Contexto
A una semana de las elecciones…A Zaldívar le espera la cárcel
Cuando vuelva aparecer esta columna, dentro de una semana, ya se conocerán los resultados de las elecciones más competidas en la historia reciente de México. Ya se sabrá si la mayoría se decidió por el cambio o pese a todas las vicisitudes, le dio un voto de confianza al partido de López Obrador.
La fracción III del artículo 36 Constitucional establece como una obligación de los ciudadanos de la república “votar en las elecciones, las consultas populares y los procesos de revocación de mandato, en los términos que señale la ley”. Sin embargo, no establece ningún tipo de sanción o multa a quien se abstenga de acudir a las urnas.
De acuerdo con los datos estadísticos del INE, en las últimas tres elecciones presidenciales, se estima que el abstencionismo fue de alrededor del 35 por ciento del padrón electoral. Esta vez, sufragarán 98 millones 329 mil 591 de ciudadanos con credenciales con fotografía.
En la pasada elección y con un abstencionismo del 33 por ciento, López Obrador logró 30 millones 110 mil 327 votos, que representó el 53.20 por ciento de la votación total. Ahora, la mayoría de los analistas serios sostienen que la candidata del oficialismo Claudia Sheinbaum Pardo y la opositora Xóchitl Gálvez Ruiz obtendrán entre 25 a 27 millones de sufragios. Muchos de los que saben de estos temas sostienen que si baja el nivel del abstencionismo la votación puede favorecer a la oposición, pero también puede ayudar al oficialismo. Veremos.
Lo que es un hecho es que el gobierno de López Obrador, para bien o para mal, será sometido a juicio en las urnas. Y lo más lamentable de todo es que ni la legislatura del Senado, que se ya se fue, designó a los dos magistrados electorales de la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral, necesarios para estos comicios, ni tampoco los consejeros del Instituto Nacional Electoral pudieron frenar la intervención cotidiana, en sus soliloquios mañaneros de López Obrador, en el proceso electoral para atacar abiertamente a la oposición y llamar “traidores a la patria” a los ciudadanos que se han manifestado en contra de su gobierno.
Tan sólo ayer dijo en su soliloquio mañanero:
“Va a ser muy importante, porque es más que una elección lo del domingo, es un referéndum, es un plebiscito, es una consulta. No es nada más elegir a las autoridades, elegir al partido, no, es elegir el proyecto de nación que queremos. ¿Queremos que el país siga siendo como antes, de un pequeño grupo, de una minoría, que engañaba porque no había democracia, era una oligarquía con fachada de democracia, porque al pueblo no lo tomaban en cuenta, o queremos que sí, de verdad se establezca en México una auténtica, una verdadera democracia, que es el gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo? ¿Cómo vas a hablar de democracia si no tomas en cuenta al pueblo, si crees que la democracia es lo que resuelven arriba en la cúpula los del poder económico y los del poder político? Eso no es democracia.
A pesar de que está sujeto a investigación por tráfico de influencias y actos de corrupción, el exministro en retiro Arturo Zaldívar Lelo de la Rea, se lanzó en contra de los 250 intelectuales que firmaron un desplegado para llamar al voto por Xóchitl Gálvez, candidata de Fuerza y Corazón por México, al advertir un supuesto riesgo de regresión autoritaria y polarización. Aseguró que son personajes que han estado en contra del presidente López Obrador y la candidata Claudia Sheinbaum, por lo que afirmó “¡fuera máscaras!”.
Zaldívar aseguró que no se trató de un hecho inédito, sino que hicieron explícito el rechazó que han manifestado los últimos 6 años al presidente. “Eso de inédito yo lo pondría entre comillas, la única diferencia es que ahora estos intelectuales, algunos muy respetados… hicieron explícito algo que llevan 6 años de manera implícita, han sido opositores Krauze, Aguilar Camín, muchos de los que están ahí han sido opositores. Están Letras Libres y Nexos prestándose para este desplegado”, dijo.
Zaldívar aseguró que la ministra Norma Piña, actual presidenta de la Corte, ha incurrido en responsabilidades que pudieran dar lugar a delitos y la acusó de querer obtener beneficios de la candidata “de la derecha conservadora” y tratar de detener la Reforma Judicial. Por ello, resaltó que, de la mano de Morena y “la próxima presidenta de México”, tomará acciones legales contra las maniobras de Norma Piña que calificó como “indebidas”, ante la admisión de la queja anónima en su contra.
Pero resulta que la denuncia en contra de Zaldívar y sus más cercanos colaboradores, no resultó tan anónima, pues juezas de distrito y magistrados federales han denunciado a Zaldívar y al actual funcionario de la Secretaría de Gobernación, Carlos Alpízar –recomendado de Zaldívar--, de amenazas y de incurrir en delitos en contra de la administración de justicia. Los denunciantes han dado públicamente la cara y tienen nombre y apellido. Esperemos que sea el segundo exministro en la historia que pise la cárcel, el primero fue Ernesto Díaz Infante. Y puede seguir despotricando en contra de la Norma Piña, pero Zaldívar sabe que es un personaje oscuro, desprestigiado y que incurrió en delitos y puso en entredicho la autonomía del poder judicial frente al ejecutivo. Y eso, por supuesto, tiene consecuencias. Al tiempo.