Claroscuros/José Luis Ortega Vidal
Zonas Económicas Especiales y perspectivas del PIB 2018: ¿Coincidencias en incertidumbre?
José Luis Ortega Vidal
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Cuestiono a un funcionario de la Secretaría de Economía en Veracruz sobre la Zona Económica Especial en Coatzacoalcos y su respuesta es optimista: hay empresas interesadas y se instalarían durante el próximo semestre, me responde.
- ¿Cuántas? ¿Cuáles? Pregunto.
- Ah, no sé. Sobre eso no nos informan. Sólo nos dicen que hay empresas interesadas, que la ZEE va…
En Coatzacoalcos, Nanchital e Ixhuatlán de Sureste -al sur de Veracruz- está trazado el polígono donde se pueden instalar las empresas que lo deseen en el marco de la Zona Económica Especial decretada por el presidente Enrique Peña Nieto durante septiembre del 2017 en Chiapas.
“Autoridades federales, alcaldes de la zona sur y el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, firmaron el Convenio de Coordinación para darle operatividad y sustento legal a la Zona Económica Especial de Coatzacoalcos (ZEE).
Durante el acto, se dijo que son 13 las empresas interesadas en invertir varios millones de dólares en Coatzacoalcos.
MEGA INVERSIÓN A CORTO PLAZO
El ejecutivo estatal comentó que pese a que el anuncio de las ZEE se realizó el pasado 28 de septiembre, en Chiapas, y que sólo se contaba con un par de cartas de intención, hoy ya son 13 documentos formalmente presentados ante su oficina de igual número de firmas que podrían detonar unos 600 millones de dólares a corto plazo. Yunes expuso que son unos 8 mil empleos los que estarían generando a corto plazo estas empresas, recordó que otra importante inversión que ya se tiene asegurada, es la de la firma CYDSA – Sales del Istmo- que destinará recursos para edificar cavernas para almacenar hidrocarburos.” (1)
Observaciones: CYDSA, dueña de la marca de sal La fina, es una empresa que “inicia en 1945 en los Lirios, antigua granja que estaba en las afueras de Monterrey. Ese año, CYDSA produce, por primera vez en México, fibra de rayón para la creciente Industria Textil. En 1967 CYDSA adquiere Industria Química del Istmo, productora en México de cloro y sosa cáustica solidificada perteneciente a Pemex. IQUISA obtiene la concesión para la explotación de domos salinos en Coatzacoalcos, Veracruz, a través de Sales del Istmo, una empresa productora de sal comestible e industrial. En el 2014 Inicia la operación de la Planta I del nuevo Negocio de Cogeneración de Electricidad y Vapor en Coatzacoalcos, Veracruz. CYDSA firma un contrato con PEMEX para desarrollar el primer Proyecto en América Latina de Procesamiento y Almacenamiento Subterráneo de Gas LP. Aumento de capacidad en el Negocio de Sal a 500 mil toneladas anuales. En el año 2016 la Planta IQUISA Noreste de Cloro, Sosa Cáustica y Especialidades Químicas inicia operaciones en García, Nuevo León. La Planta II de Cogeneración arranca operaciones en Coatzacoalcos, Veracruz. En el 2017 Sales del Istmo concluye la tercera y última etapa de la Ampliación de la Capacidad Instalada de Producción de Sal Evaporada, iniciada en el año 2013, para consolidar a esta planta de CYDSA como la mayor productora de sal evaporada del Continente Americano”. (2)
Es decir, de instalarse en el polígono de la ZEE de Coatzacoalcos la empresa CYDSA aprovecharía una oportunidad histórica por la eliminación durante varios años del pago de impuestos y la facilidad de recursos naturales en el desarrollo de su producción.
Empero, la firma tiene 50 años de operar en Coatzacoalcos, alrededor de los complejos petroquímicos que durante décadas ha operado PEMEX.
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Finalmente lo deseable es que los anuncios hechos por las autoridades se conviertan en una realidad porque la sociedad del sur de Veracruz los requiere con urgencia.
La llegada de 600 millones de dólares a corto lazo y la generación de 8 mil empleos son palabras mayores aunque las cifras son insuficientes para una región sumida en el desempleo, la guerra entre cárteles del narcotráfico, la corrupción oficial, la escasez de dinero circulante y conformada por más de 750 mil habitantes.
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Ahora bien, el Banco Mundial advirtió este martes 9 de enero que México tendrá en el 2018 un crecimiento de 2.0 ó 2.1 del Producto Interno Bruto (*) a partir de dos factores: incertidumbre en torno al Tratado de Libre Comercio entre nuestro país, Estados Unidos y Canadá, así como el proceso electoral que estamos viviendo.
Al sector económico-financiero le pega, desde hoy, la duda sobre quién ganará la elección del primer domingo de julio venidero.
Se trata de la pugna entre dos modelos económicos distintos dentro de un mismo sistema político.
Me explico: a Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribeña y Ricardo Anaya Cortés los unifica la tendencia política al centro:
Centro-izquierda uno; centro-centro otro y centro-derecha el último.
Ninguno de ellos es radical.
AMLO no representa revolución alguna aunque la propaganda en contra suya así pretenda dibujarlo una vez más.
Su alianza con el PES termina de echar por la borda esa falsa idea.
Meade es representante del status quo, de los hombres del poder, de los estratos dominantes en la iglesia, los empresarios, los dueños de los aparatos ideológicos, del control sobre las Fuerzas Armadas, de los aliados de la élite económica mundial, etcétera. Kuribeña no se mueve para ningún lado más allá de lo que marque el guión escrito por los creadores de su candidatura.
Anaya, finalmente, es un joven políticamente talentoso, católicamente mentiroso, conservadoramente corrupto.
El ideal del nativo de Querétaro es el respeto por el guadalupanismo nacional persignado ante una imagen de la virgen morena en la sala de un departamento en Atlanta, Georgia.
AMLO, Meade y Anaya vienen del PRI y el PAN que nacieron tras la Revolución de 1910.
Eso los define como afines al mismo sistema que ha convertido a México en la nación con una democracia en pañales que somos.
La diferencia entre ellos consiste en que AMLO confirma su deseo de volver al estatismo, a la economía mixta que a través de la sustitución de importaciones y el crecimiento con estabilidad hizo vivir a México crecimientos anuales del PIB por arriba del 6 %.
Tres décadas y media de neoliberalismo y una perspectiva de crecimiento del 2.0 % o 2.1 % anuales desaniman a cualquiera.
No obstante: Meade y Anaya le apuestan a ese modelo y afirman que solo es cuestión de tiempo. Que pasados los años suficientes, digamos 15 ó 20 tras las reformas estructurales -apenas llegaremos a cinco- vendrán el éxito, el desarrollo, la conversión de México en la China del siglo XXI.
Comparto datos históricos sobre el PIB en México a partir del gobierno de Lázaro Cárdenas en cuyo sexenio -aquellos tiempos de la expropiación petrolera y nacionalización de los ferrocarriles, la reforma agraria, el nacimiento de los ejidos hoy muertos- la economía tuvo un crecimiento promedio anual del 4.52 % del Producto Interno Bruto.
Con Manuel Avila Camacho, el PIB creció a una tasa anual del 6.15 %.
Miguel Alemán Valdés: 5.78 %
Adolfo Ruiz Cortínez: 6.42 %
Adolfo López Mateos: 6.73 %
Gustavo Díaz Ordaz: 6.75 %
José López Portillo: 6.51 %
Miguel de la Madrid Hurtado: 0. 18 %
Carlos Salinas de Gortari: 3.91 %
Ernesto Zedillo Ponce de León: 3.39 %
Vicente Fox Quezada: 2.03 %
Felipe Calderón Hinojosa: 2.04 %
Enrique Peña Nieto 2016: 2.3 %
Enrique Peña Nieto 2017: 2.2 % al tercer trimestre del año. (3) (4)
Bueno, esa duda sobre quién ganará inquieta a los mercados desde los primeros días del año y lleva al Banco Mundial a prever un crecimiento muy bajo, bajísimo en el PIB de este año.
De ganar Meade o Anaya quizá habría más confianza de los inversionistas durante el segundo semestre del año.
Nada es seguro porque el TLCAN y Trump juegan su propio papel al respecto.
De ganar Meade o Anaya y llegar al 2019 con las mismas perspectivas de crecimiento -escenario probable también- estaríamos ante un revés de la historia por unas reformas estructurales que estarían fracasando en el primer tercio de su vida productiva.
De ganar AMLO el comportamiento del mercado seria impredecible lo mismo que el futuro de las reformas estructurales.
En ese contexto resulta sumamente trascendental el comportamiento de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) durante el primer semestre del 2018.
¿Son una alternativa económica real o son un mero anzuelo político-electoral al que nadie le entrará sino después de que pasen los comicios?
Volvemos al mismo planteamiento expuesto lineas atrás: de no haber empresas en el polígono de la ZEE de Coatzacoalcos antes del primer domingo de julio y ganar AMLO los comicios ¿se sostendría este proyecto?
Pajaritos o Petroquímica Mexicana de Vinilo es un complejo petroquímico que ya se enterró.
Mexichem y PEMEX, sus dueños.lo decidieron tras la explosión mortal de abril en el 2016.
Braskem-Idesa se ocupa de lo suyo: producir y vender polietileno. Lo hace en México o en el extranjero porque lo suyo es vender no ocuparse de problemas macroeconómicos locales.
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Cuando hablamos de un ejercicio electoral a partir de una reflexión profunda nos referimos entre otros aspectos a éste: entender nuestro entorno macro y micro-económico, no sólo leer declaraciones y ver fotografías de candidatos (as)
Los políticos son como los novios calenturientos: antes de la boda prometen hasta el cielo pero embarazada la novia el asunto ya no es necesariamente suyo...
Eso nos ha ocurrido a los mexicanos y mexicanas durante un siglo.
Tenemos la oportunidad de establecer récords de votación y de hacerlo bien informados, reflexivamente.
Llamemos a eso: voto pensante y entendamos la trascendencia histórica de los comicios del 2018.
(1) NOTA DE IGNACIO CARVAJAL. DIARIO EL LIBERAL DE COATZACOALCOS.
https://liberal.com.mx/la-zee-
(2) http://www.cydsa.com/
(3) https://www.economia.com.
(4) http://www.inegi.org.mx/…/
(*) El PIB es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado. El PIB es un indicador representativo que ayuda a medir el crecimiento o decrecimiento de la producción de bienes y servicios de las empresas de cada país, únicamente dentro de su territorio. Este indicador es un reflejo de la competitividad de las empresas. https://www.
