Dos mil vete/Zaid Mora
Te escribo esta opinión mientras me encuentro en una parte del mundo, donde los sueños se cumplen, en este parque temático creo que nos divertimos más los grandes que los chicos. Me encuentro con mi familia tomando un merecido descanso, poniendo una pausa a este dos mil veinte uno, un año en el que la pandemia no nos dio tregua sino todo lo contrario, se llevó a grandes seres humanos, por eso nos urge cerrar este libro para decirle: ¡dos mil vete!
Un año en el que cumplí muchas metas y otras las tuve que posponer, pero, posponer no significa renunciar a ellas, las anoté en la agenda 2022 en la cual he trazado un nuevo plan, siempre agradecido y reconociendo el trabajo tan profesional de mis colaboradores y las personas que han confiado en mí para lograr las alianzas que hemos construido.
En esta ocasión no te hablaré de la cultura, hoy solamente quiero que reflexiones y analices las expectativas que tenías cuando iniciaba este año que hoy termina, ¿Cuál es el resultado final de tus metas?, por muy altas que estas sean no ignores el camino que recorres para intentar conseguirlas es igual de valioso y si lo piensas bien, es una meta en sí. Ahora bien, quisiera que te hicieras esta pregunta: ¿Qué pasa con lo que no cumplimos?, el verdadero problema con estas metas, es que normalmente vienen de alguna comparación que hacemos de manera externa, así es, de esperar lograr las cosas como lo hicimos cuando éramos más jóvenes, o como las logró alguien más, sin embargo, en el momento que nos comparamos incluso con nosotros mismos, es injusto sobre todo para nuestro proceso de desarrollo. Aprender y emprender son brechas paralelas que se recorren juntas, aunque en gran porcentaje suelen complicarse, simplemente el hecho de caminarlas puede llevarnos a lograr grandes cambios profesionales y personales, en ocasiones solo necesitamos poner una pausa como lo hago hoy y ver con perspectiva y orgullo el camino recorrido.
La recomendación que te puedo ofrecer es: no te sientas mal, no te decepciones, mucho menos te reproches si algunos de tus objetivos no se cristalizaron o no se manifestaron este año, en lugar de eso analiza y recapacita; ¿Cuáles fueron los avances y los pasos que diste para acercarte a esa meta?, eso seguramente te dará la tranquilidad de saber que emprendiste el camino que te llena y que te hace feliz.
Te pido que te des el crédito que mereces por haber logrado cosas y haber pospuesto otras, eso querida lectora o lector, es humildad y sobre todo es el combustible que te ayuda a seguir adelante sin renunciar a tus metas.
Te deseo un exitoso año 2022 y sinceramente espero que en este momento te estés abrazando por todo lo que has logrado, ¡Muchas felicidades!
Manos a la obra, no en las armas.