Diálogos de vida /Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Hablando en Serio
“Educación III - Internet & Redes II”
Celaya, Guanajuato, 17 de abril del 2021
Internet pasó de ser un espacio público a convertirse en un gran centro comercial con anuncios publicitarios; y de permitirnos el acceso a un contenido global, a ofrecernos contenidos específicos, para manipular nuestra conducta y forma de pensar.
Hoy las redes sociales son diseñadas, actualizadas y optimizadas constantemente con el único objetivo de que las personas pasen el mayor tiempo posible interactuando en ellas, lo que les permite a las compañías, obtener mayor cantidad de información de cada uno de nosotros con el fin de convertirnos en producto a vender a empresas comerciales y de personalizar los contenidos para que sean de nuestro interés y así, mantenernos atrapados más tiempo en la pantalla.
Nosotros, cada persona, somos el producto; y mientras más tiempo estemos en las redes, videojuegos y plataformas, más ingresos obtienen las compañías, ¿cuál es el costo?... nuestras vidas. ¿Por qué crees que Netflix y YouTube, entre otras, tienen la función de autoreproducción encendida por defecto? ¿Te has dado cuenta que con los videojuegos de moda, para poder jugar con un amigo, cada quien tiene que estar en su casa en lugar de estar juntos?, antes, a pesar de estar con el videojuego se convivía, las personas interactuábamos unas con otras.
Es cierto que internet y las redes sociales, incluidos los videojuegos, nos permiten relacionarnos con más personas, no por nada el slogan de la marca de celulares Nokia era Connecting People (conectando personas); sin embargo, pocos hablan de la calidad de esas relaciones. Basta con observar que en Facebook el promedio de “amigos” supera los 200, pero, ¿cuántos de ellos son reales?, ¿con cuántos de ellos se iría uno de vacaciones o invitaría a cenar a su casa? ¿Cuántos amigos reales podemos tener en la vida?, ¿cuántas personas podemos conocer a profundidad y saber lo que sienten, lo que les emociona o angustia, sus temores, retos personales, la calidad de sus relaciones, sus sueños?... confundimos la palabra ‘amigo’ con ‘conocido’. Los amigos son personas con quien se tiene una relación, lo que implica afecto personal, puro y desinteresado, afecto que nace y se fortalece con el trato, ¡ésta diferencia hay que explicárselas a nuestros hijos!
Saber qué hace alguien, qué comió, a dónde se fue de vacaciones, su ideología política y recibir algunos memes, no es una amistad, menos aun cuando mucho de lo que las personas muestran en sus redes sociales es una versión idealizada de sí mismas para “verse bien” ante los demás; nuestros hijos no siempre identifican esto, al contrario, también se quieren “ver bien”, ser populares, pertenecer, tener más seguidores y más likes y comentarios en sus publicaciones e interacciones, sin darse cuenta que no tiene valor real en sus vidas. Chamath Palihapitiya, exvicepresidente de crecimiento de Facebook, nos explica lo que sucede: “Creamos nuestras vidas según este sentido percibido de perfección, porque somos recompensados con señales a corto plazo, ya sean corazones, likes o comentarios. Pero la realidad es que es una popularidad falsa y frágil, que es a corto plazo y que los deja, admítanlo, más vacíos y carentes que antes… los obliga a entrar en un círculo vicioso donde piensan: ¿qué debo hacer ahora?, necesito más”.
Justin Rosenstein, ex ingeniero de Facebook y Google, resume la situación con una visión integral: "Vivimos en un mundo en el que un árbol tiene más valor económico muerto que vivo, en el que una ballena vale más muerta que viva. Mientras la economía funcione así y las corporaciones no estén reguladas, seguirán destruyendo árboles y matando ballenas, minando la tierra para extraer petróleo del suelo, aunque sabemos que está destruyendo al planeta y que dejará un mundo peor para las futuras generaciones. Este es un pensamiento cortoplacista basado en el lucro a toda costa... ¡Lo aterrador!, es ver que ahora nosotros somos el árbol, somos la ballena. Pueden minar nuestra atención. Para una corporación somos más rentables si miramos mucho una pantalla mirando un anuncio, que si pasamos ese tiempo viviendo una vida plena". En este sentido, el objetivo de las compañías y la tecnología es: "... descubrir cómo desviar nuestra atención a lo que quieren que miremos (mientras nos hacen creer que somos nosotros quienes escogemos), en lugar de ver cosas más consistentes con nuestra vida, metas y valores". Es imperativo recordar, por no decir ‘darse cuenta’, que ¡La vida sucede afuera de las pantallas!, esto es lo que tienen que aprender nuestros hijos y ¡eso es lo que debemos enseñar!… Así de sencillo.
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Un saludo, una reflexión.