Contexto/Fernando Ramírez de Aguilar L.
LA PANDEMIA Y LA ECONOMÍA LXXIX…Es indispensable que AMLO respete la división de poderes. El repunte de la pandemia y el inminente regreso a clases…
Ya basta.
Andrés Manuel López Obrador diariamente utiliza el pódium de Palacio Nacional para despotricar, insultar o agredir a periodistas, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales, analistas o escritores que utilizando la libertad de expresión se manifiestan abiertamente en contra de sus autoritarias posturas o con argumentos debaten sobre las políticas públicas y sus alcances, como ha sido, la conducción sobre el manejo de la crisis como consecuencia de la aparición de la tercera ola de la pandemia de Covid-19 y, ahora, con el regreso a clases.
No le ha bastado no acatar y no respetar la división de poderes, bajo un Estado democrático constitucional, sino que no hay día que no arremeta entre ráfagas de descalificaciones y acusaciones generalizadas en contra de integrantes del Poder Judicial Federal e incluso ha mostrado abiertamente sus intenciones injerencistas tanto en la judicatura como en la imposición de jueces, magistrados y hasta ministros de la Corte.
López Obrador ha dicho que el Poder Judicial “está podrido” y atacó a ministros de la Suprema Corte y jueces en general, que se empeñan según él en conservar vicios y privilegios, a despecho de la justicia que les corresponde administrar. Los calificó, además, como “ortodoxos” de la ley, por desatender los intereses del pueblo. Me pregunto si estas descalificaciones son tolerables para quien lleva años de carrera judicial; si son propias de un jefe de Estado y si son compatibles con la división de poderes republicana. Yo creo que no. En fin. Ello debe tener consecuencias.
El viernes pasado, manifestó que “es notorio cómo la prensa conservadora se ha lanzado en contra de este propósito de regreso a clases presenciales, ya lo agarraron de bandera. Es muy importante el que se regrese a clases presenciales porque la escuela es el segundo hogar. Los niños, los adolescentes quieren que se regrese a clases, la mayoría de los padres de familia también –eso es discutible--…y otra vez en contra de los medios de comunicación: “Vean los periódicos, están hablando ya de contagios de niños. Ojalá y nunca pase, toco madera, pero si fallecieran los niños por Covid, no, se alebrestarían los opositores, continuaría el predominio de la época de los zopilotes, los tiempos de zopilotes, así, a ese nivel de irracionalidad, y todo por el dinero. Les aseguro que no he visto los medios porque yo tengo otra manera de informarme, porque además me tengo que proteger, imagínese, por salud mental no voy a estar leyendo al Reforma o al El Universal, me tengo que cuidar, me protejo, no los he leído…pero La Jornada sí.
Previamente, el mismo orador se lanzó en contra de los estudiantes mexicanos que han hecho posgrados en el extranjero. Los acusó de ponerse al servicio de bajos intereses y aprender a “robar” en los cursos superiores que siguieron en planteles fuera de México. Hasta citó a la Universidad de Harvard. También puedo comprender el malestar de científicos, investigadores, catedráticos, que fueron más allá de nuestras fronteras, honraron a sus familias y al país en el escenario internacional y sirven a la nación desde diversos ámbitos. Sólo un retrógrada con un odio y un complejo inaudito puede decir semejantes atrocidades.
El tabasqueño aprovecha la investidura presidencial, sin importarle la Constitución que juró respetar y hacer cumplir, tal vez para ocultar el catálogo de promesas incumplidas para sofocar las críticas de reporteros, columnistas y analistas. En la mayoría de estos casos, los periódicos y los portales de noticias de las redes sociales han sido pasaportes para denunciar todo lo que está ocurriendo en el país, como una desbordada violencia, un creciente desempleo y a pesar de los programas sociales un creciente empobrecimiento, en base a las cifras oficiales. Esto último lo niega esgrimiendo que tiene “otros datos” que nadie conoce más que él. Nuevamente les atribuye “guerras sucias” a los datos dados a conocer en los impresos, pero el desabasto de medicamentos en los hospitales no es una cantaleta, ni tampoco una campaña, es una realidad.
López Obrador no se cansa de mentir, el problema es que cercado por los medios de comunicación que vigilan sus palabras y sus movimientos, opera como declarante supremo y universal. Propala noticias y opiniones que los periódicos recogerán y los columnistas exprimirán hasta la última gota y revisarán su veracidad. Eso le molesta porque acostumbra a posar su mirada y ejercer su poder sobre algunos a los que propina andanadas de improperios. Otras veces arremete contra grupos inconformes: las clases medias, por ejemplo, por su aventura en las urnas de la más reciente elección
El periodista opera como intermediario entre el poseedor y los reclamantes de información. El periodista no es un actor político, identifica situaciones, recoge opiniones e inquiere a las fuentes que deben responder. Existe un derecho a la verdad del que somos titulares todos los ciudadanos. La sociedad tiene derecho a conocer la verdad sobre los temas que le atañen, y la seguridad pública es uno de ellos, entre los más destacados y angustiosos. Y frente a ese derecho a conocer la verdad, existe un deber de decirla por parte de quienes poseen información que nos interesa a todos, o deben poseerla en función de los cargos que ostentan.
Le guste o no a López Obrador, los mexicanos requerimos respuestas veraces. Por eso es necesario que la prensa libre y crítica insista en plantearle al gobernante las preguntas difíciles que propone la sociedad, angustiada y desvalida. Ojalá que tengamos respuestas fidedignas, comprometidas con la verdad y con el pueblo que las demanda. Ya basta de tanta justificación, de tanta ineptitud, de tanta mediocridad, de tanta estupidez y, sobre todo, de tanto improperio.
Y es que, ante el inminente regreso a clases, Delfina Gómez Álvarez, secretaria de Educación Pública, dijo que hay un total de 265 mil escuelas públicas en todo el país, de las cuales aproximadamente 5 mil fueron vandalizadas. Muchas escuelas tienen problemas con la falta de agua para los baños.
Sin embargo, la funcionaria confió que en los próximos días se difundirán no solamente la cuestión de protocolo de salud, sino también el protocolo de lo que es precisamente la organización de las actividades escolares.
“Ahora estamos con limpieza o lo que le llaman tequios de las escuelas, la otra semana empezamos con talleres intensivos de capacitación a los maestros. Esta semana iniciamos con lo que son consejos técnicos, en donde son espacios donde el maestro va a reflexionar, va a comentar y proponer sobre la cuestión de la situación de cada una de las escuelas, porque cada escuela, cada grupo es un contexto muy diferente.
“No podemos hablar lo mismo de una escuela rural que una escuela urbana, no podemos hablar de una escuela de multigrado con una escuela que tiene niños con capacidades diferentes o con a lo mejor indígenas, cada institución es diferente. Y como maestra, pues me alegra que vayan a las escuelas, porque yo les puedo decir que muchos años hubo escuelas que no solamente les faltaba un vidrio, tenemos escuelas que efectivamente les faltaba el piso, los niños todavía trabajaban en tierra y nadie las había visto”, sostuvo la funcionaria. Y mientras tanto, la epidemia continúa…