De nacionalismos a nacionalismos
El “Nacionalismo” como construcción histórica no tiene el mismo significado en todo tiempo y lugar. Ni siquiera en un mismo país y un mismo tiempo.
¿Qué significa el nacionalismo nostálgico de Donald Trump “Hacer América Grande otra vez”? ¿a cuál época de la historia de EEUU se refiere?.
EEUU evolucionó desde la posición nacionalista y soberanista de las originarias 13 colonias que se independizaron de Inglaterra el 4 de julio de 1776 hasta la posición imperial de nuestros días en la que se ven a sí mismos como una nación predestinada a dirigir los destinos de la humanidad. Iniciaron con ese afán desde la Doctrina Monroe de 1823 para dominar este continente y se extendió a todo el planeta bajo la consigna de imponer la libertad y la democracia en todos lados.
Desde ese referente imperial, el nacionalismo de los países menos poderosos de todas las latitudes se convirtió en una posición de resistencia y sobrevivencia como naciones independientes, frente a un EEUU locomotora económica del mundo que promueve la ley de la selva con sus mil bases militares y su permanente política agresiva y guerrerista.
Hoy, la política imperial de EEUU apoyada por la mayoría de los países europeos y los de Japón, Corea del Sur, Australia y otros ha hecho nacer como contraparte el proyecto de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) el cual crece rápidamente en fuerza e influencia mundial. El mes próximo se incorporarán a él un amplio número de países ricos en recursos naturales y con una población que llega casi a la mitad de la humanidad. Es sorprendente que esto ocurra tan rápido, pero, lo explica la creciente presión de la política de sanciones y agresiones del bloque que encabeza EEUU.
No puede soslayarse que uno de los principales factores que explican lo anterior, es precisamente el respeto absoluto que han planteado los BRICS a la soberanía e integridad de cada uno de los países participantes. Se trata de salvaguardar los intereses nacionales sin menoscabo de establecer alianzas económicas, políticas, culturales y militares de mutuo beneficio. No es casual por ello, que los países más interesados en participar en este nuevo proyecto de alcance mundial sean los países más sancionados y agredidos como Rusia, China, Irán, Venezuela, etc.
Las consecuencias estratégicas que ya se avizoran en el corto plazo por la acción de los BRICS, van desde la declinación del dólar como moneda de reserva y medio de intercambio, hasta la declinación e incapacidad de los EEUU y sus aliados para imponer por la fuerza su dominio sobre países débiles como sucedió en el pasado.
La línea de respeto a la soberanía nacional de un país con respeto irrestricto a los demás es totalmente coincidente con la Doctrina Estrada de México (1930) de no intervención y libre autodeterminación de los pueblos. Por ello, aunque la dependencia económica de este país hacia el vecino del norte limita la posibilidad del ingreso de México a los BRICS, la existencia de ese bloque representa ya un equilibrio mundial de fuerzas que favorece la posición nacionalista de México.
El nacionalismo mexicano tiene hondas raíces desde que nació a la vida independiente. Tuvo que enfrentar la invasión de los imperios en varias ocasiones y resistir el sometimiento económico con el brillante momento de la expropiación petrolera de 1938 y de la industria eléctrica en 1960; pero, los gobiernos derechistas del período 1982-2018 demostraron que el nacionalismo no es parte de su programa. Su historia es la de gestionar el arribo de Maximiliano en el siglo XIX y posteriormente la entrega de los recursos y la soberanía de México sin límite alguno.
Corresponderá a Claudia Sheinbaum un período especialmente difícil en las relaciones de poder internacionales teniendo que lidiar en ese escenario con el vecino de norte; sin embargo, a diferencia de otras épocas, los gobiernos de la 4T tienen un pueblo levantado como se demostró con la puesta en marcha de la Reforma Judicial que tanto combatieron la derecha y precisamente el Gobierno de EEUU.
Como dicen los mecánicos navales: “No importa que la mar ruja si tenemos presión en las calderas”. Ese es el nacionalismo que México necesita en esta época.
¡Viva México!