Diálogos de vida/Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.

Cada domingo en el espacio Diálogos de Vida, Santiago Heyser Sr. y Santiago Heyser Jr., ambos Coach de Vida certificados por la Federación Mexicana de Life Coaching, atenderán temas sobre la vida, sus problemas y una propuesta de solución. Si quieres que se atienda un tema o una situación en particular, escribe al correo: [email protected] (sin acento). Todos los correos serán contestados y las situaciones que destaquen serán publicadas en el espacio dominical de Quadratín. Los correos son confidenciales, no firmes con tu nombre, usa un seudónimo para que te identifiques con la respuesta, ej. “Creo estar enamorada… firma: Mal Correspondida”. Atentamente, Quadratín.
“En busca de la felicidad, VII”
Continuamos con el tema: ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo ser felices?
De nuestra lista de diez, hemos comentado acerca de ocho razones que nos impiden alcanzar un estado de felicidad: 1.- No somos conscientes de nosotros mismos; 2.- No vivimos la vida cuando sucede, en el momento presente; 3.- No aceptamos la realidad y luchamos contra ella; 4.- Creamos expectativas. 5.- Creemos que la felicidad es algo que obtenemos y es externo a nosotros. 6.- Creemos que para ser felices necesitamos a alguien. 7.- No hacemos lo que queremos. 8.- Estamos estáticos en nuestras vidas en lugar de estar en movimiento, creciendo y viviendo.
Resolver la siguiente causa, razón o motivo implica un esfuerzo especial, ya que es una agresión directa a nuestro ego, y consecuencia de ello, nos cuesta mucho trabajo aceptar que: 9.- No razonamos y dejamos que los condicionamientos culturales, religiosos y la educación que recibimos determinen nuestras vidas sin evaluarlos ni cuestionarlos.
Comencemos por abrir nuestra mente y recordar que: lo que somos en última instancia, nada tiene que ver con lo que creemos y pensamos. Quienes creemos que somos, cuando no razonamos ni somos conscientes, es relativo y condicionado. Simplemente es un cúmulo de información azarosa resultado de nuestra propia historia de vida, la época en la que nacimos, nuestra educación, el entorno sociocultural en el que nos desenvolvemos y la influencia religiosa, entre otros factores. Dicho de otra manera, nuestra forma personal de ver la vida la hemos aprendido del exterior y nos es difícil darnos cuenta de que nuestra propia perspectiva de la vida, no sólo está limitada, sino que además no es en realidad nuestra, ¡aunque creemos que sí! ¡Vamos a analizarlo! Imagina por un momento que hubieras nacido hace quinientos años en el oriente en lugar de nacer en el occidente, con otros papás y una cantidad distinta de hermanos, obviamente hubieras estudiado en otro tipo de escuela o ni siquiera hubieras estudiado porque en aquellas fechas no había escuelas y por supuesto, te hubieran enseñado una religión distinta… sin embargo seguirías siendo tú ¿de acuerdo?, sólo habrías nacido en otro momento y en otro lugar ¿De verdad crees que pensarías igual que como piensas ahora? ¿Crees que tendrías los mismos objetivos en tu vida? ¿Los mismos gustos, aspiraciones y miedos? ¿Crees que creerías en el mismo dios?, a lo mejor ni siquiera creerías en un dios porque te habrían enseñado cosas diferentes. Ni siquiera hablarías el mismo idioma, reflexiona al respecto… y mientras lo haces, te adelantamos que la respuesta a todas estas preguntas es: ¡No!; por una sencilla razón, en términos simples, hubieras recibido diferente información desde que naciste y hubieras reaccionado en tu vida conforme a ella.
¿Cuál es el punto entonces? El punto, es despertar nuestra capacidad de razonar, siendo conscientes de quiénes somos y de cómo actuamos, en lugar de reaccionar en modo automático (dormidos), como resultado de la programación y condicionamiento que hemos recibido. Es natural que la época y el entorno nos condicionen, así es la cosa, es parte de la vida y no hay conflicto en ello. El problema es que no nos damos cuenta que es algo circunstancial y externo, y terminamos por considerarlo como parte de nuestra esencia, a tal grado, que hasta nos sentimos agredidos cuando nuestros condicionamientos reciben ataques (cosa de ver a Musulmán que dicta pena de muerte a quién se burla de Mahoma, cuando simplemente podría ignorarlo), porque creemos que nos están atacando a nosotros, como cuando alguien tiene un punto de vista diferente respecto a algo en lo que hemos creído durante toda nuestra vida o cuando se dice algo negativo de la comunidad o de la familia en donde nacimos o respecto al candidato que elegimos.
La parte escurridiza aquí, es que: ¡no nos damos cuenta que todas las ideas y creencias que nos conforman son circunstanciales y no son nuestras!, ¡son inducidas!, no es lo que somos. La sugerencia es evaluar lo aprendido usando nuestra inteligencia y no nuestras emociones que son el resultado de los pensamientos que generamos derivados del mismo condicionamiento fortuito. Hay que razonar y dejar de creer en lo que creemos sólo porque nos lo enseñaron o porque es una tradición familiar o una costumbre social en nuestro país o de la época. Hay que conducir nuestras vidas a partir del análisis consciente de las situaciones y de la información con la que contamos… ¡Razonando!
Una vez que hemos comprendido esto, dimos un paso importante para ser felices, porque nuestra felicidad estará determinada por nosotros y nuestra esencia y no por las circunstancias, el entorno o el condicionamiento externo… ¡Así de sencillo!
Recuerda, si quieres que atendamos una situación en particular, escríbenos a: [email protected]
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Escritores y soñadores.