Coahuila y la paz
Enero del 2012. “Una amenaza se cierne sobre Coahuila, sobre nuestro pueblo, familias, hijos y amistades. Sobre lo que queremos y amamos. Sobre nuestra forma de vida, prácticas y tradiciones. Es el monstruo del narcotráfico.”
Así, ante el Congreso del Estado, inicié un discurso donde llamé a liberar al estado del crimen organizado. Tenía un mes en el gobierno y en mi campaña había prometido la paz. “De la seguridad me encargo yo”, fue una frase que arrancó aplausos de un grupo de ciudadanos que escuchaban mi oferta política.
Entonces, era imposible transitar con seguridad por las carreteras; la desaparición de personas, una constante. Meses atrás, en el gobierno anterior, sucedieron los acontecimientos de Allende. El miedo campeaba en la clase política y las policías no tenían la capacidad de enfrentar la crisis.
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