Diálogos de vida/Santiago Heyser, Sr
Hablando en Serio
CELAYA, Gto., 25 de diciembre del 2021.- Se celebraba el 2do. Festival regional del Pescador de la Presa Solís, en Acámbaro, Guanajuato. A invitación de la alcaldesa, junto con el Secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural, Paulo Bañuelos, asistí.
Qué gusto ver a un pueblo reunido alrededor de una fiesta, ya tradición que se consolida, para celebrar una actividad que da sustento a miles y trabajo a cientos de guanajuatenses. Solo el uso del tapabocas nos recordaba los tiempos que vivimos, tiempos de sufrimiento y trabajo por la pandemia, tiempos de angustia y reflexión por la inseguridad, tiempos de deliberación para reconstruir una sociedad herida que requiere de reconciliarse con ella misma para lograr la unidad que nos hará, mediante el trabajo inteligente y comprometido, retomar el camino del progreso en un entorno de paz y tranquilidad en donde todos y cada uno de nosotros podamos alcanzar nuestra propia plenitud desde la organización productiva y así, alcanzar la felicidad, fin último de nuestro paso por este mundo durante ese suspiro que llamamos vida…
¡Sí!, urge que recordemos que somos una sociedad de personas, no de utilidades, no de cosas, no de ganancias, que a través del esfuerzo, mediante eso que llamamos trabajo, como los pescadores, disfrutamos de los recursos que nos brinda el planeta tierra para sostener la vida… ¡No!, no estamos aquí para enriquecernos, tampoco para explotar a nuestros semejantes, mucho menos para depredar la tierra y contaminar el aire y el agua… Estamos aquí para vivir y como decía mi amigo y gurú, Faustino Castro (qpd), fundador y rector de la Universidad de Zamora en Michoacán, ya en el cielo de los rectores: “En esta vida estamos para crecer y amar” y así, mediante nuestro crecimiento fundamentado en el amor, alcanzar nuestra propia plenitud y por ende la felicidad, no sin esfuerzo, no sin tropiezos, no sin dolor; porque la vida es todo ello, pero es a través del esfuerzo, de caernos y levantarnos y de salir adelante con las penas y dolores que conlleva el proceso de vivir, que crecemos.
Lo primero que llamó mi atención del Festival de Pescadores, además de la majestuosa vista de la presa, rodeada de colinas y montañas, fue el ambiente festivo, la gente estaba contenta, como si estuviéramos en una cápsula del tiempo, por un momento la gente olvidó sus problemas para disfrutar del festejo y compartir risas y alimentos.
Como es tradición, la fiesta inició con bailables para, enseguida, dar paso al evento protocolario en donde se dieron los discursos de líderes, invitados y pescadores, llamó mi atención la facilidad de palabra de la Presidenta Municipal, Claudia Silva, que dio paso al Secretario de SDAyR, quien alegró a la concurrencia con anécdotas de su estancia en Acámbaro, en un no lejano pasado. Después, una comida que inició con tostadas de ceviche, seguidas con un humeante caldo de pescado para rematar con unas exquisitas carpas asadas; como complemento pan de Acámbaro y cacahuates de la región.
En el templete, con un fondo de madera se anunciaba el evento que iniciaba con el slogan: “La tierra que nos une”… ¡Qué fuerza y profundidad hay en la frase!: La tierra que nos une expresa el cimiento, la base, la semilla de lo que es México y nuestra mexicanidad, de lo que sienta las bases de nuestra identidad, que, a través de la unidad nos da vida, nos construye, nos da la cohesión para edificar una sociedad alrededor de la coincidencia de habitar el mismo territorio, lo que nos conforma como nación y da vida a la República… “¡La tierra que nos une!…”, esta frase debería acuñarse en todas las escuelas de México y encabezar toda comunicación oficial: ¡Sí en Acámbaro!, pero también en Guanajuato, en Michoacán y en todo México, porque lo que somos, nos articula y nos da fuerza es precisamente: ¡La tierra que nos une!… ¡Así de sencillo!