Cuesta de enero, febrero, marzo y.../Óscar Sánchez Márquez
En los últimos días el precio del kilo de huevo fue elevado hasta los 56 pesos en diversas regiones del país. El Pacto Económico vigente marca un costo de 45-46 pesos por kilo en promedio. Un incremento de diez pesos es lo que ha contribuido al aumento de la inflación en este primer mes del año, contrario a como esperaba el gobierno.
Son varios los factores que provocaron esa alza, entre ellos un incremento de la demanda y una baja de la oferta; el aumento incontrolable de precios en otros productos y servicios que el Banco de México reportó para el mes de enero, así como distorsiones del mercado norteamericano en donde han tenido que sacrificar a millones de aves para evitar una expansión de gripe aviar.
Pero no solo es el precio del huevo, hay muchos productos más de los que integran la llamada “canasta básica” de alimentos, los que han registrado alzas sorprendentes, muy por encima de lo que las propias autoridades de Economía, Hacienda, Profeco y el Banco de México esperaban.
Se trata de un “distorsión técnica”, como dicen los especialistas, que pega directamente en el bolsillo de millones de mexicanos que tienen ingresos muy reducidos para cubrir sus necesidades alimenticias básicas. Cuatro de cada diez mexicanos tienen serias complicaciones para atender sus necesidades básicas.
Una forma técnica de medir este fenómeno de alza de precios la aporta el Banco de México, institución que el jueves tuvo que aumentar las tasas de interés en medio punto para ubicarlas en 11 por ciento, como un mecanismo para evitar mayores alzas.
La estrategia del Banxico es “secar” la economía, de decir, sacar dinero del mercado, encarecer más los créditos para quien requiera dinero y evitar que suba la demanda de bienes, servicios y productos para que los precios no sean elevados en forma desproporcionada.
Sin embargo, ese mecanismo de ir secando la economía reduciendo el circulante de monedas y billetes en la economía no ha funcionado del todo.
En diciembre pasado logró controlar el alza de la inflación, es decir el incremento de precios, pero en enero, en el período de la fatal “cuesta de enero”, los precios se volvieron a disparar. Se espera que la cuesta de enero pase a febrero y luego a marzo y así hasta quién sabe cuándo.
El precio del kilo de huevo es un excelente indicador porque si ese producto de consumo generalizado ha registrado alzas tan importantes muestra que lo mismo está ocurriendo con otros alimentos.
La organización México Cómo Vamos, reportó que en el mes de enero el alza de precios en alimentos procesados como tortas, tostadas y tacos, que es el principal alimento diario de millones de mexicanos que trabajan y que no pueden tener una alimento formal por tiempo, practicidad o altos precios, aumentaron en forma considerable a grado tal que esa alza significó un 06 por ciento de los incrementos que llevaron a que en el mes de enero se registrara una inflación general de 7.9 y de 8.11 por ciento respecto al mismo mes del 2022.
En general los alimentos a tasa anualizada enero 2022 a enero 2023, aumentaron 12.90 por ciento; la tortilla aumentó en el mismo periodo 16.24 por ciento; la harina de trigo se elevó en 29.83 por ciento y el pan de caja 19.43 por ciento.
Por eso la afirmación que comer tacos, tortas, tostadas o el socorrido “sándwich” resultó más caro que en años anteriores.
La electricidad aumentó 7.35%; y la gasolina magnum 5.69 por ciento, por citar algunos casos de productos y servicios de uso generalizado.
Los especialistas, sin embargo, dicen que lo peor no ha llegado. La recesión en Estados Unidos se está presentado ya con fuerza en sectores clave, como en la compra de vivienda, lo cual tarde que temprano impactará a nuestro país y no se diga el esperado desempleo y cierre de empresas en ambos lados de la frontera.
Por ello, ya muchos hablan de un cierre de año terrorífico en lo económico y, por tanto, en lo social, por más que el discurso y la narrativa oficial se esfuercen en que la población en general desvíe la atención en temas como el juicio de Genaro García Luna en Estados Unidos o si la presidenta de la Suprema Corte, la ministra Norma Piña no aplaudió al presidente y permaneció sentada cuando todo mundo le rendía pleitesía. Eso son fuegos fatuos frente a la crisis económica y de precios que la mayoría de la población reciente día adía en su bolsillo.