Claroscuros/José Luis Ortega Vidal
Yuribia, historia que se remonta a 1970: la CIA, Echeverría, la UNAM
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José Nelson Murat Casab “detalló que en el mundo político no se pueden resolver ese tipo de cuestiones por las vías del enfrentamiento y la muerte.
Sobre los autores del atentado, dijo: "sólo hay dos o tres organismos a nivel nacional o internacional que pueden hacer esto; uno es las mafias con los caciques, a los que nos hemos enfrentado y los hemos ido destruyendo, caciques de pueblo, caciques estatales con las mafias, ligados para seguir teniendo el poder, ofendiendo al pueblo de Oaxaca; la otra, pues son las áreas de inteligencia".
Resaltó: "no quiero morir ni quiero ser mártir ni nada que se le parezca; si lo que quieren es que me vaya, pues renuncio al gobierno del Estado (...) hemos enfrentado a los caciques, a los que quieren volver al poder, que ya lo tuvieron", a quienes "el pueblo de Oaxaca no quiere".
También se refirió "a las mafias de caciques que pierden su dinero en los municipios, en las regiones; entonces, esto es muy lamentable, muy grave. Imagínense, yo, no muerto, herido, sin poder estar en funciones uno, dos, tres, cuatro, cinco meses; pues la Cámara de Diputados sustituye y en ese momento se desquicia el estado".
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Fue el 18 de marzo del 2004, último año de su gestión -un jueves a las 08:30 horas- cuando Murat Casab conducía un automóvil oficial por la zona norte de la capital oaxaqueña y fue atacado a disparos de francotiradores desde azoteas cercanas. Su camioneta chocó contra un pilar y él resultó con pequeñas escoriaciones.
Uno de sus guardias fue herido de gravedad y cayó en estado de coma. El mismo año del atentado, tras el cual declaró ser “combatiente” de los cacicazgos, José Nelson Murat Casab observó cómo su amigo Fidel Herrera Beltrán se convertía en gobernador de Veracruz. El sueño de los cercanos desde la juventud, hijos políticos de Luis Echeverría Alvarez los dos, se cumplía.
Murat Casab contó con el padrinazgo de Luis Echeverría Alvarez –Identificado como Litempo 14 en la nómina de la CIA para la que hizo labor de espionaje en México- por haber contribuido a salvar su vida. Presidente de México, Echeverría realizó atrevida e imprudente visita a la UNAM el 14 de mayo de 1975.
Cercanas las matanzas del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, de las que se le ha responsabilizado siempre, los universitarios se enardecieron.
El coronel Jorge Carrillo Olea, integrante del Estado Mayor Presidencial, estaba a cargo de su seguridad y apenas pudo salvarle la vida apoyado circunstancialmente por el joven oaxaqueño: José Nelson Murat Casab, quien contaba a la sazón con 25 años de edad.
Echeverría Alvarez sufrió –en aquella ocasión- un golpe en la cabeza y hasta la fecha se especula sobre el objeto que lo causó pero está claro que salió de entre los estudiantes de la UNAM que lo perseguían. Fidel Herrera, por su parte, se hizo del padrinazgo echeverrista en el contexto de su campaña como candidato a la Presidencia de la República en 1969; donde el de Nopaltepec fue orador y conquistó al asesino del 2 de octubre de 1968.
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La amistad y sobrevivencia política de Murat Casab y Herrera Beltrán, hijos políticos de un dinosaurio y pequeños dinosaurios ambos, representó la presencia en suelo veracruzano de la empresa Constructora del Sureste S.A. de C.V. El representante de la misma fue José Manuel Flores Ríos (a) “El Oaxaco”, un prestanombres de José Murat Casab –el “combatiente” de cacicazgos- que recibió contratos multimillonarios para ejecutar obras en el sur de Veracruz durante el sexenio Fidel Herrera Beltrán y hasta la mitad del gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
De José Manuel Flores Ríos “El Oaxaco” se tienen noticias hasta el 28 de febrero del 2013, cuando habría acudido a una cita con Gerardo Buganza, entonces Secretario de Gobierno. De entonces a la fecha se reporta como desaparecido al hombre que tuvo el respaldo y complicidad de Esteban Bautista Hernández, ex alcalde de Tatahuicapan y líder del Consejo de Gobierno Indígena y Popular del Sur de Veracruz que años atrás incluyó a ediles de la sierra de Soteapan pero también a otros como los de Texistepec y Zaragoza. Actualmente, el referido Consejo de Gobierno Indígena cuenta con el respaldo del alcalde de Tatahuicapan Filogonio Hernández Bautista.
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Por la desaparición del “Oaxaco” se abrió el juicio1088-2014-IV en el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Xalapa. Su camioneta apareció quemada en territorio de Puebla. José Manuel Flores Ríos era nativo de Tierra Blanca, Veracruz, cerca de la sierra de Tezonapa que divide a Veracruz de Oaxaca. Aquí le apodaban “El oaxaco”, allá “El jarocho”.
Nunca se ha comprobado si fue una fuga disfrazada o en realidad vivió un atentado. De su pasado, se conoce que fue un chofer del materialista y a partir de servir a los intereses de José Murat se volvió millonario impulsando obras facilitadas por gobiernos de Veracruz, Chiapas y Oaxaca. En el sur veracruzano recibía obras de Tatahuicapan, Jáltipan, Hidalgotitlán, Minatitlán y Cosoleacaque.
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Un detalle importante: cuando “El oaxaco” desaparece o se autofabrica un escape disimulado, Veracruz ardía –como hoy- por la lucha entre cárteles de la droga y por pugnas internas del crimen organizado en general y ataques a la sociedad civil. Del ejercicio del “pinche poder” habíamos pasado los veracruzanos al robo “de frutsis y gansitos” con centenas de muertes de norte a sur.
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Al contexto referido, los sureños añadían el padecimiento de una manipulación política del hambre y el abandono que han padecido los indígenas en la Sierra de Soteapan durante siglos. Esteban Bautista Hernández se hizo millonario junto vía la complicidad del “Oaxaco”; prestanombres ambos de la dupla José Murat/Fidel Herrera.
Esto ocurría con el disfraz de Esteban Bautista como hombre de izquierda, concretamente del PRD. Dividido Tatahuicapan, saqueados sus recursos oficiales como los de los 212 municipios de Veracruz, se utilizó el agua de la presa Yuribia como un botín en disputa por diversos actores. Grupos indígenas discriminados reclamaron esa agua como suya. Grupos políticos radicales de Tatahuicapan la vendieron y le dieron a sus seguidores migajas de lo obtenido. Grupos partidistas se dividieron entre sí y mientras unos negociaban obras, otros secuestraban la presa a su antojo para conseguir cada vez más prebendas.
Los más fuertes se hacían más fuertes; los más débiles se quedaban poco a poco sin agua y en algunos casos llegaron a recibir 500 o 1000 pesos mensuales empleados numerosas ocasiones sólo para embriagarse.
En antropología este proceso se denomina aculturación. Se vivió y se vive en Tatahicapan, gobernado actualmente por Filogonio Hernández Bautista (PRD) un proceso de pérdida de identidad; un saqueo externo de sus recursos del que una parte importante de la población de Tatahuicapan participa consciente o inconscientemente.
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En política nada es gratuito. Esteban Bautista Hernández y Filogonio Hernández Bautista apoyaron la candidatura de Miguel Angel Yunes Linares al gobierno del Estado en los comicios del 5 de junio del 2016. La más reciente toma de la presa Yuribia para exigir el pago de los dos millones y medio de pesos que se entregaban cada mes desde el pacto que firmaron el gobierno de Javier Duarte de Ochoa y ejidatarios de Tatahuicapan a fin de no bloquear el uso de la añeja y sobre-empleada presa de Yuribia, reveló otra variable de esta suciedad política que oculta el trasfondo de agresión cultural padecida en la sierra de Santa Martha y San Martín: Lino Bautista González del PRI y líder de los ejidatarios, así como Eloy González Bautista encabezaron la toma de la presa el 4 de enero pasado.
Miguel Angel Yunes Linares acusó a integrantes del Partido MORENA –concretamente a la diputada Rocío Pérez Pérez- de estar detrás de esta acción. Esteban Bautista Hernández se deslindó y el viernes pasado reforzó la acusación contra MORENA. La diputada federal Rocío Nahle deslindó al partido de Andrés Manuel López Obrador de los hechos.
Ayer, el gobernador personalmente abrió las válvulas de la presa sin empleo de la fuerza política. No hubo necesidad. Hubo diálogo y negociación, declaró Yunes Linares. Habrá obras, afirmó. ¿Con quiénes y en qué términos políticos se pactó? De eso no se dijo nada pero la declaración un día antes de parte de Esteban Bautista ofrece una pista al respecto.
Se actuará contra Lino Bautista González y Eloy González Bautista, con base en un hecho concreto y real: ellos encabezaron la última toma de la presa que surte de agua a Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. Esteban Bautista Hernández y el alcalde Filogonio Hernández Bautista se pusieron a las órdenes del nuevo gobernador. Por tanto, nada se hará contra ellos bajo el principio juarista de “a los amigos la ley y la gracia, a los enemigos la ley a secas”. He aquí más pistas.