Ejército entre la espada y la pared/Luisa María Calderón
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Ejército entre la espada y la pared
Desarmar al Ejército, disfrazarlo y fortalecer en cambio la actividad y la organización de la delincuencia organizada. Quiero traer a esta opinión lo que la ONU escribe en prefacio de la Convención de las Naciones contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos, en el año 2000: “alineadas contra esas fuerzas constructivas, cada vez en mayor número y con armas más potentes, se encuentran las fuerzas de lo que denomino la “sociedad incivil”.
Se trata de terroristas, criminales, traficantes de drogas, tratantes de personas y otros grupos que desbaratan las buenas obras de la sociedad civil. Sacan ventaja de las fronteras abiertas, de los mercados libres y de los avances tecnológicos que tantos beneficios acarrean a la humanidad. Esos grupos prosperan en los países con instituciones débiles y no tienen escrúpulos en recurrir a la intimidación o a la violencia.
Su crueldad es la verdadera antítesis de lo que consideramos civil. Son poderosos y representan intereses arraigados y el peso de una empresa mundial de miles de millones de dólares; pero no son invencibles. La Declaración del Milenio.
Recordemos que antes de 2007 desertaban y se iban a engrosar filas de la delincuencia organizada y se retuvo esa deserción reconociendo su valía, su trabajo, el riesgo que sus hijos corren, estableciendo mejores condiciones para que su lealtad volteara a la Patria y no se vieran tentados a irse enfrente.
Hoy se habla de abrazos y no balazos; la violencia ha sido la mayor de la historia en nuestro país; la ciudad de México no puede esconder más el control que sobre ese territorio tiene esa organización, ese ejército armado, sanguinario, interesado en crecer su control, su distribución, sus rutas y territorios y a matar con saña, drogados.
Al Ejército en cambio, le obligan a disfrazarse de civiles para seguir cuidando al Ejecutivo camuflajeados de chairos, cuando a ellos los enseñan desde el primer día a tener ropa limpia, planchada, impecable, pelo y uñas cortas, a vestirse y honrar a la corporación a la que pertenecen. Están preparados para defender a las instituciones de este país; no para ser albañiles, pero lo harán: sí el ejército Sí va a construir lo que se pueda de aeropuerto Santa Lucía y la ecocida refinería de Dos Bocas porque aprendieron a reconocer en la figura del presidente al comandante supremo de las fuerzas armadas, sólo porque están formados en esa lealtad.
Tal vez esa lealtad es la que mantiene la gobernabilidad en nuestro país. Denostados y puestos entre la espada y la pared, los soldados van a ser desarmados, desfigurados, perderán su identidad de responsables por la seguridad de las instituciones del Estado; se van a mezclar con la policía, con quien mande el poder, pero su esencia no es esa, y van a estar ahí en la impotencia de contener el crecimiento de la fuerza y organización y poder destructor de quienes han sido sí, enemigos de nuestro país porque la delincuencia organizada no está interesada en cuidar a este México 8496 en primer trimestre; 9.6 % más que el mismo periodo el año pasado.
En ciudad de México incontenible, ahora coludidos los cárteles nacionales con los de esa ciudad silente al respecto desde siempre. Los cárteles coludidos, el gobierno silente y las fuerzas armadas desprestigiadas, desdibujadas, disfrazadas de chairos y trabando de albañiles para construir lo que al presidente se le antoja que quiere construir en el lugar menos adecuado y rompiendo además ecosistemas muy importantes, no solo para Tabasco y para México sino para todo el mundo.
Los periodistas asesinados unos y otros, o amenazados por disentir del Ejecutivo.