Catilinaria
Morelia, la joya de la corona
Alfonso Martínez Alcázar conservó la joya de la corona, como suelen decirle a Morelia, por lo que representa la capital michoacana, es sede de los tres poderes Estado, la concentración mayoritaria de población y, desde luego de votos, pero también muestra de una sociedad conservadora no solo por su religiosidad sino por su respuesta ante los conflictos sociales que resuenan en sus calles.
El hartazgo partidista también es claro porque los morelianos conocemos ya las diversas formas de administrar de alcaldes del PRI, PRD, PAN, independiente y Morena y parece que satisface el independiente, luego de su ruptura con el albiazul, al grado de que va por un segundo trienio consecutivo, aunque en las dos últimas elecciones arropado por el PAN y el PRD.
Lo preocupante ahora para los morelianos son los discursos polarizantes de los dirigentes del partido Morena, tanto nacional como estatal y no será tan fácil que Morelia brille luego del lodazal que le cayó encima durante las campañas.
Falta conocer la postura del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, luego de que hasta con el secretario del ayuntamiento, Yankel Benitez Silva, se puso a discutir, porque no fue con el alcalde de la capital del estado, no, fue con un funcionario menor, pese a la impecable trayectoria de éste, pero ojalá recomponga su discurso y sea más sensato en lo que dice y hace, no solo por el bien de los morelianos sino de todo Michoacán, porque los dichos de Juan Pablo Celis no son alentadores, “no habrá borrón y cuenta nueva”.
No se puede perder de vista que Juan Pablo Celis, como dirigente del partido en el poder será parte de la 76 Legislatura que se instala el próximo 15 de septiembre, donde el contrapeso que se supone del Poder Legislativo al Ejecutivo se esfumó porque, igual que a nivel nacional, los michoacanos le dieron todo el poder a Morena y tendrán mayoría calificada para aprobar lo que se les ocurra o lo que les ordenen desde Casa Michoacán o Palacio Nacional.
La expectativa de que Martínez Alcázar sería reelecto estaba, pero no con la diferencia en que ganó la elección sobre el candidato de Morena y sus aliados, confiados en la marca y en los programas sociales que a tanto benefician a miles de personas, lo necesiten o no, pero no les alcanzó para que su candidato Carlos Torres Piña triunfara, aunque sus resultados no fueron malos, alcanzó los 120 mil por los que iba su partido, aunque en lo personal él llegó a declarar que 195 mil eran su meta.
Porqué ganó Alfonso Martínez Alcázar
Su coordinador de campaña, Adolfo Torres, se rió cuando se lo pregunté y dijo: es un candidato muy fácil de vender; hacer campaña con él es muy sencillo, es muy disciplinado, es carismático “el güerito” y no le tiene miedo a hacer el ridículo poniéndose a bailar aunque no sepa hacerlo, le ayuda mucho el buen trato con la gente.
Pero no es solo eso, dicen que después de Fausto Vallejo Figueroa, quien en cada tenencia y cada colonia de Morelia tiene un ahijado, solo Alfonso conoce tan bien a Morelia y a los morelianos porque como candidato independiente, como presidente municipal y como nuevamente como candidato de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática ha recorrido todas las tenencias, todas colonias a las que ha vuelto una y otra vez y conoce todos los recovecos que hay.
Ha aparecido en las boletas electorales una y otra vez desde hace dos décadas en las que ha sido diputado federal y local y presidente, pero algo le falta porque no logró jalar los votos que tuvo a los cuatro distritos morelianos, en la elección de diputados locales, porque los cuatro en los que está dividido se los quedaron Morena y sus aliados
Eso habrá que reconocerle al señor del sombrero, Carlos Manzo quien, menospreciado por Morena y el PAN, se lanzó como independiente y no solo ganó la alcaldía de Uruapan con la friolera de más de 100 mil votos sino que jaló las dos diputaciones locales independientes de una de las ciudades más violentas del mundo, evidenciando el hartazgo social ante la inseguridad y violencia que generan los grupos delincuenciales, pero eso también es una historia aparte.
En contra tuvo la escisión del Partido Revolucionario Institucional de la alianza electoral porque no había nada que satisficiera a su dirigente, Guillermo Valencia, porque entonces los 50 mil votos que obtuvo su hermano René se hubieran sumado a Alfonso, pero eso ya es parte de la historia de los hermanitos que ni siquiera son de Morelia y que no contaron con que los liderazgos de antaño del tricolor se irían con Alfonso y todos los vimos.
Porqué perdió Carlos Torres Piña
En principio no era el candidato natural ni el que querían en su partido ni en la administración estatal, ellos iban con Luis Navarro, el secretario de Finanzas y Administración quien muy tarde dijo que mejor no, probablemente porque se dio cuenta de que no la tenía fácil.
Al propio Torres Piña no le interesaba Morelia, él y toda la estructura de ADN, aquella tribu del PRD que se fue con él a Morena, estuvieron trabajando por la candidatura al Senado de la República, pero a nivel nacional le arrebataron la posibilidad cuando se definió que sería Celeste Ascencio Ortega y Raúl Morón Orozco.
Cuando finalmente se definieron las candidaturas al Senado de la República y Luis Navarro se hizo a un lado, no había mejor candidato que él para la presidencia municipal de Morelia, pero para empezar a otros liderazgos y sus tribus, aunque a ellos no les guste reconocerlas como tales, le escamotearon su apoyo, Raúl Morón y su R21, Juan Carlos Barragán y su organización Mano a Mano, el exgobernador Leonel Godoy o el diputado Fidel Calderón y la poca prole que aún conservan.
Sobre todo, el agresivo golpeteo contra su competidor y, seguramente, su cercanía con el mandatario estatal también le jugaron en contra porque el Gobernador no es muy bien visto en Morelia y Alfonso Martínez Alcázar tiene una aprobación igual a la que trae el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, Torres Piña llegó a la contienda por Morelia sin conocerla y los vimos haciendo campaña en días malos, por ejemplo en domingo, en colonias donde los habitantes son tianguistas y no estaban porque andaban trabajando o, en colonias dormitorio en las que hizo campaña en la mañana cuando la gente solo está en la noche.
Los resultados ya los conocemos.