Diálogos de vida/Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Cada domingo en el espacio Diálogos de Vida, Santiago Heyser Sr. y Santiago Heyser Jr., ambos Coach de Vida certificados por la Federación Mexicana de Life Coaching, atenderán temas sobre la vida, sus problemas y una propuesta de solución. Si quieres que se atienda un tema o una situación en particular, escribe al correo: [email protected] (sin acento). Todos los correos serán contestados y las situaciones que destaquen serán publicadas en el espacio dominical de Quadratín. Los correos son confidenciales, no firmes con tu nombre, usa un seudónimo para que te identifiques con la respuesta, ej. “Creo estar enamorada… firma: Mal Correspondida”. Atentamente, Quadratín.
“La pareja III: El principal problema”
Existen distintos motivos que generan conflictos en las parejas, pero la mayoría tienen un origen común: Ya no podemos hacer lo que queremos o ser como somos.
Pareciera que la pérdida de libertad es inherente a vivir en pareja.
A lo largo de nuestras vidas hemos sido condicionados observando y escuchando tantas veces esta idea, que creemos que es una condición natural, cuando no lo es. Inclusive, hay quienes consideran que la abnegación es una virtud, y probablemente lo sea, pero no cuando hablamos de las relaciones de pareja, ya que cuando alguien renuncia a sí mismo, se queda sin algo de valor que ofrecer.
Todo comienza al no tener como agenda central de vida convertirnos en seres humanos completos, responsables de nuestra propia felicidad, asumiendo con responsabilidad las consecuencias de nuestras acciones, entonces, cuando buscamos formar pareja, partimos de la errónea premisa de que estamos incompletos y esperamos que la pareja complemente lo que nos falta, iniciando así relaciones que tienen por objetivo que la otra persona nos “tenga que dar” algo o cubrir nuestras necesidades, ya sean físicas, psicológicas, emocionales, sociales, financieras, sexuales, de trascendencia o de alguna otro tipo, sin darnos cuenta que además, muchas de estas necesidades son también condicionadas, aprendidas y/o determinadas por el ego o la cultura, eliminando toda la legitimidad y autenticidad que pudiéramos ofrecer a la persona que decimos amar, ya que ni siquiera nos conocemos, por lo que no podemos ser transparentes y sinceros respecto a nuestras emociones e intenciones. En otras palabras, establecemos expectativas y no las comunicamos con claridad, y damos por hecho, quién sabe por qué, que la persona de enfrente acepta esta situación como si estuviera enterada y comprendiera que, lo que esperamos de ella, es que satisfaga nuestras expectativas y necesidades, comenzando con reclamos y conflictos cuando esto no sucede… ¿pero no es acaso la otra persona libre de hacer lo que quiera, al grado de poder anteponer sus propias necesidades y gustos a los de nosotros?, la respuesta es que sí, sí es libre, y eso no debiera generarnos ningún conflicto; se supone que amamos a la persona seleccionada y la prioridad es que sea feliz y no que haga lo que nosotros queremos, ¿cierto?, porque si no es así hay que decírselo y darle la oportunidad de decidir si quiere estar o no con nosotros, si no lo hacemos ¡Es engaño!
El problema no es que tengamos necesidades, deseos y aspiraciones, tampoco lo es el esperar satisfacerlas con alguien, el problema es que no aceptamos que esto puede o no suceder cuando y como nosotros queremos que suceda, como tampoco aceptamos que la “pareja”, en su derecho, puede hacer lo que quiera al igual que nosotros.
Por supuesto que vivir con alguien implica ceder, negociar, hacer esfuerzos y sí, en ocasiones hacemos cosas que no nos gustan, pero benefician o alegran a la pareja y las hacemos con gusto. Es natural que tengamos distintos intereses o deseos, la clave está en hacer las cosas porque queremos y con gusto, no porque nos lo exigen o “debemos de”, o porque si no lo hacemos, en su frustración nuestra pareja va a hacer que nos la pasemos mal; por eso, como todo en la vida, es importante saber decir que ¡No! a aquello que nos conflictúa o nos molesta, ya que si aceptamos cosas que no queremos o no deseamos, terminamos mal y culpando a la pareja por lo aceptado, lo que es irracional.
Por eso es muy importante durante el cortejo dejar claro quiénes somos, qué buscamos y sustentar nuestras relaciones en compartir nuestras vidas respetando nuestra individualidad y nuestra naturaleza, así como nuestras diferencias, sin esperar que la otra persona nos de algo o cambie. Nadie tiene la obligación de nada, si queremos estar juntos hagámoslo respetando nuestra derecho de ser lo que somos con un sentido total de libertad, lo contrario, lo que frecuentemente hacemos es “amar” con posesión y control, lo que no es amor y así, todo termina y termina mal …Así de sencillo.
Recuerda, si quieres que atendamos una situación en particular, escríbenos a: [email protected]
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser, Sr. y Santiago Heyser, Jr.
Escritores y soñadores