Contexto
Los Festejos y Fantasías de la IV T …
En la celebración del quinto aniversario del triunfo en la elección presidencial del primero de julio de 2018 y ante un Zócalo lleno de acarreados y que fueron traídos por los gobernadores morenistas en camiones y en microbuses, y que se comenzaron a salir cuando Andrés Manuel López Obrador iniciaba su discurso, el mensaje fue más que claro: vivimos en pejelandia.
Sin la menor autocrítica a su ineficaz gobierno, ante su gabinete renovado, los gobernadores, legisladores y dirigentes morenistas, así como sus inefables corcholatas, dijo que materia de seguridad pública, “está funcionando bien nuestra estrategia de atender las causas de la violencia con el criterio de que la paz es fruto de la justicia. Los delitos del fuero federal se han reducido en 22 por ciento; el homicidio en 17 por ciento; el robo en 25 por ciento; el feminicidio en 38 por ciento; el robo de vehículo en 43 por ciento y el secuestro en 79 por ciento.
Mi hermano Emilio me recordó que, en las décadas de los sesentas y setentas, corcholatas les decían a las mujeres borrachas o teporochas, ya que, o estaban tiradas en el piso o estaban pegadas a las botellas. Era denigrante, como es denigrante decirle corcholata a su propio sucesor, independientemente de que se acabó el “tapadismo” ejercido por el priísmo durante décadas y que ilustraron excelentemente en su momento diversos caricaturistas como Abel Quezada o Rogelio Naranjo, por mencionar algunos.
Pero volviendo al tema de mensaje presidencial, dijo también que, “a diferencia de lo que sucedía durante los gobiernos neoliberales o neoporfiristas, ahora no se reprime al pueblo, no se ordenan masacres, no hay tortura, no se tolera la violación de los derechos humanos y tampoco, que se oiga bien y lejos, hasta el otro continente, pasando el Atlántico, tampoco existe hoy en México un narco Estado como lo padecimos”.
Ajá. Solamente le creen lo ilusos y sus fanáticos. Porque masacres hay todos los días, se tolera la violación de derechos humanos y la desaparición forzada de personas, no se poya a las madres y familias buscadoras de desaparecidos ni mucho menos se les recibe en Palacio Nacional y los grupos violentos y beligerantes tienen el control de diversos estados y regiones del territorio nacional. Hay crímenes que se cometen con una saña inaudita como es reciente caso de Hipólito Mora en Michoacán. Y de eso, nada.
En su mensaje a la oposición, López Obrador manifestó lo siguiente: “No es sentencia, ni siquiera advertencia ni mucho menos amenaza, pero les digo desde el Zócalo, la principal plaza pública de México, poco lograrán si no abandonan su egoísmo y aprenden a respetar y amar a sus semejantes. No llegarán lejos si no comprenden e internalizan que el dinero y lo material es efímero, que la felicidad verdadera está asociada a la bondad y a la fraternidad. Mientras ellos no acepten y practiquen estos preceptos y nosotros los mantengamos y los reafirmemos, nada ni nadie podrá vencernos. Antes podían imponerse con trampas o con el uso de la fuerza y del dinero, pero eso ya no funciona. Tampoco les sirve apostar a la propaganda tendenciosa y vulgar. Pueden los medios de manipulación, que no de información, estar mintiendo minuto a minuto, pero sus efectos no hacen mella en quienes han decidido ser dueños de su propio destino y están muy conscientes y politizados, así es ahora el pueblo de México.
En fin.
Días previos, cuando se le preguntó sobre el asesinato de Hipólito Mora, prácticamente culpó a Felipe Calderón y no a los verdaderos criminales:
López Obrador: No deja de preocupar y es muy triste, doloroso para familiares cuando una persona es asesinada. Nosotros lo lamentamos mucho. Esto que está sucediendo pues tiene como antecedente, aunque a veces se olvida, lo que se provocó en el pasado. Este es un remanente de la violencia que se auspició y permitió desde el gobierno. Acuérdense que hubo un narco-Estado en México durante el gobierno de Felipe Calderón. Su secretario de Seguridad Pública, está preso, acusado de complicidad con narcotraficantes, aplicó una estrategia de eliminación de unos delincuentes y de protección a otros. No hay que olvidar que, de manera irresponsable, inhumana, Felipe Calderón declara la guerra, precisamente en Michoacán, en la Tierra Caliente, ahí cerca de Buenavista, en Apatzingán, fue de sus primeros actos de gobierno, malaconsejado, queriendo quedar bien con las agencias extranjeras, para buscar legitimidad, porque se habían robado la Presidencia de la República; entonces, le pegó un garrotazo a lo tonto al avispero. Todavía, donde asesinaron a Hipólito Mora, sí, en el municipio de Buenavista, muy cerca de Apatzingán, ahí llega vestido de militar y declara la guerra. Y se combatía a unas bandas y se protegía a otras.
Y añadió: “Y termina ese sexenio de horror por asesinatos, masacres, desaparecidos, y el nuevo gobierno de Peña Nieto se propone enfrentar la violencia organizando a guardias civiles, autodefensas. Los delincuentes de entonces declaraban que las autodefensas tenían también vínculos con grupos de criminales. Ponen a pelear al mismo pueblo, enfrentan a unos con otros. Entonces, todo eso es lo que heredamos”.
Jamás responde que se está haciendo el gobierno federal para detener a los asesinos, como tampoco respondió si hay detenidos de los grupos narco-guerrilleros de Chiapas.
Le preguntó un reportero ¿Va a heredar un país más seguro?
Y López Obrador respondió: Sí, y estamos avanzando en eso.
En el festejo de 5 aniversario, comentó además que luego de la pandemia, “nuestra economía ha crecido en más de 3 por ciento anual; el peso es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo con relación al dólar; está llegando inversión extranjera como nunca; las remesas o el dinero que mandan nuestros paisanos migrantes a sus familias este año superarán los 60 mil millones de dólares, cifra récord que alivia a 12 millones de familias, sobre todo de las comunidades más pobres y marginadas del país. Por eso, abro un paréntesis para agradecer a nuestros paisanos por su enorme ayuda en los momentos más difíciles de la pandemia; como me decía un migrante con mucho orgullo: no olvide presidente que nosotros nos fuimos de México, pero México nunca se ha ido de nosotros. ¡Por mi Madre, Bohemios! ...Gracias a la vida que me ha dado tanto…Pero qué cinismo.
Y todavía despotrica como si estuviera en su soliloquio mañanero que “se acabó el bandidaje oficial y el despilfarro, ahora el presupuesto nos alcanza para entregar pensiones a 11 millones 545 mil adultos mayores; por cierto, dos informes, uno: que ya se elevó la pensión de los adultos mayores a rango constitucional, es un derecho y esté quien esté en la presidencia se queda la pensión a los adultos mayores, no se va; y otra información, a partir de enero habrá un aumento en la pensión en 25 por ciento; también se están otorgando apoyos a 1 millón 273 mil niñas, niños y jóvenes con discapacidad en todo el país”.
Muchas cifras alegres, pocos resultados, pero eso sí, un chingo de acarreados.