Diálogo para la paz y convivencia social
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En distintos eventos que promuevo acciones para la resolución de conflictos y que reflexiono desde la paz y convivencia social, la cartografía de la paz, así como la ética de los cuidados, es obligado abordar el tema del diálogo como mecanismo para la resolución de problemáticas de manera equitativa.
En diferentes espacios y con distintos perfiles profesionales y sociales, impulso trabajar el diálogo, es decir, construir las estructuras elementales para arribar a una conversación que genere condiciones para la resolución de conflictos.
Así, con docentes de educación prescolar, servidores públicos de distintas dependencias gubernamentales de diferentes niveles de gobierno, así como con población en general, la importancia es dejar el mensaje de la construcción de diálogo y promover con dichos perfiles la sensibilización de resolver conflictos en equidad.
Derivado del trabajo in situ con las audiencias, llegamos a rescatar algunos acuerdos que son fundamentales para la realización del diálogo, entre ellos destacamos los siguientes:
Las personas requieren de comunicarse para atender sus dinámicas sociales; la intersubjetivación requiere de una comunicación verbal; la comunicación verbal implica generar información, la transmisión, recepción, procesamiento y comprensión, es decir saber conversar y escuchar; no obstante requerimos del lenguaje no verbal, de nuestro lenguaje corporal; para hacer posible el diálogo se requiere de alternabilidad y secuencialidad de las interacciones de los sujetos hablantes (mismidad y otredad); el silencio en el proceso dialógico es fundamental, ya que una interacción verbal regulada en turnos es la forma natural para la comunicación; es decir, conversa, escucha asertiva, se guarda silencio; saber conversar a través de afirmaciones verdaderas, y juicios fundados, así como saber escuchar, para valorar el habla, tomando turnos para ejercer los distintos momentos y guardar silencio; a ello, le podemos denominar conversación, o bien diálogo espontáneo o natural; la estructura de la intersubjetivación está integrada por: (a) sujetos: mismidad y otredad, (b) reglas, (c) contexto, (d) manejo temporal (duración total y de los turnos), (e) tema y (f) acciones. En días pasados tuve la oportunidad de compartir algunos de estos elementos con servidores públicos y miembros de organizaciones de la sociedad civil en Lázaro Cárdenas, Michoacán.
Éstos elementos nos colaboran para construir diálogo y de esta manera hacer de la comunicación un proceso horizontal, en complementariedad, en ecología de saberes, en contexto de reconocimiento (condiciones sociales y ambientales que permiten reconocer al otro como semejante), en alteridad (aceptación de la presencia del otro, comprensión psicológica del otro, y ejecución de acciones en función de las del Otro ) e inter subjetivación, en tolerancia y respeto; que nos permita y de acceso a saber conversar, saber escuchar y saber guardar silencio.
No obstante requerimos de ciertas condiciones para dar paso al diálogo, en donde se necesita de un mínimo de dos personas; cumplimiento de las condiciones de posibilidad de comunicación entre sujetos (oyentes ambos, o si hay necesidad una persona que desarrolle la lengua de señas mexicana para la comunicación de un oyente y una persona con discapacidad auditiva, de igual forma cuando media una lengua originaria que se requerirá de un traductor); competencia dialógica, es decir, capacidad ética de acceso desde el yo al ser del otro, capacidad de aceptación y comprensión de la eticidad del otro como lo considera la teoría del diálogo; y existencia de un contexto de comunicación propicio al diálogo.
Para el diálogo se requiere de una competencia dialógica, no solamente como una capacidad de manejo del lenguaje, no, no solamente eso, se requiere además de la capacidad ética de acceso desde el yo al ser ético del otro, así como la aceptación y comprensión del otro en su construcción narrativa o de discurso. Para que dicha competencia dialógica funcione se requiere del reconocimiento, de la existencia del otro y de condiciones socioambientales que permitan reconocer al otro como semejante con capacidad de dar respuesta, de comprender, de retroalimentar, de dar funcionalidad al diálogo.
Si trabajo el diálogo bajo dichas condiciones, entonces, la pregunta es cuáles son los impactos que podemos recibir, cuál la valía de trabajar con la otredad para dialogar y resolver conflictos en equidad; reconozco que la primera acción de impacto es fundamental al dar libertad al sujeto intencionado al brindarle argumentos y pruebas para que éstos sean presentados y debatidos, restando toda posibilidad malintencionada.
Por otro lado, desde la teoría del diálogo exige de los dialogantes disposición anímica, apertura psicológica, comportamiento prosocial, o al menos no antisocial, baja agresividad, ecuanimidad y paciencia, tolerancia, respeto, deseos de solucionar; requiere además pensar con claridad, es decir saber conversar, saber escuchar, guardar silencio, con lo que podremos avanzar en precisar que se crea en su valor, e implica respetar los acuerdos logrados.
Estos elementos fueron aterrizados durante la Jornada “Hagamos la paz”, que promueve por sexta ocasión la organización de base comunitaria Mujeres de Acero, en donde tuvimos la oportunidad de desarrollar el taller “Construyendo puentes: Cartografía de la paz y la ética de los cuidados”, en donde estuvieron distintos perfiles públicos que se desempeñan en instituciones que participan en el Colectivo de Prevención Integral del Delito y Protección a Niños, Niñas y Adolescentes, de la Coordinación General de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia de Cd. Lázaro Cárdenas.
Agradezco a todos y cada uno de los participantes, a Tzitziqui, Irais Sevilla Gro. Guadalupe Galena, Mary Cruz Orozco, Yolanda Gómez, Génesis, Sandra Luz Torres Vázquez, Marcelina de los Santos, Azucena Cabrera, Florinda Ramírez, Club de Lectura Plumerias, a Conchita y su esposo, Edith y el equipo de trabajo de Mujeres de Acero, a Sergio Omar García, Alin Sonora Pacheco, y en general a todos, todas, todes los que participaron.