De El Bronco a El Manco
Jaime Rodríguez Calderón, conocido en la política como “El Bronco”, fue vendido a los ciudadanos neoleoneses como la mejor expresión de “lo políticamente incorrecto” y fue envuelto en una presentación que decía era el primer gobernador independiente, hecho a base del marketing político y resultado de las entonces novedosas redes sociales, ajeno al poder fáctico de los medios.
La narrativa política con qué fue vendida la figura de “El Bronco” sustentaba que este personaje era “un salto a lo nuevo, a lo diferente”. En la era del marketing electoral ”. se llegó a decir que Jaime Rodríguez buscaba “inspirar más que convencer”.
En los foros de deliberación de las técnicas del marketing político se hizo famoso su estratega de imagen, Memo Rentería, a quien adjudicaron dotes sorprendentes para hacer, literalmente de la nada -de donde provenía “El Bronco”-, a un gobernador independiente, que venía a revolucionar la forma de hacer política y de gobernar y, en una de esas, hasta podría ser el próximo presidente de México.
En realidad “El Bronco” era un demagogo y populista que llegó en un momento de hartazgo de los funcionarios mediocres, corruptos pero muy echados para adelante, como lo fueron sus antecesores, Rodrigo Medina y José Natividad González Parás, entre otros.
La estela de corrupción y nepotismo que dejaba a su paso el PRI, en sus estertores de existencia, concitaba el repudio generalizado.
Ese humor social que generaron los gobernadores priistas y panistas fue lo que hizo brillar, por decirlo en cierta forma, a Jaime Rodríguez, quien con un discurso básico más que innovador, rupestre más que alentador, incultural más que original, hizo que muchos voltearan a verlo, sobre todo los que querían cobrar cuentas a tricolores y azules.
¿INDEPENDIENTE?
Como gobernador “independiente”, el exgobernador de Nuevo León dejó mucho que desear, puesto que desde un principio otros ilusos y ambiciosos, como él, le hicieron creer que podría ser candidato presidencial en el 2018.
Por ello dejó la gobernanza del estado a un político de quien se dijo en su momento era más un costal de mañas que un buen administrador, Manuel González Flores, quien era realmente el que hacia las veces de gobernador en funciones, mientras que “El Bronco” cabalgaba en sus costosos caballos pura sangre cabalgando por los agrestes senderos de su futuro político.
Hoy Jaime Rodríguez duerme en la fría celda de la cárcel número 2 de Apodaca, en su estado natal, por cierto un penal que el mismo construyó en su mandato. Humillado social y políticamente, abandonado a su triste suerte, por propios y extraños, provocando urticaria a quienes antes ayudó y proveyó a manos llenas, el exgobernador se enfrenta a su destino fatal.
Todavía es posible que salga de la cárcel, en el corto o mediano plazo, solo es cuestión de encontrar la rendija clave en el sistema penal para que se abran las puertas de la cárcel de Apodaca. Pero aun así, si lograra salir de la cárcel, El Bronco, junto con toda su pandilla de colaboradores y vulgares ambiciosos que le alimentaron juegos guajiros, están acabados.
Como diría el clásico, él y los suyos están “moralmente derrotados”.
TROFEO ANTICURRUPCIÓN
Muchos creen, con cierta razón, que “El Bronco” pasará un buen rato en chirona, cárcel, prisión, a la sombra o como se le quiera llamar. Porque, aquí viene lo importante, el actual gobernador, Samuel Alejandro García Sepúlveda, necesita mantener ese trofeo anticorrupción en todo lo alto, el mayor tiempo que le sea posible, quizá durante todo un sexenio.
Es la razón por la que a este gobernante del Partido Movimiento Ciudadano no le interesa tanto la historia y el perfil de “El Bronco”, sino que al mal llamado gobernador independiente y sus excolaboradores paguen las que deben, porque resultaron ser igual que los otros: un costal de sinvergüenzas.
Es obvio que no se llegará hasta cortarle las manos las manos, como propuso el propio Bronco como sanción para los corruptos y rateros que se aprovechan de su cargo en el gobierno, pero si se esperan sanciones con una fuerte dosis de mensaje político, lo cual es peor.
Samuel García quiere mandar el mensaje de que su nobel gubernatura es grande y de alta proyección. Por ello le va a sacar jugo a este tema de “El Bronco” y sus secuaces, compinches, cómplices, arribistas o embusteros y embusteras que encabezaron el mal llamado primer gobierno independiente de nuevo león.
De lo único que si eran independiente toda esta bola de “broncos y “bronquitas” era del honor, de a honestidad y de la legalidad, según las denuncias hechas públicas.
COSTAL DE MAÑAS
El exgobernador fue detenido e imputado por delitos electorales y uso de recursos de procedencia ilícita. Hay carpetas de investigación abiertas en las secretarías de Salud, Educación, Seguridad Pública y en Protección Civil por desvío de recursos, además del DIF
Está acusado de cometer delitos electorales cuando fue candidato a la Presidencia de la República, en 2018. Rodríguez Calderón e integrantes de su equipo son investigados por el uso de empresas factureras para lavado de dinero, por permitir aviadores en el sistema de transporte Metrorrey, y Agua y Drenaje, y por el manejo indebido del sistema de transporte Ecovía.
A dos de sus secretarios, María de los Ángeles Errisúriz, de Educación; y el que fue de Desarrollo Sustentable, Manuel Vital, les han congelado cuentas bancarias, ante la presunción de desvío de recursos.
El medio de comunicación El Horizonte denunció que el llamado “Clan Coahuila”, del que la exsecretaria de Educación formaba parte operaba en esa dependencia inflando precios y beneficiándose de los proveedores en el último trecho del sexenio del "Bronco".
En la misma conducta también habría incurrido el exsecretario Manuel Vital, al cual también se le congelaron sus cuentas bancarias.
Esta historia no ha concluido, como se observa, pero ya deja algunas conclusiones: Memo Rentería, el mercadólogo del entonces candidato a la gubernatura Jaime Rodríguez, hoy tiene claro que el marketing político no lo es todo, por más elecciones que se ganen.
Sin un personaje real, genuino, con verdadero arraigo, mínimamente honesto, no con embusteros, las victorias son burbujas de jabón: llamativas sí, pero terminan por tronar y desaparecer, y en este caso, dejando una estela de desprestigio.