Código de Ética de la Federación/Gerardo A. Herrera Pérez
El Código de Ética Publicado en el DOF el pasado ocho de febrero de 2022, sustituye a su antecesor de fecha cinco de febrero de 2019 y otros relacionados, es decir, un documento que aparece a la mitad del sexenio de la presente administración que pretende precisar conceptos, procesos y responsabilidades y seguir trabajando contra la corrupción y a favor de la austeridad republicana.
Llama la atención la construcción del Código de Ética y los contenidos que de éste emanan, derivado a que las ideologías con que una gran cantidad de personas y personas servidoras públicas continúan teniendo y con las que toman decisiones: ideologías misóginas, machistas, clasistas, racistas, homófobas, lesbófobas, de bifobia, y transfobia, xenófobas, patriarcales, entre otras. Para alcanzar el grado de participación en respeto a los derechos humanos y de la dignidad humana de los usuarios de los servicios públicos requiere que ningún servidor público tenga este tipo de ideologías que atentan contra los derechos, libertades y la dignidad humana. La violencia, el acoso, el hostigamiento, la discriminación, la desigualdad, la diferencia y la opresión trastocan la justicia social.
El Código de Ética, se integra por dos títulos y 24 artículos y transitorios. Su contenido nos permite observar que, para cumplir con los propósitos definidos por diferentes instrumentos jurídicos, se requiere de un perfil del servidor público, al que hay que, sensibilizar, informar, formar y hacer transmodernidad, es decir cambiar sus prácticas de atención al público y de insersubjetivación que deben de realizar para la atención del otro, que puede ser su par en la administración pública, o bien, el usuario de los servicios que presta el sector público federal.
En este sentido el servidor público deberá actuar bajo diversos principios constitucionales y legales: el principio del respeto de los derechos humanos, la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, eficiencia y eficacia y transparencia; destaco algunos de los principios:
El principio de los derechos humanos, incluye conocer de la equidad de género, la igualdad y no discriminación, la interculturalidad, el origen, ideología, condiciones físicas y de salud, condición familiar; y agregaría desde mi perspectiva la cultura de la paz, que permite atender los conflictos, y desde luego la sostenibilidad, por lo que se convoca a evitar cualquier acto que violente estas acciones.
Ahora, de manera escrita se precisa que, las personas servidoras públicas no podrán realizar o bien tolerar actos de hostigamiento sexual, acoso sexual, con independencia del sexo, identidad o expresión de género, características u orientación sexuales, de las personas involucradas en tales casos.
Por lo que el servidor público tiene prohibido, dice el Código, evitar: “Realizar señales sexualmente sugerentes con las manos o a través del cuerpo; tener contacto físico sugestivo o de naturaleza sexual, como tocamientos, abrazos, besos, manoseo, jalones; hacer regalos, dar preferencias indebidas o notoriamente indiferentes o manifestar abiertamente o de manera indirecto el interés sexual por una persona; llevar a cabo conductos dominantes, agresivas, intimidatorias y hostiles hacia una persona para que se someta a sus deseos o intereses sexuales, o al de alguna otra u otras personas”; el INMUJERES, deberá seguir trabajando para desmontar el modelo patriarcal de sabiduría, poder, autoridad, jactancia y violencia que viven los hombres en sus masculinidades y en contra de las mujeres, la pregunta es ¿se podrá trabajar con las masculinidades de los servidores públicos para evitar el acoso, la violencia, el hostigamiento, el abuso y opresión que mantienen los hombres de manera genérica en su mandato de masculinidad y potencia en que viven y que esta introyectado?, de ese tamaño el reto de la Secretaria de la Función Pública y del Gobierno Federal.
En este sentido, los servidores públicos deberán evitar espiar a una persona en su intimidad, en los vestidores, en los sanitarios; condicionar un empleo o ascenso a cambio de conductas de naturaleza sexual; obligar a realizar actividades que no competen a sus labores por no aceptar conductas sexuales; llevar a cabo lenguaje no incluyente o sexista, burlas, piropos o bromas, insinuaciones, invitaciones, favores, citas sexuales; acoso sexual, acoso laboral, entre otras acciones que se deben evitar y de las que precisa la normativa en cuestión.
Respecto del principio de Lealtad, el servidor público debe corresponder a la confianza de la sociedad le ha conferido, por ello, debe actuar con vocación de servicio como expresa Enrique Dussel, en la ética política, a favor de sus necesidades colectivas por encima de intereses particulares, personales o ajenos al interés público.
Respecto de los principios de eficiencia, eficacia y transparencia, el servidor público deberá: ejercer los recursos públicos con austeridad, racionalidad y sostenibilidad en el cuidado de los recursos naturales; no utilizar recursos públicos para fines distintos al que fueron destinados; el trabajo del servidor público deberá de tener apego a una cultura de servicio a la sociedad, con vocación de servicio; no deberá abusar del cargo de superioridad jerárquica para mandatar tareas o favores de carácter privado.
En este sentido se deberán potenciar los valores del servicio público, para un ambiente laboral apropiado, que incida de manera directa o indirecta en la sociedad, conforme a los valores de: respeto, liderazgo, cooperación y cuidado del entorno cultural y ecológico. Si bien es un avance significativo el trabajo colaborativo, la pregunta es cómo vencer las inercias de que el personal institucional se fue incorporando de acuerdo a la llegada de los distintos grupos políticos por ganar elecciones, es decir, hay grupos antagónicos, que hacen difícil el poder asumir esos valores, cuando además se encuentran presentes las ideologías misóginas, machistas, racistas, clasistas, de homofobia, lesbofobia, bifobia, transfobia, xenofobia, patriarcales (masculinidades y hombres), entre otras.
Las personas servidoras públicas tendrán la obligación de respetar y cuidar el patrimonio cultural y natural de la nación; es decir no cometer actos por acción u omisión que pongan en riesgo o dañen el cuidado de las áreas verdes, biodiversidad, reservas naturales y en general la naturaleza y medio ambiente. Desde luego que es importante porque hace sinergia con la Agenda 2030 los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU, la Agenda 2050 de la OCDE, así como de la Carta de la Tierra, y otros instrumentos jurídicos de dimensión universal.
Con ello, se deberá promover la cultura de uso racional de agua potable, energía eléctrica, papel o combustible, pero adicionalmente, atender disposiciones de no contaminación del aire, y separación de residuos sólidos y reciclaje.
Sobre los compromisos de los servidores públicos se definen las siguientes prácticas: Considerar que las redes sociales pueden constituir una extensión de las personas en medios electrónicos, por lo que, sin menoscabo de los derechos a la liberta de pensamiento y de expresión propios, para su uso institucional, procurarán la imagen de las dependencias y entidades, así como la confianza en el servicio público, al mantener un comportamiento acorde con la ética pública y respetuoso de cualquier persona, sin importar su ideología o posicionamiento.
En caso de que las personas servidoras públicas decidan destinar sus redes sociales para hacer públicas las actividades relacionadas con su empleo, cargo o comisión, se colocan en un nivel de publicidad y escrutinio distinto al privado, por lo que además de lo dispuesto en el párrafo anterior, se abstendrán de realizar conductas que restrinjan o bloqueen la publicidad o interacción de la cuenta a personas determinadas.
Por otro lado, esta el emplear un lenguaje incluyente y no sexista en toda la comunidad institucional; rechazar regalos, dádivas, etc; realizar ejercicios de reflexión ante dilemas éticos para la toma de decisiones; así como el actuar con perspectiva de género, entre otros.
Las reglas para operar el modelo del Código de Ética están contenidas en las siguientes acciones: actuación, desempeño y cooperación con la integridad; trámites y servicios; recursos humanos; información pública; procesos de evaluación, entre otros.
En términos generales, el Código de Ética, se propone hacer que los servidores públicos combatan la corrupción que continua en las prácticas institucionales, así como, establecer la austeridad republicana como un valor fundamental y orientador de la presente administración, de igual manera dar pista al desempeño y conducta en aras de arribar a respetar la dignidad de los usuarios de los servicios públicos. Quienes incumplan estas tareas, podrán ser denunciados ante el Comité de Ética y el Órgano de Control Interno de las instituciones públicas.
Me parece oportuno preguntarnos, si bien, es importante precisar las obligaciones de los servidores públicos y los compromisos de las instituciones, cómo hacer para que en un contexto patriarcal, de masculinidades hegemónicas, de una sociedad de consumo que busca el hedonismo, el narcisismo, la búsqueda del lujo, el poder, los valores líquidos, inmediatos, efímeros, en donde dejaron de existir los valores de comunalidad, para dar paso a lo individual, al egoísmo, al consumo por placer de las marcas, las drogas, el sexo, el alcohol, se pueda a partir de un documento dar por sentado que las cosas cambiaran en las prácticas públicas y las intersubjetividades, cuando de manera paralela tendríamos que estar trabajando con las masculinidades del servicio público, con la creación y desarrollo de conciencia antropológica, ambiental, social, espiritual a las que alude Edgar Morín, y como digo yo, a una conciencia de prevención, que incluya la violencia, las enfermedades mentales, el estrés, y finalmente el manejo de una inteligencia emocional para el manejo de las iras, las emociones.
Por lo pronto, hay que seguir trabajando buscando los modelos éticos que permitan la transmodernidad, el transfeminismo como epistemología para atender el modelo ético, el devenir social, el reconocimiento del otro, la deconstrucción del sujeto social. Considero que el Gobierno del Estado habrá de hacer una revisión al documento recientemente presentado sobre su Código de Ética y alinearlo a lo que presenta ya el Gobierno Federal.