¿Cómo vamos con Claudia Sheinbaum?
Hay que preguntarse cómo le hace la Presidenta para atender tantos fierros en la lumbre -como dicen los herreros- en medio de la vorágine de la realidad nacional e internacional de nuestros días.
Claro que se ven evidentes avances en temas centrales como el caso de la democratización del Poder Judicial y la promulgación de las reformas constitucionales de la agenda legislativa que dejó AMLO y la propia agenda de ella.
El Gabinete Presidencial llegó con un intenso ritmo de trabajo que evidencia en los informes de las mañaneras cambios y acciones de alto calado como en los casos del agua, de las obras de infraestructura, la terminación de los proyectos del sexenio anterior que quedaron inconclusos y la ampliación de los programas sociales.
México ha vuelto a brillar con la participación de la Presidenta en el G-20 y en sus relaciones bilaterales con gobernantes de varios continentes. El atractivo de México como destino de inversiones y como ejemplo de un Estado pacifista y humanista le promete un fortalecimiento político impresionante en el sexenio de Claudia.
Sin duda, el mayor patrimonio de Claudia tiene las mismas bases que le dieron fortaleza a AMLO: la credibilidad y la confianza en que continuarán practicándose los principios de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, poniendo en el centro la consigna de por el bien de todos primero los pobres.
Dicho, lo anterior, avanzar en el Segundo Piso requiere también regresarse al Primer Piso como condición de mantener la solidez del proyecto 4T.
- Claudia tiene que regresar al tema de un Trump corregido y aumentado, más radical que en su primer mandato cuando AMLO pudo lidiar con él. Ahora, amenaza con no dejar piedra sobre piedra en su relación con México, tanto en el crítico ámbito del tratado comercial como en el espinoso problema migratorio. En ambos se pondrá a prueba la solidez de la economía mexicana la cual, si bien cuenta con pilares fuertes en los niveles de ocupación y consumo con un mercado interno en crecimiento como no se tuvo en seis sexenios, va a resentir el vendaval de una economía estadounidense con graves problemas macroeconómicos y una recesión en el horizonte.
Mucho se puede lograr si Claudia y sus negociadores pueden hacer entrar en razón a Trump demostrándole que EEUU necesita tanto a México como éste a ellos, tanto en el tema del TMEC como en el de la migración; aunque en este último aspecto, la ralentización económica de EEUU va a derivar de cualquier manera en una mayor desocupación sobre todo para l@s migrantes.
- En el delicado y no resuelto expediente de Ayotzinapa, el reto es como al principio, hallar a los muchachos. Al respecto, se sienten avances importantes al haber detenido ya a algunos responsables directos de su desaparición. Eso acerca un desenlace muy esperado. Omar García Harfuch está aplicándose en este tema y en general en el manejo del muy sentido problema de la seguridad, pero, falta mucho para resolver el desastre que dejaron los gobiernos neoliberales que auspiciaron al crimen organizado.
- La Presidenta va a tener que reforzar la gestión pública y la comunicación política con la participación de los funcionarios que encabezan el gobierno. El elefante de la burocracia aun no se cura del reumatismo y es indispensable que se apliquen en la construcción de un poder público respaldado activamente por un pueblo informado, organizado y movilizado. Las mañaneras presidenciales cumplen un papel determinante para mantener informados a millones, pero, la batalla ideológica compleja y permanente exige que el equipo de la Presidenta se aplique mediáticamente frente a la derecha y especialmente frente a los grupos de interés más agresivos.
Finalmente, hay que felicitarse con el desempeño de la Presidenta en este inicio de sexenio que promete ser intenso, complejo y lleno de incertidumbre como ninguno de los anteriores y felicitarse también porque la fuerza de la mayoría contundente que la llevó al timón de la nación, logró ya derrotar al peligroso, corrupto y amenazante Poder Judicial abriendo un camino inédito y prometedor del poder popular con el cual un México mejor ¡claro que es posible!.