Comprender la realidad del nuevo mundo/Marx Aguirre Ochoa
Marx Aguirre Ochoa
Los fenómenos nuevos en el Mundo, han sido sorprendentes por lo inesperado, lo que nunca se pensó en el imaginario social, ahora es el resultado de procesos históricos, que implican la concurrencia de distintos factores sociales, económicos, políticos y culturales. Estos fenómenos nuevos, por razones de costumbre, no son siempre visibles y mucho menos suficientemente comprendidos, lo cual hace indispensable, el llamado a reconocer e identificar estos cambios en la vida misma como sociedad, para entender los muchos “por qués” de las situación actual que vive el mundo entero.
Los cambios en las conductas y mentalidades de todos, de los niños, de los jóvenes, de los hombres y mujeres, de los adultos mayores, así como de los sectores de la vida en sociedad, en la economía, la política, la educación, la ciencia y la tecnología, los valores y principios que eran y ya no son, el sentido de la vida y la unidad del todo cuanto existe, son el resultado de los grandes cambios que vivimos hoy en día. La tecnología es sorprendente y preocupante por las tendencias que provoca, junto a los acontecimientos en apariencia aislados, con causas insuficientemente conocidas que dificultan la vida individual y colectiva.
Los cambios en el mundo, en México y en Michoacán, incluyen todos los aspectos de la vida individual y colectiva, con un carácter integral, puesto que la transformación social es total, completa, en una secuencia de fenómenos que comienza por la conciencia, por las ideas, creencias y emociones que luego se transformaran en realidad, en hechos objetivos. Hoy por hoy, nos encontramos obligados a la reflexión y al análisis de cómo hemos llevado la sociedad, de personas, de seres humanos en convivencia, de la forma de vivir, de los aspectos irrelevantes que hoy son relevantes
Tal vez se esperaban otros resultados. En distintos aspectos, el hombre pudo convertirse en algo distinto a su esencia, de constructor se transformó en destructor, su seguridad la cambió por el temor y el pensamiento, fue sustituido por el instinto mero y simple de las redes sociales.
En cuanto al tiempo, el pasado, la historia, ha llegado a considerarse como inútil, hoy parece ser que la historia ya no es importante para comprender el presente y planear el futuro, hoy, cuando se piensa en el futuro, es como una causa de angustia innecesaria. Por eso el peligro de que la sociedad se quede vacía de posibilidades de aprendizaje en lo que ha vivido y de ilusiones para el porvenir. No se puede permanecer mirando el pasado aislándose del presente, como tampoco se puede pensar en el futuro, sin considerar que lo más importante es lo que está pendiente de construirse. No basta la grandeza del pasado para aportar y justificar las miserias del presente, con olvido de lo que está por venir.
El pasado es inmodificable, pero el futuro en cada instante que transcurre, puede construirse a voluntad. En consecuencia, pasado, presente y futuro constituyen una unidad dialéctica, que concluye en lo que tiene y debe hacerse como finalidad colectiva.
Entre todos, entre muchos, hemos establecido conductas similares, de supervivencia, de empatía, de incredulidad, muchos han sido los cambios en la capacidad de percepción, de valorar y de creer lo que antes se consideraba imposible, hoy se entiende viable y verdadero. De este modo, que las creencias “de las peliculas de ciencia ficción”, hoy son una realidad. Los cambios, en todo caso, inevitables, perceptibles, que si bien sólo son ejemplos, sugieren que, en efecto, algo no esta bien, la falta de una visión sensible, de politicias publicas con sentido humano, reales y serias, que promuevan el orden y la disciplina ante situaciones de vida o muerte, de previsiones, de planes emergentes, laborales, de salud, de emprendimiento, parece ser que todo es “por favor”. Una nueva forma de vida se esta replantendo, está surgiendo con vigor y en todas partes.
En Michoacán, con sus grandes objetivos históricos, el orgullo de su pasado, sus retos presentes y sus potencialidades, constituyen los ingredientes del entusiasmo y la certeza de los michoacanos, respecto de lo que pueden y deben construir a conciencia en el nuevo siglo, el nuevo milenio y para siempre.
Los problemas del presente habrá que resolverlos con las experiencias acumuladas, los medios disponibles hoy y las grandes ilusiones para el mañana.