Claroscuros/José Luis Ortega Vidal
2018: Coraje, corrupción, impunidad y presunta guerra de cárteles como ejes de un falso cambio de régimen
(1)
Si bien en ninguna democracia del mundo –por más madura que sea- el voto pensante existe en su totalidad pues se mezcla con los sufragios que surgen de la pasión o del coraje, el avance democrático –entendido como un desarrollo estructural del Estado y una co-participación comprometida y consciente de la sociedad civil- representa una necesidad vital en cada país, entidad, municipio.
(2)
La del 2018 en México no será una elección que se defina por votos razonados porque nunca hemos construido esa condición ni en el inconsciente individual ni en el inconsciente colectivo (Sigmund Freud y Carl Jung son referencias obligadas al respecto).
Dentro de 60 días los mexicanos votaremos movilizados por el coraje colectivo de amplios sectores del país desatados por la corrupción, la impunidad y la violencia sin precedente que padecemos.
De todo ello los ciudadanos culpamos a ese ente abstracto llamado Estado al que traemos al terreno de lo tangible en su representación institucional.
Vaya, el gran culpable de casi todos los males del país es Enrique Peña Nieto y su símbolo: el PRI, aunque la severa crisis histórica que padece México es de origen multifactorial y la sociedad civil juega un papel –que no se reconoce- al respecto.
(3)
Si no habrá voto pensante el primero de julio venidero y si asumimos que razonar a la hora de votar es un elemento esencial para la democracia, entonces nos queda la tarea de seguir educándonos colectivamente al respecto y en tal labor las instituciones públicas, la sociedad civil así como grupos que vinculan a ambas: caso de los periodistas, los intelectuales, los líderes políticos –entre otros- tenemos una obligación ética de aportar nuestra parte.
(4)
El primero de julio la presidencia de la República la ganará el abanderado que sume más votos de coraje y pasión o aquel que sea suficientemente acuerpado por la corrupción y la impunidad del Estado.
No hay democracia, vivimos un pequeño asomo a ella y no la habrá en el corto plazo después de los comicios del 2018 mexicano.
(5)
No debemos perder de vista que el primero de julio nos jugamos el destino del país: la continuidad o –en apariencia- el fin de un régimen.
A nivel federal –aunque en la lucha por gubernaturas como las de Yucatán y Veracruz, así como alcaldías y diputaciones locales en Campeche está dando la pelea- el fundador del régimen político y económico que nos rige, es decir el PRI, parece herido de muerte.
El PAN, representante del mismo régimen, busca su tercera oportunidad de ejercer el poder y MORENA -con antecedentes ideológicos, de visión histórica, política y macroeconómica en el partido tricolor- puntea con argumentos que representarían el regreso de un PRI, que en teoría estaría muerto, al poder.
Cuando una democracia existe y es madura, esta clase de contradicciones tienen una explicación relativamente simple desde perspectivas sociológicas, de la ciencia política, la antropología o la historia.
Un ejemplo de explicación sencilla podría ser el argumento de que MORENA es populista lanzado desde un PAN/PRD/MC donde su candidato Ricardo Anaya fue cargado a hombros por un hombre con la cabeza agachada en Boca del Río y junto a Miguel Angel Yunes Linares viviendo una situación semejante.
La escena –sobre todo de Anaya- nos remite semióticamente a la imagen de la Virgen de Guadalupe y San Diego, el indio dócil a quien la versión mestiza de la Virgen María se le apareció en el cerro del Tepeyac para consolidar el dominio católico en la Nueva España, llamada posteriormente México.
Ese populismo panista es muy semejante al del PRI con acarreados, la dotación de tortas y la entrega de tarjetas destinadas a la compra de pequeñas despensas en tiendas de autoservicio como las empleadas para el trabajo proselitista en favor de José Antonio Meade.
(6)
El populismo se puede analizar desde una perspectiva ideológica, macroeconómica, pero también como parte de una estructura socio-cultural.
En México los partidos no representan luchas ideológicas sino parcelas de poder.
Como ya dijimos líneas atrás el cambio de régimen que está en juego en realidad es una vuelta a otro rostro –ya conocido- del mismo régimen.
Sobre el tema del populismo hay una evidente manipulación político/electoral que la pasión o la ignorancia nos impiden observar.
He ahí la importancia –clave- del papel del periodismo.
Su labor es de inteligencia, reflexión, crítica y autocrítica pero lamentablemente solemos perdernos en la superficialidad y los “amoríos políticos” que devienen corrupción.
(7)
En el caso de Veracruz –historia narrada por fuentes vigentes desde el palacio estatal de gobierno- la ex coordinadora de comunicación en el gobierno de Javier Duarte, Georgina Domínguez Colío, se enriqueció en el cargo bajo la estrategia de manejar contratos millonarios con poderosas empresas de comunicación y un grupo selecto de líderes de opinión a quienes les pagó bien y les cobró su respectivo “diezmo”.
Alberto Silva “El cisne”, su sustituto, no cambió de política pero sí de estrategia: también hizo tratos millonarios y éstos aparecen pagados durante la última etapa del gobierno duartista solo que los proveedores no recibieron el dinero pues Alberto se lo quedó todo o lo compartió con alguien más, quizá el hoy preso Javier Duarte de Ochoa.
(8)
Elías Assad Danini, coordinador de comunicación social de bajo perfil en el gobierno de Miguel Angel Yunes Linares se limitó a manejar la difusión de su jefe vía periscope.
El gobernador de dos años al que le restan escasos siete meses de poder aparentó un cambio de política en materia de comunicación de su gobierno y la disfrazó con discursos de transparencia y profesionalismo en la relación gobierno-empresas de medios de comunicación-periodistas.
Fue un garlito.
Sabedor del fraude del duartismo y Alberto Silva a empresas de comunicación, Yunes argumentó, con razón: “no les debo”.
Por ello casi nadie recibió dinero de comunicación social durante su primer año de gestión, con las excepciones muy conocidas de Notiver y XEU, sus aliados.
Ha habido, no obstante, trato con otros medios y otros periodistas que aceptaron entrar al círculo de la corrupción yunista.
Algunos recibieron candidaturas del PAN/PRD/MC e incluso el PANAL a sabiendas de que perderán.
Otros fueron amenazados porque sus ejecutivos o dueños formaron parte de los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte, por ende cuentan con expedientes negros y obedecen al poderoso y agresivo gobernante.
Los ha habido que recibieron propuestas de contratos a cambio de vender la línea editorial y dar de baja a columnistas críticos del yunismo.
En estos últimos casos se llegó a la vergonzosa condición de vender la dignidad a crédito y podría ocurrir que no se les pague; es decir no les han dado ni un peso y ya reciben órdenes desde el palacio de gobierno.
(9)
Todo lo anterior, en el caso de la elección por la gubernatura veracruzana, implicaría el desvío de recursos económicos, político/institucionales y del empleo de información privilegiada a la campaña de Miguel Angel Yunes Márquez para relevar a su padre.
Elías Assad Danini, quien recién renunció a su cargo en el gobierno estatal para sumarse a la campaña de Yunes Márquez, conoce muchos detalles de esta historia.
(10)
¿Cuánta de toda esta lógica opera en materia de seguridad, inseguridad, violencia desmedida y la presunta guerra de cárteles que se vive en Veracruz?