua moderna y la discusión especial: Cómo lograr la sustentabilidad de los lagos endorreicos del país.
En esta importante y significativa agenda, hay cuando menos dos elementos importantes a considerar, las cuestiones sociales y no solamente científicas, y las cuestiones del desarrollo con un enfoque de sostenibilidad para el presente y futuras generaciones de humanos y de la vida.
El desarrollo sostenible, es un concepto básico de nuestros tiempos, es una forma de comprender el mundo como un método para resolver problemas globales; recordemos que este mundo es para quienes hoy lo habitamos y para las próximas generaciones, por ello expresa Jeffrey Sachs, una buena sociedad no es únicamente una sociedad económicamente próspera, sino que ha de ser también socialmente inclusiva, ambientalmente sostenible y bien gobernada; y este es el fondo sobre el que se sustenta la Agenda 2030 los objetivos del desarrollo sostenible firmada por los países miembros de la ONU y desde luego firmado y ratificado por el Gobierno de México.
Por otro lado, el Foro ha sido intitulado “Pacto social por el agua”, es decir, la importancia de lo social, de la gente; lo social involucra a todos los miembros de una colectividad, a todas las personas, a todos los seres humanos y sus derechos, y si hablamos de los derechos humanos, el agua es uno de ellos, fundamental para la vida, no solo del hombre, sino de los animales, y de las plantas; es decir, lo social es parte de este mundo, por lo que resulta indispensable reconocer en la vida ese ecocentrismo que nos permite vernos a todos (hombres, plantes, animales) en igualdad, dejando de lado el etnocentrismo como eje del mundo, quien ha presionado esta vida.
El análisis que hagamos de lo social y el agua, nos debe llevar a pensar que vivimos en un sistema económico Neoliberal, y que todos los bienes, servicios y los productos que se generan de la naturaleza, están en el mercado, y que se paga por éstos, que utilizarlos de manera poco racional, no obstante que existen normatividad para regular estos actos, lo único que genera son multas, pero que con ellas jamás se podrán recuperar los ecosistemas. Por ello, es importante trabajar en valores colectivos y evitar los valores individuales que ha generado el mercado; como lo expresa el filósofo francés Gille Lipovetzky, quien confirma que el mercado está formando a sujetos sociales sobre todo a los jóvenes como hedonistas, narcisistas, consumistas, hiperlibertarios, hiperindividuales quienes solo responden por su condición personal.
Necesitamos que en esta era de los derechos humanos, en esta era de una nueva forma de regular las relaciones humanas a través de la ética y los valores, formemos un sujeto social y no fortalezcamos a un sujeto economicus, que está tensando las relaciones sociales y con la naturaleza, tal como lo señala Felix Guattari, en sus tres ecologías: la ecología medioambiental, la ecología social y la ecología mental.
En este sentido requerimos trabajar para voltear a ver las ecologías del sur, a las que hace referencia Boaventura de Sousa Santos, voltear a ver el modelo del Buen Vivir, sustentado ya en las constituciones en 2008 y 2009 en Ecuador y Bolivia, respectivamente. El Modelo del Buen Vivir, es una oportunidad para construir otra sociedad sustentada en una convivencia ciudadana en diversidad y armonía con la Naturaleza, a partir del conocimiento de los diversos pueblos culturales existentes en el país y en el mundo; insiste en este planteamiento y del cual comparto José María Tortosa.
Impulsar un modelo que permita un pacto social por el agua, es una gran oportunidad porque la necesitamos, solo que habrá que precisar cuál será el papel que jugara el modelo económico Neoliberal en que vivimos y con el cual desde los años noventa del siglos pasado, ha provocado un fracaso económico que ha permitido agudizar los conflictos sociales y los problemas ambientales exacerbando las desigualdades y las frustraciones de la población, sobre todo de los pueblos indígenas cuyos recursos han sido saqueados por empresas mineras, madereras y otras.
Hoy expertos, académicos, políticos y sociedad civil tienen la gran oportunidad de dar un nuevo rumbo a los recursos naturales, primero reconocer que este mundo es nuestra casa, y que debemos de cuidar la Naturaleza, el medio ambiente y la biodiversidad, que debemos de privilegiar la vida, y hacer del hombre, un hombre que le protegen sus derechos, pero a la vez persona, que cumple con sus deberes, el respeto, la espiritualidad y el cuidado de la Naturaleza.
Así para asegurar el agua, este vital líquido, y que no sea un mecanismo de control por parte del poder, se requiere revisar la filosofía y gobernanza del Buen Vivir con una ética para lo colectivo y no solamente para lo individual, el Buen Vivir, supone lo holístico (animales, plantas, humanos, agua, tierra, aire), propone el respeto y lo espiritual.
Deseo todo el éxito a los disertantes y participantes en tan importante Foro, todos, así lo considero, son personas que están pensando en la sostenibilidad para esta generación y la viabilidad de las próximas generaciones en el consumo y racionalidad del agua.