Concluye Cumbre Mundial por la Paz
En el marco del Día Mundial por la Paz, 21 de septiembre, concluyó exitosamente la Segunda Cumbre Mundial por la Paz, desarrollada en Morelia, Michoacán, México. La Cumbre impulsa la cultura de paz, es decir, el respeto a la vida, los derechos humanos y libertades, así como el fomento a la no violencia mediante la educación, el diálogo, la resolución de conflictos y la cooperación; por ello, el trabajo colaborativo a favor de la madre Tierra y de dos de sus elementos, la vida que requiere del agua y la Paz.
De esta manera, los días 20 y 21 de septiembre se desarrolló el programa de trabajo de la Cumbre que incluyó temas de la Paz Gaia, es decir, la Paz solo puede lograrse cuando tiene un enfoque integral que incluye nuestra casa común, el planeta tierra y los elementos de la naturaleza, agua, tierra, aire y luz.
El programa de la Cumbre tuvo diversas intervenciones informativas, formativas, científicas, filosóficas, culturales, estéticas: musicales, de la danza, las artes escénicas, la pintura, sumadas a las experiencias y los saberes, reconocer que estamos frente a retos ambientales sin precedentes, desde el cambio climático, los problemas de desplazamiento por la falta del agua y el estrés hídrico, hasta la pérdida de la biodiversidad, por lo que existe una pregunta a partir de la reflexión de pensarnos y despensarnos como dice Boaventura de Sousa Santos y como en distintos documentos manifiesto expresando la importancia de repensarnos en el futuro de las relaciones que entablamos con las demás personas y con nuestro entorno.
Este posicionamiento de repensarnos, obliga a que se reflexione sobre dos temas: el agua y la paz, que se sustentan conceptualmente en la Paz Gaia, la cual propone una coexistencia armónica entre la humanidad y todo ser vivo que, en unicidad con los elementos de la naturaleza: agua, tierra, luz, aire, permiten el milagro de la vida. La Paz Gaia tiene múltiples formas de construir Paz que van más allá de las que vinculan únicamente a los seres humanos, porque ésta va al reconocimiento de la vida, y en ella están los seres vivos y el agua como elemento de la naturaleza para la vida.
En las reflexiones vertidas por las personas que asistieron al desarrollo de la Cumbre, se generaron las condiciones que permitieron sensibilizar, concientizar, crear y desarrollar conciencia del respeto por la biodiversidad, es decir, las personas participantes reconocen la importancia de todas las formas de vida y sus roles en la tierra; además de la sostenibilidad, promoviendo prácticas que aseguren que los recursos naturales, principalmente el agua se utilicen de una manera que permita su regeneración y disponibilidad para esta generación y las próximas generaciones de seres vivos; se confirmó la importancias de seguir avanzando en la educación y conciencia ambiental que fomente el conocimiento de la ecología y la sostenibilidad en los diferentes niveles educativos que permitan desarrollar una cultura de valores, de principios y virtudes vinculadas con el respeto a la biodiversidad y su conservación.
Adicionalmente, se destacó entre las y los participantes el tema de la justicia ecológica y los defensores de los derechos humanos de los territorios, así como de los defensores de los derechos del agua, de los defensores de los derechos humanos de los humedales y de muchos otros actores sociales y comunitarios que se encuentran trabajando para que todas las personas tengan acceso a los recursos naturales de manera equitativa y justa sobre todo para las comunidades, pero, especialmente aquellos grupos de personas o comunidades tradicionalmente marginados, que viven en violencia o precariedad.
Además de considerar que la cultura y las bellas artes: pintura, escultura, literatura, la danza, la música, la arquitectura, el cine, el teatro, son vías de comunicación para los sentidos visuales y auditivos e importantes gestores de la convivencia y paz social, de generar buenas prácticas para el consumo y estilo de vida sostenible cuidando el bien hídrico y la energía, y dando prioridad a productos de bajo impacto ambiental. Estas acciones culturales también forman las racionalidades instrumentales para transitar a pensamientos críticos y ambientales que permiten la protección de espacios naturales como el Parque Urbano Ecológico de Uruapan o bien los mantos friáticos de la Mintizita en Morelia.
Con ello, la Segunda Cumbre Mundial por la Paz “Sin agua no hay paz”, reconsidera la máxima de Charles Darwin respecto de la supervivencia del más apto, por la de la ética de los cuidados, por la de la racionalidad ambiental, por la de la competencia, por la de la sostenibilidad, por el esquema ecológico de la supervivencia del más colaborativo, al adoptar un este enfoque, no solo protegemos a nuestro planeta y sus elementos: agua, aire, tierra, luz, sino que cultivamos una paz sostenible una paz interna, una paz social, una paz Gaia, para esta generación y para la generaciones que están porvenir
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