Diversidad, inclusión y servicio educativo/Gerardo A. Herrera Pérez

Diversidad, inclusión y servicio educativo.
Gerardo A. Herrera Pérez.
Con una visión renovada y desprovista de prejuicios, estigmas, exclusión o discriminación, Sergio Miguel Cedillo Fernández rector de la Universidad de la Ciénega de Michoacán, impulsa la Semana de la diversidad sexual y la eliminación de la violencia contra las mujeres, edición 2021. La cual se llevó a cabo del 22 al 26 de noviembre, en su espléndido auditorio con mentes de pensamiento crítico y con conciencia cívica.
El evento cuenta ya, con más de una década de ediciones exitosas; en el devenir del tiempo y desarrollo del evento, han ido cambiado las miradas sobre su organización, desarrollo, invitados y modelos performativos, lo que genera una expectativa cada edición para quienes participan.
He tenido el privilegio de participar en diversas ocasiones en el desarrollo del evento en cuestión; ya disertando, generando procesos formativos a través de talleres, o bien, presentando textos colectivos con las compañeras Elvia Higuera y María del Refugio Ramírez. También me ha tocado apoyar procesos culturales en espacios públicos vinculados a este proceso de inclusión.
En esta ocasión, percibo en la organización de la Semana de la Diversidad Sexual, un proceso horizontal de involucramiento de sus autoridades, que evidencia el compromiso con el respeto a los derechos humanos, las libertades, la equidad, la perspectiva de género, así como el reposicionamiento de fortalecer el documento que crea el Observatorio de Violencia de Género, que transitará al de un convenio de colaboración entre diferentes estructuras operativas, de los H. Ayuntamientos de Jiquilpan, Sahuayo, Cojumatlán, la Secretaria de Igualdad Sustantiva, así como el Coepredv y la Universidad de la Ciénega, quien convoca.
El programa de la Semana de la Diversidad, esta integrada por diversos productos que van desde las conferencias magistrales, talleres de capacitación, presentación de investigaciones regionales, ciclo de cine de la diversidad sexual, pero además, la posibilidad de realizar acompañamientos, brindar asesorías, generar en los espacios académicos el sentir de la población sobre los temas de diversidad y violencia de género, que hacen de la región una interpelación sobre el cómo se diseña la política pública para atender los grandes problemas que aquejan a la sociedad de la región, sobre todo cuando se puntualiza que Sahuayo cuenta con una Alerta de Violencia de Género.
Me llama poderosamente la atención, ver como se generan las condiciones académicas para crear y desarrollar conciencia entre los asistentes (población estudiantil, docentes, autoridades académicas y municipales, y del Gobierno del Estado), es decir, el cómo a través de un programa construido en complejidad, se puede ir a la conciencia de los participantes para la comprensión de su conciencia antropológica, ambiental y de sostenibilidad, es decir la vida, debe ser atendida para la sostenibilidad, pero además de crear una conciencia cívica en valores y participación para el respeto de los cuerpos, además de una conciencia espiritual y de prevención.
Igualmente percibo en sus autoridades académicas, entre ellos, el señor rector, está buscando generar confianza en la población estudiantil y de aquellos que acceden a las instalaciones; pero además de impulsar fuertemente la identidad o pertenencia de la población al proyecto de la Universidad, impulsando para ello, los valores sólidos, y una sana convivencia que permita transitar a la alteridad, la intercomunicación, pero además a la tolerancia y el respeto.
Es interesante como en estos ejercicios dialógicos, se van ensamblando cada una de las disertaciones por cada bloque de ponencias, como el caso de las docentes, Elvia Higuera y María del Refugio Ramírez, quienes reflexionaron sobre la Convención Interamericana contra la violencia de la mujer de Belém Do Pará y cómo dichos instrumentos internacionales pueden ser parte de la construcción jurídica del convenio de colaboración para impulsar el observatorio de violencia de género en la región. Por su parte, otro de los disertantes se manifestó por seguir avanzando en la construcción de una nueva sociedad, aplicando conceptos de transmodernidad, transfeminismo, del devenir de la sociedad, de la teoría queer, para impulsar nuevas prácticas de consumo, de intersubjetividad, para definir lo ontológico y epistemológica de la teoría feminista y aplicarlos en beneficio de mujeres y hombres; es decir, para involucrarnos con un nuevo mandato social, de no agresión, de respeto, de cuidados y acciones para el bien común.