Claudia en profundidad
El 1 de enero de 1994 se levantaron los pueblos originarios con el EZLN en Chiapas, contra el Tratado de subordinación que firmó Salinas con EEUU y Canadá y el cual los excluía radicalmente a ellos y a millones de personas no relevantes para los dueños de esas economías.
El régimen de Salinas había puesto en marcha desde 1988, de manera tramposa y siniestra su programa de Solidaridad para encubrir el saqueo y la corrupción sin freno iniciada desde el sexenio de Miguel de la Madrid. A los pueblos originarios “los encapsuló” aislándolos a unos de otros y controlando sus demandas a través de las oficinas dedicadas a ellos.
El zapatismo no se extendió en el país y los neoliberales pudieron seguir con su modelo depredador. Sin embargo, a pesar de algunos desatinos del liderazgo, la experiencia zapatista de Chiapas fue comprendida en todo el mundo como una verdadera alternativa frente a un modelo de capitalismo salvaje que excluyó en todos los continentes a las mayorías y concentró la riqueza creada por esas mayorías en las minoría rapaces y depredadoras que ya se conocen.
Sí. La fuerza humana de la colaboración, del espíritu solidario y de la defensa mutua viene de millones de años de evolución que explican la sobrevivencia de nuestra especie representada precisamente por las comunidades originarias actuales.
Cuando se habla de la Cuarta Transformación, se está invocando a esas profundas y poderosas reservas del colectivo humano y la cual, en sólo seis años en México, ha demostrado su radical diferencia con los seis sexenios anteriores del capitalismo salvaje e individualista.
En sus recorridos por el país, Claudia Sheinbaum ha invocado igual que AMLO a las reservas humanas de ese México profundo y se puede advertir que su papel de mujer, madre y abuela hacen que se identifique plenamente con las mujeres quienes constituyen más de la mitad del electorado, pero, además, su propia experiencia de haber convivido en el seno de las comunidades indígenas, le aporta una gran credibilidad ante todo mundo.
Dada la trayectoria de Claudia no se puede dudar de su compromiso con los pueblos originarios y se sabe que sus lecciones de vida orientarán su gestión al frente de la nación con la consigna de Primero los pobres, pero, no como objetos, sino como sujetos con todos los derechos. En esa ética política se asienta no sólo la legitimidad del poder que ejercerá Claudia sino su fuerza y apoyo para avanzar en el segundo piso de la transformación.
La mayoría que la apoya no son números. Los pueblos originarios se lo han reiterado cada vez que en las distintas comunidades que visita le entregan el Bastón de Mando, le dicen: “te damos este Bastón de Mando no para que hagas lo que quieras, sino para que sepas que vamos a mandar junto contigo como hacemos en nuestras comunidades. Por eso te apoyamos totalmente y te apoyaremos totalmente, porque eres de parte de nuestra comunidad”. Así le dijeron en Cheranástico hace unos meses y así se lo han reiterado en diversas partes de Michoacán y del país.
Frente al modelo neoliberal fallido en todo el mundo por su carácter inhumano, sólo la gestión comunal del poder es sostenible. Lo saben las comunidades originarias de México y del mundo: el reto de la conservación del medio ambiente que da la vida, exige que las relaciones entre los humanos sea de colaboración y compromiso; del espíritu solidario que parte de la preocupación por el otro como condición de sobrevivencia de tod@s. Sólo así se salvará también el medio ambiente que nos da la vida.
Claudia, experta en medio ambiente, parte del equipo internacional que recibió el Premio Nobel en esa materia, sabe lo anterior y es seguro que será su guía para rescatar, salvaguardar y desarrollar al México de tod@s.