¿Con quién debate Claudia?
A ocho días del segundo debate por la Presidencia de México no parece haber algo nuevo bajo el sol. La representación de la oposición con Xóchitl y Maynez no tiene algo significativo que poner sobre la mesa el próximo domingo 28 de abril. Entonces, cuando l@s interlocutores no alcanzan el tamaño para representar los intereses y posturas de quien los apoya, hay que ir con esos actores que están detrás y que mueven los hilos de la candidata y el candidato que no crecieron y hay que hacerlo nosotros sí con la humildad y solidez de quien tiene el respaldo y cariño de las mayorías. Ese es el papel de Claudia para estos días previos al 2 de junio.
De hecho, se ha visto en esta semana y se continuará viendo a una candidata líder de las encuestas en el esfuerzo casi sobre humano de recorrer decenas de municipios y dialogar con una amplia variedad de sectores para poner a la consideración de millones de ciudadanos los detalles más importantes de su plan de gobierno resumido en los cien compromisos ya difundidos a lo largo y ancho de la República.
La actitud y la estrategia de campaña de la Candidata Claudia ha sido y es dialogar con la ciudadanía en los territorios y con los actores sociales y políticos que forman opinión y tienen liderazgo en todos los sectores sabiendo que al estar ubicados en el poder económico, social y político del país muchos de ellos encabezan la verdadera oposición: la que se identifica con los poderes de la derecha en México y en el extranjero.
Un ejemplo claro se vio esta semana en el diálogo con los dueños de los bancos con quienes habló con absoluta franqueza y claridad sabiendo que es y será un sector con el que el trato ha de ser de compromisos mutuos atendiendo las prioridades de un desarrollo social de verdadera prosperidad compartida en la que las mayorías que ella representa deberán estar en centro del progreso nacional que viene.
Aquí ya no es determinante, entonces, lo que diga la segunda en la contienda presidencial y sus barbaridades y vulgaridades. Cuentan los compromisos que va asumiendo Claudia paso a paso hacia el 2 de junio, sabiendo todos y todas que se cumplirán puntualmente y esa certeza es desde 2018 con AMLO lo que todo mundo quiere. La vieja demagogia y simulación de las campañas sexenales del PRI y del PAN ya no tienen cabida en el México de hoy. La credibilidad de los gobiernos de izquierda es algo que llegó para quedarse y hasta los más recalcitrantes han de asumirlo.
Dos grandes indicadores marcan lo que México está viviendo en esta tercera década del siglo, por un lado, el apoyo contundente de las mayorías hacia un plan que se basa los derechos y la justicia social y por el otro, la imagen y confianza que ha generado este país en el mundo como espacio favorable en el que se puede invertir sin avasallar y someter a su gente al capitalismo salvaje que los anteriores seis gobernantes de la derecha solaparon a cambio de los beneficios personales y de grupo de esos regímenes de corrupción desenfrenada.