Desaparecidos
El tema de personas desaparecidas en el país, debe ser un asunto de primer orden para el gobierno en todos sus niveles. Por un lado, se trata de conservar la memoria histórica y, dar respuesta a miles de familias que padecen este flagelo.
Es escalofriante recorrer las redes sociales, sobre todo las especializadas en este tema. Las secuencias de fotos y de datos resultan impresionantes. Miles y miles de casos por todo el país, no es exagerar. Enseguida aportaré los datos oficiales sobre el asunto.
Terrible resulta la desaparición y muerte de una mujer en Nuevo León, que remueve la conciencia nacional y pone los reflectores sobre el estado de cosas que suceden en todas las entidades federativas. Ahí, esperamos resultados inmediatos y que se revise la actuación de las autoridades; no se puede permitir “una cadena masiva de errores” que no conlleve una cadena de renuncias masivas e inmediatas.
El asunto no es nuevo, ni se puede atribuir a un gobierno en específico; pero sí tengo la seguridad que hay responsabilidades políticas por la falta de acción e inclusive omisiones que pueden resultar punibles.
Es Rosario Ibarra de Piedra quien inicia la lucha por los desaparecidos en el país. Funda el comité ¡Eureka! para darle forma a su lucha. De ahí surge la consiga ¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!
A partir de la década de los 70’s, con ella a la cabeza, surgen las primeras leyes para proteger a disidentes políticos, la Ley de Amnistía.
Son más de 40 años de lucha política y social de activistas en busca de personas desaparecidas. Hoy la situación que prevalece amerita revisar los ordenamientos jurídicos para adecuarlos a esta situación lacerante para todo el país.
Hoy, unas horas antes de escribir este artículo, se reportan desde 1964 un total de 243, 778 personas desaparecidas en el país, de ese gran total se han localizado 144,482 personas, 59.27 % del total. En este número se señala que son 9850 sin vida, de los cuales 8402 son hombres y 1436 mujeres; oficialmente tenemos 99226 personas desaparecidas y no localizadas.
El portal web de SEGOB federal aporta estos datos de los que se tiene nombre y apellido.
La cifra negra, lo que no se denuncia, de lo que no se tiene datos oficiales es inimaginable.
Hay mucho por hacer, como sociedad, gobierno, diputados, para reducir la cifra de impunidad y corrosión. Es un trabajo de todos.
Cierto, cada gobierno en su período tiene la responsabilidad política e histórica que le corresponde; por lo pronto veremos qué acciones se toman en todos los ámbitos para reducir estas cifras terribles.
Los ciudadanos esperamos resultados.
La pregunta final : ¿dónde están los desaparecidos y desaparecidas.
¿Será que surten el mercado internacional de trata de personas o los reclutan para actividades de la delincuencia organizada?
Todo esto no puede suceder a la vista del gobierno.